Ambos suscitan mucho interés y por ello conviene desgranarlos todo lo posible, especialmente para todos aquellos afortunados que pueden y piensan en adquirir uno de estos dos compactos deportivos. Audi RS 3 Sportback y Mercedes-AMG A 45 S, dos auténticas bestias cuyas prestaciones les sitúa al mismo nivel que los superdeportivos de hace una década, con sistemas de tracción integral sofisticados, mucha tecnología y una estética que les permite diferenciarse del resto de sus hermanos de gama, pues estas dos máquinas desprenden deportividad por los cuatro costados. Es hora de analizarlos.

¿Cuál llama más la atención?

Sinceramente, todo depende del color elegido. Nuestros dos coches de pruebas contaban con toda una serie de elementos estéticos y aerodinámicos con los que Audi y Mercedes pretenden darles una imagen de lo más deportiva, incluyendo paragolpes más agresivos, parrillas específicas, llantas de aleación de 19 pulgadas, alerones y unas salidas de escape más generosas (dos ovaladas para el Audi y cuatro circulares para el Mercedes), pero creemos que todo radica en la tonalidad de la carrocería. En esta ocasión diremos que el ganador ha sido el RS 3 Sportback, pues su tono Verde Kyalami es garantía de éxito si lo que quieres es que todo el mundo te mire. Ahora bien, si el AMG 45 S hubiera llevado ese tono Amarillo Sol, igual la cosa sería diferente, especialmente si el coche cuenta con el paquete aerodinámico AMG (un extra que vale 2.314 euros).

¿Qué interior es más deportivo?

Si nos olvidamos del equipamiento opcional, la respuesta no la tendríamos del todo clara, aunque nos quedamos con el Mercedes. Las dudas están presentes debido a que no hay demasiados elementos que nos llamen realmente la atención, más allá de sus volantes específicos y sus asientos deportivos. Ambos incluyen molduras decorativas y adornos propios, como puedan ser los umbrales de las puertas, alfombrillas o pedales de acero inoxidable, pero en líneas generales tampoco hay muchas diferencias con el resto de versiones de sus respectivas gamas. Dicho esto, nos convence un poco más el puesto de conducción del RS 3 Sportback pues te permite ir más bajo, con la sensación de estar más integrado en el coche.

Audi RS 3 - fotos
audi rs 3 sedan

Eso sí, el sistema multimedia del AMG A 45 S está por encima y eso que al principio puede resultar un poco más confuso debido a todos los menús que presenta. Además, incluye de serie el denominado AMG Track Pace, que nos ofrece telemetría en tiempo real, tiempos por vuelta y toda una serie de datos con el objetivo de mejorar nuestros registros como si de un ingeniero de pista virtual se tratara, sin olvidarnos de que esta herramienta puede registrar la aceleración de 0 a 100 km/h o el tiempo que tardamos en cubrir el cuarto de milla, entre otras cosas. En el RS 3 Sportback también podemos medir nuestros tiempos en el circuito, así como la citada maniobra del 0-100, mostrándonos gracias al RS Monitor las presiones de los neumáticos y la temperatura tanto del aceite del motor como de la transmisión.

¿Qué sucede con la habitabilidad y el maletero?

Este es uno de los puntos más reñidos, aunque declararemos ganador al compacto de Ingolstadt. La victoria se la lleva por un margen muy pequeño pues en ambos vehículos se viaja relativamente cómodo, pero es en el Audi donde encontramos unas plazas algo más generosas, además de que en la parte trasera los asientos ofrecen un punto más de confort. En estas plazas posteriores los dos ofrecen una buena distancia para las piernas, la cabeza y los hombros, con un mueble central algo más sofisticado en el caso del RS 3 Sportback, ya que cuenta con salidas de aire de temperatura regulable y dos tomas USB del tipo C. Dado que el plano de carga está un poco más bajo y la capacidad es mayor, el maletero del Mercedes nos ha gustado más. Cubica un total de 355 litros, por los 282 de su rival, ampliables hasta los 1.195 l si se abaten las plazas posteriores. Por cierto, el portón del Audi puede ser de apertura eléctrica.

