Es difícil imaginar que en el momento del rodaje de 'Bullitt' la famosa película protagonizada por Steve McQueen, ni el mítico actor ni el resto del rodaje pensaran que estaban a punto de hacer la mejor persecución de la historia del cine, ni tampoco que ese Mustang color verde oscuro se convertiría en todo un icono capaz de inspirar varias ediciones especiales dentro de la larga historia del pony car.

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Un Mustang de récord

Medio siglo después ahí tenemos por ejemplo el reciente Mustang Bullitt de Ford, pero no hemos venido a hablar de él, sino del ejemplar con el que, en su estreno a principios de 2018, se hizo una foto, nada menos que el Mustang original (uno de los dos) que Steve McQueen condujo en la famosa secuencia de Bullitt por las calles de San Francisco. Porque ahora, tras redescubrirse décadas después la localización de este ejemplar, Mecum lo acaba de subastar en Kissimmee en Florida. Un evento que le ha valido para convertirse en el Mustang más caro jamás vendido.

Este modelo en el mítico color Highland Green fue modificado para la película, con una suspensión reforzada y ciertas modificaciones en el motor, además de la pertinente instalación de puntos de montaje para soportar cámaras. Tras el rodaje Warner Bros reparó el coche y se lo vendió a un hombre que vivía en la costa este y que lo puso a la venta en 1974, el afortunado comprador Robert Kiernan solo tuvo que poner 6.000 míseros dólares para hacerse con esta pieza de la historia del cine y el automóvil y lo acabó utilizando como su coche habitual para el día a día. Un par de años después incluso el mismísimo Steve McQueen intentó comprárselo pero Kiernan se negó y lo mantuvo hasta su muerte para dejárselo entonces a su hijo Sean.

Cuando el año pasado se descubrió esta fantástica historia el joven Sean Kiernan le aseguró a Road&Track que "el objetivo era que siempre estuviera en la familia... Ese es el objetivo. Siempre lo ha sido. Siempre lo será" como una especie de patrimonio legado de padres a hijos. Sin embargo algo le ha hecho cambiar de opinión y es que él mismo les reconocía que su valor "podría cambiar vidas".

Más de 3 millones de dólares

Ahora, un comprador ha depositado por él nada menos que 3,4 millones de dólares, unos 3 millones de euros al cambio, estableciendo así todo un récord mundial y convirtiéndose en el Ford Mustang más caro de la historia, un título que estaba en manos del Shelby GT500 Super Snake de 1967 que se vendió por 2,2 millones de dólares.