De todos los coches que han aterrizado últimamente en nuestro mercado, hay uno que ha cosechado unas críticas especialmente favorables, por ofrecer una relación calidad/precio que –aseguran algunos– nunca se había visto hasta ahora en el mercado. Estamos hablado, cómo no, del Dacia Sandero que sigue siendo el modelo más vendido mes a mes en nuestro mercado en el canal de particulares y que se ha presentado recientemente con nueva generación -la tercera ya- que ha llegado con un extra de atractivo y modernidad bajo el brazo. Pero, ¿es tan un bueno como dicen? ¿Es realmente un producto tan rompedor?

Para responder a esta pregunta hemos traído a uno de los grandes referentes de la categoría de los utilitarios, el Ford Fiesta. Un modelo que también más que acostumbrado a ser todo un superventas de nuestro mercado en su larga historia y que aún hoy sigue ofreciendo una de las mejores relaciones calidad/precio mejor de este segmento. ¿Estará a la altura el nuevo Sandero de este Ford Fiesta?

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Dacia

Eficiencia y estilo con dos fórmulas diferentes

De hecho el listón para el renovado superventas de Dacia va a estar alto, porque el Fiesta que hemos traído es el más atractivo y equipado de la gama, todo un ST-Line que además, monta el motor 1.0 Ecoboost de 125 caballos con el sistema de hibridación ligera de la marca, algo que le permite lucir el distintivo ECO de la DGT en su parabrisas (al menos de momento...) También presume de llantas de aleación de 17 pulgadas, una parrilla delantera específica, cristales traseros oscurecidos, grupos ópticos delanteros y traseros de led, parachoques más robustos, un fino spoiler posterior y un tubo de escape cromado. Sí, de verdad. A este equipamiento hay que añadir detalles interiores como el volante forrado en cuero, el pomo del cambio deportivo, la tapicería con costuras en rojo. Los asistentes a la conducción son numerosos y se engloban en un pack de seguridad denominado 'premium' y tasado en 1.350 euros, por lo que salen muy bien de precio.

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Diego Rueda//Car and Driver

El Dacia Sandero que nos acompaña presenta un diseño más discreto pero muy sólido porque tampoco es un Sandero normal, y es que tenemos la variante más potente y equipada en estos momentos, el 1.0 Eco-G Confort. Éste asocia un motor tricilíndrico de 100 caballos de potencia a una caja de cambios manual de seis marchas como la del Ford y luce también una serie de detalles vistosos –especialmente para ser un Dacia– como unos pasos de rueda marcados, los faros de iluminación led, los antinieblas, y una estilosa zaga con cristales oscurecidos, una marcada línea a la altura de los hombros y una hendidura en el portón que no llega a ser un spoiler, pero lo insinúa, y que por cierto recuerda mucho al Polo.

Por 270 euros se incluyen además las llantas de aleación de 16 pulgadas que luce esta unidad, por 430 el color azul metalizado, por 150 la pantalla multifunción con navegador y por 300 una dotación de asistentes a la conducción que sin ser tan completa como la del Ford, incluía funciones muy prácticas para el día a día como la cámara de visión trasera o un sistema de acceso y arranque sin llave que funciona tan bien como en los mejores Renault.

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Diego Rueda//Car and Driver

Funcionalidad frente a estética

Esas diferencias de concepto en el exterior se aplican también al interior, donde nada más sentarte ya te das cuenta de que el nuevo Sandero prioriza el aspecto práctico frente al resto, algo que se ve por ejemplo su sencillo acceso gracias a la amplia apertura que ofrecen sus puertas.

Los asientos también son muy amplios y con buen mullido, aunque ofrecen poca sujeción lateral. En el mismo sentido, la ergonomía es muy correcta, con todos los mandos en el sitio que esperas, hasta el punto de tener a mano un clásico freno de mano cada vez más difícil de encontrar en los coches de hoy. Y es que si peca por algo este Sandero es por ser demasiado sencillo: Todos los plásticos son duros y algunas novedades como su tapicería en tela, resulta más agradable a la vista que el tacto. El cuadro de mandos con las dos esferas y la pantalla monocromo central también recuerda al del Clio de hace dos generaciones. Lo más novedoso y moderno del nuevo Sandero, estrenado en esta generación es su nueva pantalla central táctil, que aunque también tiene solo seis funciones básicas, es de 8 pulgadas y se maneja con gran facilidad. Además, su posición permite que se retire lo mínimo posible la vista de la carretera.

