El deporte del motor es muy popular dentro de los Estados Unidos y es que lejos de las grandes competiciones y de las habituales carreras de aceleración, existen otras pruebas con menos cobertura en los medios de comunicación pero con miles de seguidores a lo largo de todo el territorio norteamericano.

Este es el caso del Ultimate Callout Challenge, una disciplina que consiste en arrastrar maquinaria muy pesada a lo largo de una determinada distancia, copando todo el protagonismo los poderosos propulsores turbodiésel que utilizan las camiones y todoterrenos que participan. Para poder lograr su objetivo se realizan importantes modificaciones sobre el motor, ya sea forjar algunos componentes, actualizar la ECU con un mapa motor más agresivo, aumentar el flujo de combustible o la presencia de unos turbocompresores de grandes dimensiones, entre otras cosas.

Estos últimos son los grandes responsables de elevar a límites insospechados el par máximo del motor, generando más de 1.500 Nm con facilidad, cifras con las que poder remolcar casi cualquier cosa, aunque a veces el exceso de presión puede jugarte una mala pasada. El mejor ejemplo lo tenemos con un Chevrolet Silverado que estaba participando en un evento de este tipo en Indianápolis, hasta que sucedió lo inevitable y es que las pruebas en el banco no acabaron como se esperaba.

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Dispuesto a descubrir cuáles eran las cifras exactas de su Duramax V8, el modelo norteamericano comienza a acelerar con total normalidad hasta que en un momento determinado el bloque de ocho cilindros explota por los aires, envolviendo toda la parte delantera del Silverado en unas llamas intensas que tuvieron que ser apagadas con celeridad por el personal allí presente. Afortunadamente, todo quedó en un susto y nadie ha resultado herido.

Parece ser que se produjo un fallo en el acelerador, provocando que la presión en el turbocompresor siguiera aumentando sin control hasta que varios elementos dijeron basta. En el vídeo se puede ver los discos de freno traseros al rojo vivo, en señal de los intentos por parte del conductor de detener la marcha, algo que no fue posible. No obstante, tras un duro trabajo por parte de los mecánicos y 17 horas después, el coche pudo seguir en la competición.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta