Max Verstappen y Carlos Sainz han repasado las relaciones con sus padres a lo largo de los años, cómo les han ayudado durante sus trayectorias profesionales en categorías inferiores y cómo son ahora. Para empezar, el holandés comenta que la relación con su padre está lejos de ser normal.

"No le veo como el típico padre de competición porque nuestra relación no es como las demás en el deporte. Lo hemos hecho todo juntos, me hizo los motores y todo lo demás (en el kárting). Íbamos juntos al banco de pruebas casi todos los días, intentando mejorar juntos los motores. Creo que pocos padres hacen este tipo de cosas con sus hijos", explica Max para Autosport.

"Vas adquiriendo experiencia según pasa el tiempo, para mí es normal tenerlo siempre cerca de mí, nada distinto de lo que hayamos hecho en el pasado", continúa, destacando que no supone ningún tipo de molestia tenerlo cerca.

"Todo ha ido de forma similar a como yo lo hice, desde luego todos saben la historia de lo que pasó más tarde, todo empezó a ser en el lugar incorrecto en el momento incorrecto", añade.

"Creo que es un gran piloto, fue competitivo en todo lo que hizo, es un luchador de verdad. Me gustó lo que hizo tras dejar la F1, me ayudó mucho, ¿cuántos padres hacen eso?. Puedes ver a muchos padres compitiendo, que no tienen demasiado tiempo para atender a sus hijos", explica.

"No fue una decisión sencilla, me sentía más cómodo en monoplazas de F3, por lo que no había razón para competir con coches de dos litros (Formula Renault) pero todo funcionó. Creo que lo que hicimos mejor que en su trayectoria fue no comenzar un campeonato del mundo en F1¡No estás en un equipo con Michael Schumacher!. Todo fue distinto entonces, cosas que no controlabas aunque podías hacer cosas con el monoplaza. Ahora todo está comprobado, es más justo el deporte..", asegura Max.

Muchos creen que por su madurez, Max podría pasar por un chico con bastantes años más, sin embargo, a él no le importa. "No me preocupa demasiado esto, todavía me da consejos como 'mantente concentrado' o 'sólo es viernes'. Sabe cuando acercarse y cuando no. Sabe lo que tiene que decirme pero la relación sigue siendo la misma que en el pasado", finaliza el compañero de Carlos.

En el caso de Sainz, las cosas son un poco distintas. Es mayor que Max y su padre está menos envuelto en su carrera profesional, ejerce más de espectador pero también le enseñó valores y maneras necesarios para el deporte de más alto nivel.

"Creo que como evolucionó mi padre en su trayectoria se ha reflejado bastante en cómo se ha comportado conmigo, sobre todo en los primeros momentos de mi trayectoria. Siempre me explicaba lo profesional que debo ser, hay que ser metódico, detallista, perfeccionista porque él era así", explica el hijo del campeón de rally Carlos Sainz.

"Desde el comienzo se comportó así, me quería meter la idea en la cabeza, recordar la presión del neumático y cómo estaba conduciendo. Pero nunca me dijo cómo atacar una curva, dónde adelantar o frenar, él pensaba que esto llega con el talento", relata Sainz Jr.

"Hubo momento difíciles porque cuando tenía 11, 12 ó 13 años sólo quería tomarme un chocolate caliente con mis compañeros de equipo en el mundo del kárting, sólo conducir y disfrutar. Pero tenía que hacer todas estas cosas, ¡y no podía mentir porque le preguntaba a los mecánicos, me evaluaba!", decía Carlos, que tuvo que trabajar duro desde bien comenzada su trayectoria deportiva.

"Siempre ha sido duro conmigo, cuando hacía algo mal, me lo decía. Es su manera de ser, no puede cambiar pero esto me ha dado confianza en mí mismo para ser autocrítico. Pero no cambiaría esos momentos aunque fueran complicados", comenta Carlos, recordando tiempos del pasado.

"Me beneficié de todo esto y me di cuenta cuando salté a los monoplazas, todo se complica. Me ayudó con el simulador de Red Bull y las carreras de apoyo. También hice un test en 2014 en Abu Dhabi que me dio el último 10% de oportunidades para ser piloto de F1. Se dieron cuenta de que soy un tipo serio cuando les daba mis sensaciones al volante, que estaba de acuerdo con lo que Ricciardo estuvo diciendo todo el año", añade el piloto de Toro Rosso.

Pero Carlos también comentó que fue un poco frustrante vivir con las expectaciones que creaba ser hijo de un campeón de Rallies y estar en la sombra de su padre. "Ahora pienso que es una ventaja pero si me preguntas cuando tenía 12 ó 13 años te diría que no, porque no tenía nombre propio dentro de la competición. La gente me quería batir por ser 'hijo de alguien' y sentía que todos estaban en contra de mí, fue difícil pero me hizo más fuerte, me hizo mejor", agrega el compañero de Max.

Pero ahora la relación ha cambiado ligeramente porque su padre está ocupado con el proyecto del Rally Dakar con Peugeot y no puede acudir a todas las carreras. "Este año ha sido distinto de cuando lo tenía siempre a mi lado, ha decidido dar un paso atrás, creo que está bien que esté ocupado. Tener algo más en lo que pensar le motiva, no tiene que estar siempre ocupado conmigo. Él es mi apoyo, cuando quiero decir algo, necesito ayuda o tengo que ser correcto por la radio, una persona de 53 años sabe cómo decir ese tipo de cosas. Me ayuda con esas cosas", continúa Carlos, que destaca la figura de su padre como apoyo en determinadas ocasiones.

"Desde el año pasado confía mucho más en mí, se dio cuenta de que soy más maduro y saco mejor rendimiento y me dijo 'mira, ahora tienes a 450 personas trabajando para ti, no creo que nadie de ellos confíen en tu padre. Quieren ver a un chico que confía en sí mismo, no que espera a que le digan qué hacer pero no te preocupes, me tienes aquí para lo que necesites, para cualquier duda pero vamos a demostrarles de qué estás hecho", finaliza Carlos.

Ahora es el turno de estos jóvenes pilotos de demostrar que tienen su propio nombre dentro de la pista, que llegaron por sus propios medios y tienen que demostrar el gran trabajo que pueden hacer teniendo o no a sus padres por el paddock.