¿Te imaginas que fueras conduciendo a 120 km/h por una autopista, respetando la limitación de la velocidad y de repente, te saltara un radar y te llegara la multa a casa por exceder los 90 km/h? Bien, pues eso es lo que les ha sucedido a casi 16.000 conductores en la zona de Oviedo, Asturias.

Situación ilógica

Un radar ubicado en el kilómetro 30,253 de la carretera, justo a la salida del túnel de Uriel, conocido popularmente como el de la Bolgachina, se encargaba de 'flashear' a los conductores que excedían los 90 km/h a pesar de que previamente éstos habían rebasado la señal del fin de la limitación y que por tanto, les permitía circular a los 120 km/h genéricos de esta carretera, la A-66.

El error fue denunciado por muchos de los conductores, los que poco a poco iban siendo multados hasta alcanzar el número exacto de 15.844 sancionados. Uno de ellos, el ingeniero local Samuel Morán se atrevió a iniciar un pleito legal contra la administración recibiendo el apoyo de la Unión de Consumidores de Asturias y como no podía ser de otra forma, terminaron ganando el juicio.

Justicia y rápida reacción

De esta forma, tal y como ha confirmado la administración, las multas en estado de tramitación serán archivadas, las que se interpusieron en su día anuladas y tanto el importe de las mismas ,como los puntos detraídos a todos los conductores implicados, se devolverán inmediatamente.

Según ha comunicado la DGT, todos los afectados tendrán una compensación justa y el radar será reubicado. De hecho, tanto la señal que advertía de su presencia como el propio dispositivo –caja incluida– han sido retirados ya de la vía y trasladados a otra ubicación sin determinar.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.