Al volante del Renault Kangoo E-Tech: Multiusos sigiloso

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Desde que llegara allá por 1997, el Renault Kangoo ha logrado ser toda una referencia de su categoría gracias a su diseño, practicidad y soluciones innovadoras, convenciendo a más de 4,4 millones de usuarios en todo el mundo. Estamos, por tanto, ante un superventas que no para de evolucionar y la mejor prueba la tenemos con su carrocería combi, que por primera vez en toda su historia puede presumir de una versión 100% eléctrica, manteniendo su esencia, es decir, servir tanto para las familias como para los profesionales gracias a su habitabilidad, capacidad de carga y robustez.

Ideal para profesionales y particulares

Estéticamente resulta difícil diferenciar a esta versión E-Tech del resto de la gama ya que tan solo presenta una parrilla delantera específica que incorpora la toma de carga detrás del logo de la marca. De puertas para dentro, adopta todos los aspectos prácticos de sus hermanos de combustión lo que se traduce en un habitáculo confortable y un puesto de conducción ergonómico, acompañado por un salpicadero voluminoso, diferentes huecos portaobjetos (más de 49 litros de capacidad) y unas puertas delanteras que presumen de un ángulo de apertura de 90 grados.

Renault Kangoo E-Tech - fotos

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Las traseras, por su parte, se pueden recorrer hasta 615 milímetros, garantizando un mejor acceso a una segunda fila de asientos (tipo anfiteatro) que está más elevada debido a la presencia de las baterías bajo el suelo. Esto provoca que los ocupantes de estos tres asientos independientes vayan algo más elevados, disponiendo aún de un generoso espacio para la cabeza, aunque no tanto para las piernas y, especialmente, para los pies ya que estos se quedarán encajados bajo el asiento delantero. Dicho esto, Renault ha dotado las plazas traseras de unas salidas de aireación muy interesantes ubicadas en el mueble central para así tratar de conseguir un óptimo confort térmico.

Uno de los grandes puntos fuertes de este modelo lo encontramos en su maletero ya que este pone a disposición del usuario un volumen mínimo de 850 litros, ampliable hasta los 2.500 litros gracias a que la citada segunda fila, además de abatirse, puede deslizarse más de 140 milímetros. Sus formas, al mismo tiempo, son muy regulares y el plano de carga se sitúa bastante bajo por lo que resulta difícil imaginar que alguien vaya a echar en falta un maletero más grande. Por cierto, ya que hablamos del transporte de objetos, el Kangoo E-Tech también dispone de unas barras de techo novedosas que se pueden manipular sin herramientas.

Un paseo silencioso

Para probar las aptitudes del Kangoo E-Tech, Renault dibujó un recorrido urbano e interurbano por la capital, de unos 60 kilómetros de recorrido, en el que pudimos disfrutar de una de las novedades de esta versión 100% eléctrica. Nos referimos a un cuadro de instrumentos completamente digital de 10 pulgadas que nos muestra datos específicos sobre la conducción libre de emisiones locales, tales como el consumo energético de la pequeña furgoneta, la potencia requerida en todo momento y las indicaciones de un navegador que también nos indicaba dónde se encontraban los puntos de recarga más próximos a nuestra ruta, además de señalar si estos están o no ocupados.

Durante nuestro paseo decidimos utilizar el climatizador bizona regulado por bomba de calor, un sistema que no solo garantiza un confort térmico ideal, sino que también se encarga de aportar hasta 30 kilómetros de autonomía adicional al Kangoo E-Tech. Dado que la temperatura no fue lo suficientemente baja, no activamos otras soluciones opcionales interesantes que ofrece el modelo francés al conductor, tales como el parabrisas, asientos y volante calefactables. Lo que sí decidimos activar fue el modo de conducción Eco, que limita la potencia del motor eléctrico de 90 a 56 kW y la velocidad máxima del vehículo pasa de 135 a 110 km/h con el objetivo de maximizar la autonomía.