¿Cuál es el más cómodo para un uso diario?

Aquí gana el compacto de los cuatro aros. No obstante, cabe destacar que nuestra unidad de pruebas venía equipada con la suspensión adaptativa, que nos permite regular la dureza de los amortiguadores en función del programa de conducción seleccionado. En su modo más confortable puedes realizar todo tipo de desplazamiento con un grado de confort suficiente como para no acusar el cansancio al cabo de varias horas de viaje. Sin embargo, no podemos decir lo mismo del Mercedes ya que la unidad probada no disponía de esta característica opcional. El AMG se siente más duro que cualquier Clase A, aunque tampoco llega a resultar incómodo y eso que los encargados de agarrar nuestro cuerpo eran los asientos AMG Performance, cuyo respaldo es bastante duro.

¿Y el más divertido en un tramo revirado?

Quizás la pregunta más interesante de todas ya que estos dos compactos deportivos han nacido para ser lo más eficaces posible en las curvas. Ambos te permiten rodar realmente rápido sin que te des cuenta de la velocidad a la que circulas, con un grado de confianza muy elevado ya que sus reacciones son muy parecidas: el comportamiento en líneas generales es bastante neutro, aunque si se abusa del tren delantero el Mercedes tiende antes a subvirar. El eje trasero de sendos automóviles cuenta con un sistema que reparte el par entre las ruedas posteriores con el objetivo de redondear la trayectoria y así ganar en agilidad, pudiendo enviar la mayor parte de la potencia a una rueda en los modos pensados para derrapar. En líneas generales el sobreviraje se aprecia más en el AMG pues en el RS 3 Sportback está algo más camuflado, aunque si se configura el Torque Splitter en su programa más deportivo el tren trasero nos regalará algún que otro deslizamiento.

Mercedes-AMG A 45 S - fotos
mercedes amg a 45

Dicho esto, nos quedamos con el Audi. Las diferencias son pequeñas, pero lo suficiente marcadas como para declarar ganador al compacto de los cuatro aros y es que este exhibe una dirección más rápida, así como un eje delantero más directo que el de su rival. En el Mercedes el primer movimiento de volante para inscribir al coche en la curva es algo menos preciso y eso provoca que en los giros más cerrados no se sienta todo lo ágil que nos gustaría. Sin embargo, sus frenos nos gustan más, principalmente porque el tacto del pedal es más consistente y nos permite regular la frenada con un mayor grado de precisión. Dicho esto, ambos tienen un equipo de frenado sobresaliente que nos permite abusar tanto del chasis como del propulsor sabiendo que siempre van a estar ahí por si las cosas se complican

¿Qué hay de sus prestaciones?, ¿y del consumo?

Estas dos máquinas presentan unas especificaciones propias de superdeportivos de otra época, pues nadie se creería hace unos años que un compacto deportivo pudiera bajar de los cuatro segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado. Estas dos bestias lo hacen, con unos sistemas launch control realmente efectivos que nos dejan literalmente pegados contra el asiento, aunque eso sí, es más bestia el del Audi RS 3 Sportback. Este coche necesita de apenas 3,8 segundos para cubrir el 0 a 100, con una aceleración espectacular. Si bien es cierto que su rival realiza la misma maniobra tan solo una décima más lento, la sensación en el cuerpo no es tan salvaje. ¿Utilizaría nuestra unidad de pruebas gasolina 95? Es una posibilidad. En lo relativo a la velocidad máxima el primero se conforma con 250 km/h (ampliables de forma opcional a 290 km/h), mientras que el segundo sale de fábrica sin limitación y eso se traduce en 20 km/h más.

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Si hablamos del consumo el ganador vuelve a ser el Audi RS 3 Sportback. Pese a ser un motor más grande que cuenta con un cilindro adicional, el bloque 2.5 TFSI ha sido más eficiente durante nuestras pruebas pues ha arrojado un gasto medio de combustible de 8,8 litros a los 100 kilómetros. Por su parte, el motor de 2.0 litros del Mercedes-AMG A 45 S se ha mostrado más sediento todo el tiempo, arrojando un consumo combinado superior al de su rival ya que hablamos de 10 l/100 km.

