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El robo de cables de cobre es algo relativamente habitual, es un material fácil de vender y que aporta buenos beneficios a los amigos de lo ajeno. Sin embargo, por lo general, este tipo de hurto se suele llevar a cabo en casas y edificios abandonados, pero en esta ocasión, las cosas han ido un poco más allá y han robado todo el cobre en una estación de Superchargers de Tesla.

No ha sido en España, donde el robo de cobre es sobradamente conocido, ha ocurrido en Estados Unidos, concretamente en la electrolinera de Oakhurst, en California. Una estación que destaca, o destacaba, por ser una de las más avanzadas de la región gracias a su sistema de carga con los famosos Supercharger V3.

Todos los cables han sido cercenados

El robo se ha centrado, básicamente, en cortar todos los cables de carga, para lo que hace falta una herramienta que pueda cercenar unos cables de mucho grosor. Cada cable de carga cuenta con varios metros de cobre y con una herramienta adecuada, una cizalla de buen tamaño, llevarse los cables resulta relativamente sencillo. Un problema que se está estudiando para poder evitar que ocurran estas cosas, pues, además del coste económico que supone, también resulta en un serio inconveniente para los usuarios de coches eléctricos.

Por ejemplo, se están llevando a cabo pruebas con puntos de carga que ocultan los cables, aunque por el momento, no hay solución a este problema. Tesla afirma que no tenía conocimiento del problema, han sido unos usuarios quienes han facilitado la información a través del foro Tesla Motors Club, pero la marca ha asegurado que arreglará los cargadores en próximos días, arriesgándose nuevamente a un ataque como este.

Un serio problema para la expansión de los coches eléctricos

Los coches eléctricos, el futuro de la automoción, siguen sin contar con el apoyo de todo el mundo por cuestiones relativas a su forma de obtener la energía, es decir, a las cargas. Es el segundo impedimento tras el coste de adquisición y no parece que vaya a tener una pronta solución.

Si a la escasez de puntos de carga y al poco mantenimiento de algunos puntos (incluso llegando al abandono), le sumamos estos problemas, lo único que se consigue es que no avancemos en la instauración de los vehículos con cero emisiones. Quizá la carga por inducción logre evitar este tipo de ataques.