La Fórmula 1 está atravesando económicamente uno de los momentos más complicados de los últimos tiempos. Además de la situación de Caterham,Marussia, la formación dirigida por John Booth, pasará pronto a estar gestionada por sus administradores, como en el caso de los monoplazas verdes, ya que según ha apuntado Sportsmail, el conjunto comunicó a la justicia británica tal intención el pasado 7 de octubre.

Ante esta grave tesitura, el mandamás de la categoría reina del automovilismo ha revelado que, en el caso de que fuera necesario, los equipos tendrían que suministrar un tercer coche a las escuderías con graves dificultades financieras. Al parecer, así lo estipulan los contratos firmados por ambas partes. Con ello, los equipos que concediesen ese monoplaza, podrían tener ciertos privilegios sobre el mismo, como indicar al beneficiado de este que colocase a un patrocinador o a un piloto determinado en el mismo.

"Ellos suministrarían un tercer coche a otra persona por lo que si, por ejemplo, Sauber desapareciera, un equipo podría hacer un trato con Sauber. Ferrari podría decir te daremos un tercer coche, todo lo que va con ello, y queremos que pongas este patrocinador en él. Tú tienes tus propios patrocinadores, pero queremos que incluyas a éste también y queremos que tengas a este piloto. El equipo no tendría que irse a pique después, ¿no? Si Red Bull decidiera darle un coche a Caterham, por ejemplo, eso podría solventar sus problemas", explicó Ecclestone.

Con esto se busca asegurar que la parrilla cuente en cada carrera con el número de competidores mínimos. Según los documentos acordados por el mundial y los organizadores de las carreras, la F1 "se serviría de sus razonables esfuerzos para asegurar... que al menos dieciséis coches participan en el evento".

De cara al GP de Estados Unidos, Ecclestone ha explicado que no será necesario tomar ninguna decisión de estas características, ya que las formaciones pueden legalmente ausentarse en dos carreras del calendario. Bien es cierto que tal acción les supone perder ciertos ingresos que, de estar presentes, habrían percibido.

"Nosotros no tenemos que introducir un tercer coche en esta cita, ya que pueden perderse un par de carreras. Pierden dinero que habrían conseguido por esas carreras, pero no pierden su posición en el campeonato. No tengo ni idea si Marussia va a hacer esto a largo plazo. Es mejor si no tienen que entrar en la administración", añadió el británico.

La escudería fundada por Nikolái Fomenko atraviesa una etapa crítica ahora mismo. Según se ha podido conocer, estos ya han informado al Tribunal Superior de Justicia Londres que sus intenciones son las de pasar a estar gestionados por los administradores, al igual que Caterham. El principal motivo son las pérdidas acumuladas desde su entrada en el mundial en 2010, que se tasan en 111 millones de euros. Con su ausencia, el número de participantes de una carrera queda al límite de no alcanzarse.

De no cumplir con las condiciones acordadas de antemano, la categoría se arriesgaría a perder alrededor de 240 millones de euros en concepto de compensación a los organizadores por haber incumplido condiciones fijadas previamente. De ahí que la opción del tercer coche, con el que los equipos más humildes se ahorrarían un gran desembolso de capital, sea una opción muy presente a día de hoy.

No obstante, hay quienes no son favorables a ella, como Claire Williams. La dirigente de Grove ha apuntado que lo que se debe hacer es abordar en profundidad las cuestiones que han llevado a ciertas a escuadras a estar entre la espada y la pared. Y es que la llegada del tercer coche, para la sucesora de Sir Frank, no es algo que esté en el alma de la competición.

"No creemos que los coches cliente y los tres coches por equipo estén en el ADN de nuestro deporte. Creo que una pregunta más importante es por qué estamos teniendo esas conversaciones y eso es porque se habla de que los equipos se encuentran en dificultades financieras en este momento. Creo que tenemos abordar las cuestiones de los costes en la Fórmula 1 con el fin de apoyar a los equipos que tenemos actualmente".

Al desgranarse los gastos de una escudería durante un curso completo, se aprecia cómo, en el caso de Marussia en 2012, el 42% de sus recursos económicos, se han destinado al desarrollo del bólido. Esto supone unos 25 millones de euros, a los que se le suma otros 18 millones por la compra de suministros, tales como el motor u otros componentes mecánicos. Con la llegada del tercer coche, se supone que estos costes se disiparían y este tipo de equipos pasaría a estar en una tesitura más favorable.