Los SUV compactos se han convertido en los últimos tiempos en los coches por excelencia de las ciudades, solo así se explica que sean actualmente un verdadero caramelo para marcas y clientes. Cada vez más competidores se suman a la batalla y los que ya llevan tiempo en él buscan seguir compitiendo con un producto fresco y atractivo, que atrape por su diseño pero que además ofrezca espacio y versatilidad para el día a día e incluso para cuando queramos adentrarnos en la carretera. O incluso ocasionalmente fuera de ella.

SsangYong, que de hacer SUV sabe ya bastante, ha renovado recientemente algunos de sus modelos más conocidos. De hecho, el último en hacerlo ha sido el pequeño de la casa y uno de los modelos más demandados de la marca: este SsangYong Tivoli. Nacido en 2015 para competir en el disputado segmento B, ha recibido cambios de calado por dentro y por fuera que hacen que gane notablemente en atractivo.

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SsangYong//Car and Driver

Estilo urbano, presencia mejorada

De hecho las novedades se aprecian nada más echarle un vistazo desde fuera, donde este Tivoli ha seguido el estilo de su hermano mayor, el también recientemente estrenado SsangYong Korando y lo cierto es que estéticamente los cambios le han sentado de maravilla: sus faros delanteros con luces led diurnas son ahora más estilizados y están más integrados con la minimalista parte superior del frontal que aloja el logo de la marca coreana, mientras la zona inferior ha sido completamente rediseñada con nuevas tomas de aire y luces antiniebla. Una apuesta por la imagen a la que también ayuda el acabado bi-tono en su carrocería (disponible en esta versión tope de gama Limited) que deja el techo y las carcasas de los retrovisores con un color que contrasta con el del resto de la carrocería, ya sea blanco o negro según el color de la misma, y al que además, podemos añadir otros elementos estéticos como franjas o un techo en un color distinto.

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El resultado es un coche con mayor presencia y de un aspecto más robusto y moderno que lo acerca más a los gustos europeos, algo a lo que también contribuye su llamativa trasera, donde las ópticas también presentan un nuevo y acertado diseño que juega con las curvas de las generosas aletas, que aportan músculo a la carrocería y hacen que este coche parezca más compacto de lo que es en realidad.

Salto de calidad interior, al menos en lo visual

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Porque además de ser uno de los modelos de mayor tamaño de su categoría, este nuevo Tivoli ha crecido ligeramente en todas sus cotas, alcanzando los 4,225 metros de largo, 1,81 de ancho y 1,62 de alto. Esto repercute –cómo no– en el interior, donde este Tivoli trae también una importante evolución en materia de diseño y tecnología que se aprecia nada más entrar. Un concepto de diseño novedoso es el que SsangYong llama “Blaze Cockpit” y que se traduce en un salto de calidad destacable si lo comparamos con el Tivoli anterior. Al menos en lo visual, porque si bien los acabados lucen a un gran nivel, al tacto descubrimos que la gran mayoría son plásticos duros, aunque en general, bastante bien rematados.

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El otro punto en contra es la destacada presencia de materiales en negro piano en distintas partes del interior, dejando un bonito imán para polvo, huellas y arañazos como hemos comentado en otras ocasiones. En cualquier caso aquellos mandos en los que más vamos a estar poniendo las manos en el día a día, como el volante multifunción forrado en cuero, los mandos del climatizador o la palanca del cambio automático –esta última especialmente elegante– sí presentan materiales con un tacto realmente agradable.

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Aunque el verdadero protagonismo en este puesto de conducción se lo lleva una moderna y vistosa instrumentación digital con una pantalla HD de 10,25 pulgadas (disponible desde el acabado Premium) que junto a la otra del sistema de infoentretenimiento de ocho pulgadas y situada en el centro, lo colocan a la altura de modelos propios de marcas más caras. Una lástima que con la llegada de los sistemas de Android Auto y Apple Car Play, SsangYong no cuente en este interfaz con funciones como la del clásico navegador, dejando toda la responsabilidad en tu smartphone. Al final, esto puede convertirse en un problema si eres de los que sigue confiando en lo analógico o si como en mi caso personal la experiencia con la integración de mi móvil con el sistema no resulta satisfactoria.

