En la carrera por mejorar la aerodinámica de los automóviles modernos, en especial aquellos propulsados por motores eléctricos, los fabricantes están invirtiendo enormes cantidades de recursos e ideas. Una de las más recurrentes en los últimos tiempos es la de utilizar, para las puertas, tiradores que se retraen automáticamente al cerrar o al iniciar la marcha, de tal modo que quedan perfectamente enrasados en la carrocería.

Esta solución, que en la opinión de muchas marcas mejora sensiblemente el perfil de sus modelos cara al viento, puede tener una 'Cara B' preocupante desde la perspectiva de la seguridad vial. Así lo cree el ADAC, que ha publicado recientemente un artículo listando sus dudas sobre estos mecanismos. Y a decir verdad, no les falta su parte de razón.

Un potencial estorbo para los rescates

El ADAC comienza recordando que, para poder rescatar con éxito a los ocupantes de un coche tras un accidente, los equipos sanitarios y de bomberos deben poder abrir las puertas y acceder al habitáculo en el menor tiempo posible. Muchos de los actuales sistemas de tiradores retráctiles emplean mecanismos eléctricos los cuales, en opinión de este organismo alemán, son más lentos de manejar que un tirador tradicional, retrasando las operaciones de salvamento.

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Tesla

Asimismo el ADAC añade que, si en el peor de los casos estos mecanismos se rompen durante el impacto, se corre el peligro de que los tiradores queden trabados en la posición de repliegue, volviendo imposible abrir la puerta desde el exterior.

El segundo argumento contra los tiradores retráctiles tiene que ver con su resistencia. La deformación que experimentan los automóviles modernos en un impacto puede alterar la forma y el estado de la carrocería o el chasis a extremos donde una puerta sólo podría abrirse tirando con gran fuerza. Llegados a este punto, el tirador se convierte en el principal punto de apoyo para ejercer esa maniobra de apertura.

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Tesla//Car and Driver

De ahí que el ADAC considere que los tiradores retráctiles, con sus complejos mecanismos internos, siempre serían menos resistentes y, por tanto, menos fiables que los convencionales en esta situación de emergencia.