Ha sido una semana bastante convulsa la que le ha tocado vivir a Aprilia con sus dos pilotos como principales protagonistas. Fue el piloto italiano Andrea Iannone quien atizó a Aleix. Sin embargo, el de Granollers se defendió diciendo que él al menos era más rápido en la pista de forma regular. Pero lo que parece obvio es que la situación en Aprilia es de lo más peliaguda.
Hoy, con las dos primeras sesiones de entrenamientos libres, se ha puesto de relieve dicha situación. Ha sido en el preciso momento en el que, en la recta de meta, la moto del catalán se ha detenido al romper el motor en plena recta de meta. Ha sido uno de los momentos críticos de la jornada, aunque por fortuna no ha tenido mayores consecuencias. Los problemas no vienen de esta temporada, pero lo que está claro es que hay que mejorar pronto.
“Por la mañana di cuatro vueltas detrás de Marc Márquez y eso facilita mucho el trabajo aquí en Mugello, y después tuvimos el problema con el motor. Perdió potencia en sexta con gas a fondo y trinqué el embrague. Es un tema preocupante porque era un motor nuevo, llevaba solo unos pocos kilómetros”, confiesa sumamente decepcionado el de Granollers.
De hecho, Aleix no ha dudado en expresar públicamente su preocupación por la situación general en Aprilia: “Por la tarde los problemas de tracción fueron los de siempre. Es frustrante ver que no avanzas. Hay que ser realista y saber dónde estás, pero no hemos mejorado ni un 1% respecto al test de Malasia. Tengo la sensación de estar subido a la moto de 2017.”
“Soy el que va encima de la moto y solo doy las indicaciones que creo que tengo que dar, pero pilotar esta moto al salir de las curvas es muy peligroso, porque tengo la sensación de que saldré volando. La moto a 55 grados de inclinación no tiene tracción y la electrónica no nos funciona bien. No sé si es que no damos con la tecla o es que estamos buscando en el libro equivocado”, zanja un Aleix Espargaró que suplica auxilio por parte de su equipo de ingenieros y mecánicos.