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Pero más allá de estos detalles la experiencia a nivel de confort y espacio dentro de este Tivoli es agradable y hasta sorprendente. Al volante todo está a mano, los asientos de esta versión con una combinación de tela y símil cuero son un gran punto a favor, pues recogen muy bien el cuerpo y presentan un mullido confortable. Solo el reposabrazos central, que esconde una guantera de generosa capacidad debajo, empaña la experiencia al no poder desplazarse hacia delante, lo que molestará especialmente a aquellos que tengan que acercar más su asiento. No obstante, el volante regulable en altura y profundidad permitirá encontrar una postura ideal para cada conductor.

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Espacio apto para cinco

Ese confort también se nota y muy especialmente en unas plazas traseras en las que hay espacio de sobra tanto para las piernas como para la cabeza, incluso en el caso de personas altas. La plaza central también puede ser aprovechable para momentos ocasionales, gracias a un túnel central que no se hace notar en exceso. Solo su respaldo, demasiado duro al esconder un reposabrazos plegable, limita su uso en comparación con las dos laterales, muy cómodas.

Y si en el habitáculo el espacio es más que notable, el maletero no se queda atrás. Si bien al principio puede aparentar ser algo pequeño, cuenta con un doble fondo amplio, gracias a dos piezas que colocadas verticalmente permiten además establecer distintos compartimentos para fijar la carga. En total este nuevo Tivoli homologa 427 litros que lo colocan entre los mejores coches de su categoría en este sentido y son ampliables hasta los 1.115 con la segunda fila abatida, aunque en ese caso será mejor mantener las bandejas colocadas para conseguir un piso casi plano.

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Un comportamiento que sorprende

Pero donde SsangYong se ha detenido en especial en este restyling de su Tivoli ha sido en la parte mecánica que sin duda, es el aspecto en el que más ha evolucionado respecto al modelo anterior. Y eso se nota al poco tiempo de ponerse en marcha. Disponible solo con tracción 4x2, equipa un nuevo motor gasolina T-GDI de cuatro cilindros y 1.5 litros turboalimentado (el único disponible actualmente) que ofrece 163 CV y un par máximo de 280 Nm que se aprecia especialmente cuando pasamos las 1.500 rpm.

Es un motor sorprendentemente fino y que ofrece un generoso empuje incluso a bajas vueltas que hace en muy pocas ocasiones se eche en falta más entrega. Algo a lo que ayuda mucho un peso de 1.335 kilos en esta versión y un cambio automático AISIN de convertidor de par de seis velocidades que si bien no es tan rápido como un DSG es tan suave que en el día a día solo recordarás que está ahí cuanto te toque terminar tu viaje.

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Las prestaciones por tanto han mejorado y también lo ha hecho notablemente su comportamiento dinámico. Para lograrlo SsangYong ha realizado retoques como una suspensión mejorada, un chasis más rígido, barras estabilizadoras más gruesas o unos neumáticos con un perfil ligeramente mayor. Y lo cierto es que todas estas mejoras dejan como resultado una estabilidad de gran nivel gracias a una firmeza de la carrocería destacable, incluso en los giros más exigentes, mostrando en todo caso un subviraje natural que solo encontrarás forzándolo mucho. La dirección asistida eléctrica también ha mejorado y si bien no es especialmente comunicativa, sí que transmite la información y precisión suficiente como para ofrecer una conducción agradable, con un tacto muy blando a baja velocidad para maniobrar con mayor facilidad en la ciudad y algo más de dureza ya en carretera abierta. Unas sensaciones que se agudizan ligeramente cuando pasamos del modo Normal al Sport a los que acompaña un tercer programa de conducción Winter, solo para mejorar la tracción en terrenos helados.