¿Cuál es el que mejor suena?

Puede que haya alguien que tenga dudas, ya que el motor de cuatro cilindros del AMG suena realmente bien desde el habitáculo, desde fuera es más discreto, pero nosotros no las tenemos: gana por goleada el propulsor 2.5 TFSI. Esos cinco cilindros emiten una melodía única, una nota musical que, simplemente, es gloriosa. Basta con acariciar el acelerador para que ese sonido se cuele por tus oídos y te saque una sonrisa de oreja a oreja. Además, esa banda sonora viene acompañada por una entrega de potencia realmente contundente que se mantiene constante hasta las 7.000 vueltas. A bajo régimen el propulsor no se siente muy cómodo, aunque no es tan perezoso como el de su rival ya que la unidad de cuatro cilindros del Clase A más prestacional no exhibe su vigor hasta pasadas las 3.000 rpm. Es entonces cuando se siente con fuerza y su generoso turbocompresor empieza a introducir aire comprimido en el motor, regalándonos una aceleración adictiva y, a su vez, peligrosa ya que en un abrir y cerrar de ojos superas los límites legales de velocidad.

Los dos propulsores vienen acompañados de unos cambios automáticos de doble embrague, de siete relaciones en el Audi y de ocho en el Mercedes, cuya respuesta es muy satisfactoria, siendo el del RS 3 Sportback el que ofrece un punto más de suavidad a la hora de iniciar la marcha o circular a velocidades bajas. También se muestra más deportivo pues su lectura de la conducción en el modo automático está por encima de la de su rival (tarda menos en encontrar la marcha correcta), aunque el del AMG A 45 S se asocia a unas levas más generosas cuyo tacto está más logrado. Además, goza de un modo de funcionamiento manual en el que por mucho que accionemos el kick-down o alcancemos el corte, la marcha seleccionada no varía.

Seguridad: ¿cuál viene mejor equipado?

En lo relativo a las ayudas y asistentes a la conducción cabe destacar que estos dos automóviles cuentan con un equipamiento algo limitado de manera que el conductor del AMG deberá pagar un extra si quiere incluir sistemas como el lector de señales de tráfico, el control de crucero adaptativo, avisador del ángulo muerto o alarma antirrobo, pues en el RS 3 tanto el primero como el último vienen incluidos de fábrica. Lo que sí incorporan ambos es la cámara de marcha atrás, sensores de estacionamiento, navegador, avisador de cambio involuntario de carril, frenada automática de emergencia, luces de carretera automáticas y ayuda activa para aparcar, sin olvidarnos de la apertura y arranque sin llave. Por cierto, los asientos delanteros calefactados son un extra en el Audi.

Precios y conclusiones

Resueltas todas las cuestiones anteriormente planteadas, es hora de hablar de la tarifa que todo aquel interesado deberá abonar para hacerse con los servicios de una de estas dos bestias. El más 'barato' del dúo es el Audi RS 3 Sportback, con un precio de partida de 77.840 euros, por los 81.301 € del Mercedes-AMG A 45 S. Dadas sus prestaciones, la tecnología que incorporan, esa imagen deportiva y su facilidad por devorar tramos de curvas a ritmos realmente rápidos, resulta complicado decantarse por uno u otro, pero nosotros nos quedaremos con el compacto de los cuatro aros. Los motivos que nos llevan a su elección son varios: el puesto de conducción, la precisión de su dirección, un tren delantero algo más directo y, sobre todo, el sonido de su motor. Dicho esto, con cualquiera de los dos tendrás grandes dosis de diversión.

Audi RS 3 Sportback. A favor: Estética, sonido del motor, prestaciones, torque splitter, comportamiento. En contra: Precio, tacto del pedal de freno (cerámicos)
Mercedes-AMG A 45 S. A favor: Estética, prestaciones, capacidad de frenado, comportamiento. En contra: Precio, consumo de combustible, instantaneidad del tren delantero