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Diego Rueda//Car and Driver

En el Fiesta el acceso no es tan sencillo pero tampoco ofrece demasiados inconvenientes, de hecho la primera impresión que causa el interior es mucho más positiva que en el Sandero. Los plásticos de la parte superior son muy agradables al tacto y todos los ajustes son buenos, hasta su pantalla central que también es flotante, da la sensación de estar anclada a prueba de crujidos. Este panel tiene exactamente el mismo tamaño que la del Sandero, unas 8 pulgadas, pero tiene un software mucho más moderno y completo que ofrece muchas más posibilidades, y lo mismo sucede con el cuadro de mandos, que es parcialmente digital pero muy completo a nivel de información. Incluso a nivel de ergonomía general el interior del Fiesta está muy bien estudiado, de hecho aquí tampoco falta un freno de mano clásico, eso sí mucho mejor acabado que en el Sandero gracias también a contar con el pack ST-Line que le da un plus de deportividad al interior.

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Diego Rueda//Car and Driver

La cosa cambia cuando pasamos a las plazas traseras donde el Sandero de toma cierta revancha frente al Fiesta. En el modelo de Dacia destaca la buena distancia para las piernas que ofrece y la posibilidad de meter los pies debajo del asiento delantero de para mejorar la comodidad. La anchura a la altura de los hombros también es superior a la media de utilitarios y sobra espacio para la cabeza. Un interesante detalle en este modelo es que cuenta con una toma de corriente de 12 voltios, en la que podemos conectar cualquier adaptador para cargar dispositivos móviles.

En cualquier caso en el Fiesta dos adultos también pueden viajar atrás con facilidad, pero las cotas de longitud y anchura no son tan brillantes, la banqueta es más corta y la plaza central es notablemente más baja y estrecha. Estas características sumadas a un menor tamaño de las ventanillas hacen que no resulte tan "habitable" detrás como el Sandero, y además aquí no encontraremos tomas auxiliares de ningún tipo.

Lo mismo sucede con los maleteros, donde el Dacia Sandero se presenta con 328 litros ampliables a 1.108 y donde además encontraremos algunos ganchos disponibles. La boca de carga es generosa y las formas muy regulares. El del Fiesta también resulta práctico pero es más discreto. También incluye algunos elementos de sujeción y rueda de repuesto opcional, pero se conforma con 292 litros que pasan a ser 984 si abatimos los asientos de atrás.

La carretera es la prueba del algodón

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Diego Rueda//Car and Driver

Al volante, este nuevo Dacia Sandero se parece al nuevo Renault Clio lo mismo que un huevo a una castaña. Es importante dejar este punto claro porque con las plataformas modulares actuales, las marcas de coches pueden hacer magia. De hecho ambos modelos no presentan ni la misma distancia entre ejes, ni el ancho de vías ni por supuesto comparten elementos cruciales como los muelles y amortiguadores. El resultado es un coche que sí, ha ganado en estabilidad lineal y en aplomo respecto a la generación anterior, pero que carece de la calidad de rodadura, el aislamiento acústico y la agilidad en carretera del Clio actual, sin duda uno de los gallos de esta categoría.

El Sandero presenta una dirección muy asistida, que agradecemos en ciudad pero que no comunica demasiado en carretera y en la misma línea, la suspensión tiene un ajuste bastante blando, perfecto para conducir por empedrados o firmes rotos, así como para superar badenes, pero que en las curvas no impide los típicos balanceos de la carrocería que nos obligan a aminorar el ritmo.