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La suspensión con ese tarado firme, que en carretera es todo un disfrute, se disfruta bastante menos cuando el asfalto es más irregular y especialmente, con los incómodos badenes de la ciudad. En estas situaciones se muestra algo más seca de lo deseable, especialmente cuando ya llevamos un buen rato al volante. Esto hace que los caminos alejados del asfalto no sean su lugar predilecto a pesar de su altura y el hecho de que, al menos por el momento, este SsangYong no cuente con opción 4x4 o con algún sistema electrónico que mejore la motricidad, tampoco ayuda. Queda claro que su hábitat natural es la carretera, y ahí el Tivoli cumple con nota con un buen confort de marcha general, apoyado especialmente en la buena insonorización del habitáculo. Ni siquiera este motor se hace notar de más a nivel de sonoridad.

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Por otro lado, si este nuevo motor gasolina T-GDI sobresale por sus prestaciones y suavidad, muy superiores a las de su antecesor, también presenta un consumo más elevado. Tras los días que estuvimos probando este Tivoli, combinando conducción urbana y extraurbana y sin buscar los límites del propulsor, el ordenador de abordo dejó una cifra de unos 8,7 litros a los 100 kilómetros. Nada descabellado para un bloque de su potencia y rendimiento, pero si un punto por encima de algunos propulsores de la competencia y además, recordemos que estamos ante la única versión gasolina disponible de este modelo. Sin duda, si te preocupa este aspecto especialmente, mejor que elijas el Tivoli con su otra opción mecánica: el Diesel e-XDI de 1.6 litros.

El nuevo motor gasolina de SsangYong es una delicia: Fino y potente, aunque gasta.

Para hacer más cómodo y seguro el viaje SsangYong también ha añadido una buena cantidad de asistentes, presentes en todos los acabados, tales como el sistema de frenada automática de emergencia, la advertencia de permanencia en el carril, el reconocimiento de señales de tráfico, la alerta de distancia de seguridad o la advertencia de fatiga, aunque no se puede evitar echar de menos otros sistemas ya más populares en otros modelos, como un control de crucero adaptativo o sensor de ángulo muerto. Sin embargo sí cuenta con otras ayudas bienvenidas como la de arranque en pendiente e incluso un control de descenso en pendientes.

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En definitiva, este nuevo SsangYong Tivoli ha dado un salto de calidad remarcable respecto a su predecesor. Es un coche que por dentro y por fuera no solo se ve más atractivo, sino que también transmite una mayor calidad, mantiene y mejora ligeramente sus virtudes como su gran espacio interior y presume de un dinamismo, prestaciones y confort de marcha que hacen que mire de tú a tú a otros modelos de su categoría. Solo aspectos como el consumo de este motor gasolina, un equipamiento tecnológico evolucionado pero que aún tiene margen de mejora respecto a sus rivales y ciertos detalles de acabado, empañan un poco la experiencia de un modelo que sin lugar a dudas ha dado un importante paso adelante. Este SsangYong tiene argumentos de sobra para mirar de tú a tú a auténticos superventas de este segmento SUV B pues presenta argumentos sólidos entre los que está también su precio.

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¿Y cuanto cuesta?

La unidad que hemos probado, con con acabado Limited, el más alto, mecánica gasolina T-GDI 4X2 asociada al cambio automático y la pintura bicolor (410 euros extra) cuesta 25.310 euros, aunque puede conseguirse por 21.610 euros si aplicamos el descuento promocional (disponible al menos hasta fin de mes) y el de financiación. Con ese precio te llevas un Tivoli ya totalmente equipado, aunque la gama de esta renovada versión parte de unos interesantes 13.500 euros. Un arco de precios que lo hace más asequible que otras alternativas similares y que unido a este salto de calidad, lo presenta como una interesante propuesta para que SsangYong termine de convencer al público europeo en uno de los segmentos más interesantes de la actualidad.

A favor: Espacio y maletero. Dinamismo y Confort de marcha. Prestaciones y suavidad del T-GDI.
En contra: Algunos materiales y acabados. Consumo. Equipo multimedia y ADAS mejorables.