El Mini John Cooper Works GP, también conocido como Mini GP, es de esos coches que tienes que conducir una vez en la vida. Primero por su diseño; vanguardista y racing a partes iguales. Segundo, por lo limitada que está su producción, ya que sólo se van a fabricar 3.000 coches para todo el mundo, de los cuáles un centenar llegarán a España. Y tercero y más importante, el concepto de deportividad que desprende y que procede de la competición.

preview for Mini presenta el GP Pack para el JCW

Un arma en toda regla

Si un JCW de 231 caballos nos parece una bomba de relojería, este GP es un auténtico coche de carreras con matrícula. 306 caballos, un peso de 1.350 kilos, caja de cambios automática de convertidor de par o un diferencial autoblocante mecánico en el eje delantero son sólo una pequeña parte de las características técnicas de este bólido. No le busques rival porque no hay nada parecido en el mercado. Y más teniendo en cuenta que el Mini John Cooper Works es ¡biplaza! Los asientos traseros han desaparecido y en su lugar se ha instalado una barra de refuerzo que va de lado a lado, además de dejar más espacio para el maletero. ¿Quieres un Mini capaz? Aquí lo tienes.

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Mini//Car and Driver

El Mini GP está basado en el JCW. De él también toma prestado su corazón, un gasolina 2.0 de cuatro cilindros TwinTurbo que incrementa la potencia en 75 caballos respecto al JCW, gracias a una serie de mejoras, como un sistema de refrigeración especial, variación en la relación de compresión, nuevos inyectores…

Las levas del cambio automático Steptronic están impresas en 3D

Lo que también varía, y mucho, es la aerodinámica. ¡Como para no darse cuenta! El gigantesco alerón en forma de doble ala es el sello personal de este Mini, sin olvidar los curiosos aletines colocados en los pasos de rueda. Una pena que no se haya optado por ensanchar los pasos como tal, porque el resultado visual sería bestial.

Dentro se replica la línea del exterior sin descuidar la presentación premium, con materiales de primera calidad en el salpicadero. Los asientos tipo bacquet sí son específicos de este modelo, al igual que elementos como el volante, los cinturones de seguridad en rojo o ciertos apliques en la consola central.

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Mini//Car and Driver

Pero más allá de la estética y el downforce, vamos a lo que importa: cómo va. En el Mini GP se ha potenciado aún más la sensación de llevar un kart. Es un juguete para mayores. El puesto de mandos es bajo y envolvente. La dirección es ultraprecisa y la caja de cambios automática nada más que quiere que el bloque vaya alto de vueltas. Todo del agrado de los más quemados.

Es el primer Mini de producción que baja de ocho segundos en Nürburgring

El escape es una auténtica delicia al ralentí y a baja velocidad, pero da el ‘do de pecho’ cuando el motor sobrepasa las 5.000 revoluciones y grita hasta que el motor corta en las 6.500. Además, no existe posibilidad de capar o potenciar su melodía, ya que en Mini han decidido que su GP suene siempre ‘gordo’. Tampoco existe la posibilidad de variar el comportamiento del vehículo a través de programas de conducción ya que no existen. El Mini John Cooper Works siempre va con el cuchillo entre los dientes porque ha sido creado para disfrutar corriendo.

mini jcw gp 2020 detalle del escape
Mini//Car and Driver
mini jcw gp 2020   barra de seguridad trasera
Mini / Guenterschmied.com//Car and Driver

Sólo existe la función GP Mode que se activa cuando desconectamos el ESP, recomendable única y exclusivamente para circuito dado que el Mini se vuelve más nervioso y difícil de controlar, y eso es algo a tener en cuenta en un coche con 306 caballos y con un peso tan liviano. A pesar de que el eje delantero cuenta con la ayuda de un diferencial autoblocante mecánico, la electrónica aparece en más de una ocasión para que nada se vaya de madre, principalmente cuando los neumáticos comienzan a patinar en aceleración, incapaces de gestionar un par de ¡450 Newton/metro!

Diez milímetros más bajo que un JCW

Volviendo al diferencial, éste suele tener una respuesta bastante brusca. Literalmente te da ‘hachazos’ al volante. Y aunque te ayuda a trazar las curvas consiguiendo un plus de motricidad –bendito sea, porque este GP subvira más de la cuenta–, cuesta hacerse a esa forma de actuar que tiene, sobre todo, cuando estás con el volante girado porque piensas que algo raro sucede. Pero no. Todo está bajo control.

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Mini / Bernhard Filser//Car and Driver

Por lo demás, las 3.000 unidades del Mini GP son idénticas. No existe ninguna posibilidad de personalización, un detalle curioso teniendo en cuenta las múltiples opciones al respecto que ofrece la marca británicogermana en cada uno de sus automóviles. Lo único que varía es la numeración que lleva cada Mini GP, una numeración visible tanto en el aletín del paso de rueda, que es de fibra de carbono sin pintar, como en la tapa de la guantera del copiloto.

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Mini / Bernhard Filser//Car and Driver

El equipamiento de serie es abundante: cuadro de mandos digital, carga inalámbrica para teléfonos, faros de led… Si te has hecho ilusiones de comprar uno, tenemos malas noticias: las 100 unidades que van a llegar a España ¡están reservadas! De hecho, tal y como nos confirman desde la marca, existe lista de espera en caso de que alguien finalmente no pueda adquirirlo, pero es algo muy improbable que suceda. Así que no te va a quedar otra que soñar con él, como vamos a hacer nosotros a partir de ahora.

A favor:
Diseño. Concepto de coche. Diversión al volante
En contra:
Precio. Aletines laterales en los pasos de rueda. Brusquedad del diferencial.