Todo lo contrario sucede con el grupo propulsor de este coche. Primero porque el motor 1.0 TCe ofrece un empuje muy satisfactorio desde medio y bajo régimen y mantiene un par elevado en la parte alta del cuentavueltas de forma que tiene hasta un punto estimulante a la hora de conducir y segundo porque va asociado a una caja de cambios de seis marchas con unos desarrollos perfectamente calibrados y que nos permite sacar lo mejor del motor tanto en carretera como en ciudad. Lo curioso es que ni el Duster con esta mecánica ni el propio Renault Clio con este mismo motor, pueden tener esta caja de 6 marchas así que es todo un detalle que la tenga este Sandero.

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Diego Rueda//Car and Driver

El Fiesta no tarda en conquistarnos al volante por una característica que ha sido siempre fiel a este modelo y es especialmente acusada en esta última generación: la agilidad. Aquí, tenemos una dirección muy rápida, bastante precisa y además bien asistida, un chasis que adopta un compromiso casi perfecto entre rigidez y confort, y por supuesto, un nivel de insonorización más que apropiado para salir de la ciudad con garantías y afrontar algún viaje largo al año si es preciso.

La mecánica de esta versión además le va como anillo al dedo a este Fiesta porque el 1.0 Ecoboost es un motor incluso más voluntarioso que el Renault y un punto más refinado. Además, también va asociado a una caja de cambios de seis marchas que en este caso ofrece un manejo más preciso. Las prestaciones de este Fiesta en definitiva, se sienten un punto superiores.

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Diego Rueda//Car and Driver

La carretera también ensalza al Fiesta EcoBoost Mild Hybrid a nivel de eficiencia, pues con este motor el utilitario de Ford es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y alcanzar los 203 km/h de velocidad punta, mientras que en nuestro tramo de pruebas, su consumo medio fue de 5,2 litros a los 100, bastante menos de lo que este motor nos tenía acostumbrados a gastar antes de recibir esa hibridación suave. Por su parte, el Sandero gastó 7 litros a los 100 en la misma prueba de consumo pero claro, 7 litros de un carburante que se despacha casi a la mitad de precio en numerosas estaciones de servicio, el GLP. Así, el coste por kilómetro del Dacia resulta notablemente inferior en el día a día y encima, con el tanque de gasolina y el de gas hasta arriba, alcanza una autonomía real superior a los 1.200 kilómetros. Sobre consumos oficiales y obtenidos y ventajas e inconvenientes del GLP respecto al Microhíbrido. Sus prestaciones, eso sí, son bastante más discretas: 11,6 segundos en el 0 a 100, 183 km/h de velocidad punta.

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Diego Rueda//Car and Driver

Conclusiones

A pesar de la bienvenida evolución del nuevo Dacia Sandero en muchos aspectos este Ford Fiesta ha demostrado ser mejor que el Dacia en la mayoría de ellos: calidad y ergonomía interior, comportamiento dinámico o rendimiento de la mecánica. Sin embargo hay uno en el que el Sandero sigue siendo el rey, y no podía ser otro que el precio. Y es que mientras el Ford Fiesta parte de unos 18.950 euros (20.930 si buscamos esta atractiva versión ST-Line con la mecánica EcoBoost Mild Hybrid de 125 CV) este Dacia Sandero que hemos probado se planta en 14.060 euros. Y eso además en un coche que recordemos cuenta con ciertas ventajas a nivel práctico respecto al Fiesta como una parte trasera más habitable, un maletero más amplio y además, una mecánica bifuel que no solo es ecológica, también es mucho más económica. Elijas el que elijas queda claro que aún tenemos superventas de Dacia para rato con ese Sandero.

Dacia Sandero
A favor: Habitabilidad interior. Amplio maletero. Precio. Mecánica bifuel.
En contra: Suspensión muy blanda. Dirección poco informativa. Acabados y ajustes. Sistema de infoentretenimiento con pocas funciones.

Ford Fiesta
A favor: Agilidad y aplomo de la suspensión y dirección. Interior moderno y con buenos acabados. Estética exterior. Mecánica Mild hibrid refinada y voluntariosa.
En contra: Habitabilidad en las plazas traseras. Maletero con menor capacidad. Ubicación de la luz sobre la plaza central trasera en versiones con techo solar.