Lo que hizo Marc Márquez en el Gran Premio de Argentina de MotoGP 2019 fue algo al alcance de muy pocos. El de Cervera estaba a otro nivel y así lo puso de manifiesto durante la carrera. La gran pregunta era, ¿quién iba a ser el vencedor en 'la carrera de los mortales'? La respuesta a priori podía parecer sencilla y es que Andrea Dovizioso y Ducati llegaba fuertes a la cita, pero Valentino Rossi les sorprendió.
El veterano piloto italiano protagonizó un fin de semana de menos a más y mientras en la jornada del viernes tanto él como su compañero de equipo, Maverick Viñales, tuvieron problemas con las sensaciones que les transmitía la Yamaha, poco a poco fueron mejorando. Los resultados en la clasificación ya invitaban a pensar que se podía ser competitivos en la pista argentina de Termas de Rio Hondo.
Pero una cosa es poder contar con una moto competitiva y la otra es salir a la pista el día de la carrera y cumplir con las expectativas. Más aún cuando uno traspasa la barrera de los 40 años y pretende competir en la élite contra esos chavales que vienen pisando fuerte. Valentino se ha sobrepuesto a todo eso, haciendo gala de la experiencia que ha ido atesorando a lo largo de los años, para regalarle a la afición argentina una intensa pelea con Andrea Dovizioso.
Rossi ha vuelto a su versión más canalla, en la que estudia a sus rivales vuelta tras vuelta. No se puso nervioso y pilotó al ritmo del piloto de Ducati sabiendo que debía ser superior a su rival en el paso por curva; pocos pueden toser a la velocidad punta de la moto italiana. Así lo hizo. Esperó hasta la penúltima curva de la carrera para meter su Yamaha en el lugar en el que lo había planeado, a conciencia. Y sí, finalmente, Rossi fue ayer el ganador de otra carrera, la del resto de los 'mortales'.