La pérdida de potencia se nota al instante, aunque el Kangoo E-Tech logra moverse con la suficiente soltura por entornos urbanos. No obstante, en el modo de conducción estándar el conductor disfrutará de una respuesta mucho más incisiva, ideal para desplazarse con agilidad por las aglomeradas calles de la capital. La generosa superficie acristalada del vehículo nos brinda una muy buena visibilidad y su dirección, con un tacto realmente agradable, se convierte en la mejor aliada para circular tanto por la ciudad como por el extrarradio, disponiendo en todo momento de un grado de confort más que suficiente y de un equipo de frenos cuya capacidad de regenerar energía se puede regular en base a los programas B1, B2 y B3. El primero de ellos nos permite circular ‘a vela’, con el segundo ofreciendo una retención similar a la de un modelo de combustión y el tercero no siendo tan intenso como esperábamos.

La batería de la furgoneta francesa presenta una capacidad energética útil de 45 kWh, compuesta de ocho módulos independientes, fácilmente reparables, siendo capaz de ofrecer una autonomía de hasta 285 kilómetros según el ciclo WLTP (430 km en ciclo urbano). Por cierto, la garantía del paquete de baterías es de 8 años o 160.000 kilómetros, garantizando una capacidad del 70% de su estado de salud (SoH). Si por alguna razón ese porcentaje fuera menor durante el intervalo descrito, Renault la reemplazará de forma gratuita. Durante nuestro recorrido la batería pasó del 88 al 62%, con una autonomía que reflejaba 153 kilómetros al comienzo y 148 al final. Esto significa que logramos completar la prueba de conducción sin apenas variar el rango de uso del vehículo, con un consumo combinado de 16,8 kWh/100 km. Si echamos mano de las matemáticas tenemos que la autonomía, con esa cifra de gasto energético, sería de 267 kilómetros reales.

Dicho esto, la batería admite recargas de hasta 80 kW de potencia, velocidad que le permite recuperar 170 kilómetros en unos 30 minutos. En corriente alterna, es compatible con cargadores de hasta 22 kW, pudiendo pasar del 5 al 80% en 2 horas y media, mientras que con la opción de 11 kW la carga de la batería del 15 al 80% se completará en un tiempo similar al anterior. La otra opción disponible pasa por reponer la energía mediante una toma de 7,4 kW, con la que el Kangoo E-Tech logrará pasar del 15 al 100% en menos de seis horas.

Equipamiento y precios

Aquellos interesados en adquirir la versión eléctrica de la popular furgoneta francesa –que se asienta sobre la plataforma CMF-CD de segunda generación (la misma que los Mégane IV o Austral, entre otros, pero adaptada para la ocasión)– deben saber que Renault la comercializa con dos acabados disponibles: equilibre y techno. El primero está pensado para diferentes clientes profesionales, mientras que el segundo es el ideal para las familias pues prioriza el confort y la seguridad, con una estética más llamativa. Con este último el usuario se podrá beneficiar de un total de 14 ayudas a la conducción, a través de los diferentes paquetes opcionales que ofrece la marca, dotando así al Kangoo E-Tech de una conducción autónoma de Nivel 2.

Renault ya admite pedidos para el Kango E-Tech 100% eléctrico en formato de carrocería combi y sus precios (sin descuentos) son los siguientes:

• Renault Kangoo E-Tech combi equilibre (cargador de 11 kW) – 39.204 €
• Renault Kangoo E-Tech combi equilibre (cargador de 22 kW) – 40.535 €
• Renault Kangoo E-Tech combi techno (cargador de 11 kW) – 41.745 €
• Renault Kangoo E-Tech combi techno (cargador de 22 kW) – 43.076 €

No obstante, el cliente también puede recurrir a las opciones preference de Renault y disponer de su Kangoo E-Tech mediante el pago de una determinada cuota mensual, en un plazo de hasta 36 meses. El plazo de entrega es de entre 2 y 3 meses.

Valoración del Renault Kangoo E-Tech

A favor: capacidad de carga, practicidad, huecos portaobjetos, cuadro de instrumentos digital, consumo energético, tacto de la dirección, ayudas a la conducción disponibles.

En contra: precio, espacio para los pies en plazas traseras, tacto del pedal de freno.