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En los deportes de equipo se da la especial situación de que tener a una gran figura acaba haciendo de efecto imán para traer a mejor personal. Por decirlo de alguna manera, todos quieren jugar junto a Cristiano Ronaldo o Leo Messi, y su presencia en los equipos facilitaba mucho la vida a la hora de realizar contrataciones.
Miedo en Red Bull con los empleados
Con Adrian Newey el efecto era muy similar. Todos querían trabajar junto al gran gurú de la Fórmula 1, ese genio que normativa tras normativa acababa dando la tecla, único en su especie al encontrar soluciones como el uso de los escapes aerodinámicos o el total abuso del ‘rake’.
No todo es de color de rosa con los genios. Trabajar cerca no quiere decir que vayas a descubrir un tesoro oculto en su forma de trabajar, y además supone una barrera clara e indiscutible a la hora de avanzar en tu carrera laboral, hasta el punto de que no es extraño que las consideradas manos derechas de Newey acaben saliendo del equipo, como ocurrió primero con Peter Prodromou, que se marchó a McLaren, y más recientemente con Dan Fallows, ahora en las filas de Aston Martin.
Y como para toda fuerza de acción existe su similar fuerza de reacción, la marcha de una gran estrella también acostumbra a significar que otras partes busquen un nuevo destino ante el temor de que el caballo ganador deje de ser tal y de rebote la calidad de su aportación quede en entredicho.
Ese es exactamente el punto en el que se encuentra ahora Red Bull mientras acaba digiriendo la presunta marcha de Adrian Newey. Pánico ante la fuga de talentos y que choca de lleno con la estrategia reciente del equipo, que ante la creación de Red Bull PowerTrain precisamente se ha dedicado a cazar estrellas de otros equipos.
Aunque la Fórmula 1 tiene tendencia a señalar a una única persona, cabeza visible, como artífice de los éxitos y fracasos de un equipo, esto rara vez coincide. La marcha de estas estrellas en muchas ocasiones tiene nulo efecto en los equipos ya que en muchas ocasiones el genio suele ser una figura anónima.
Pánico a una profunda restructuración
Pero una marcha masiva supone una completa restructuración, y ahí es donde nacen los problemas, con mucho personal haciendo un trabajo nuevo por primera vez, momento en el que aparecen problemas que los veteranos sí sabían evitar.
Sin estar todavía claro si Red Bull puede evitar la marcha o no de Adrian Newey, lo que es seguro es que trata de atar a sus cargos más altos, pero en un contexto de límite presupuestario donde no todo se soluciona con una mejora salarial, los dirigentes van a tener que hilar muy fino. Y una decisión transcendental de Max Verstappen podría acabar siendo la puntilla de este proyecto.
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