El ganador de las 500 millas de Indianápolis de este año, Dan Wheldon, ya tenía un asiento oficial para correr la próxima temporada en el equipo de Andretti, una de las escuderías favoritas. Sin embargo, quiso participar en las dos últimas carreras de la temporada. Después de terminar decimocuarto en Kentucky, la prestigiosa Las Vegas le esperaba con un reto especial: 3,6 millones de euros como premio si conseguía remontar desde la última posición hasta la primera; premio que Dan iba a compartir con un aficionado. Pero en la vuelta duodécima se produjo el accidente múltiple que acabó con su vida.

Desde Europa, la visión de la tragedia ha sido distinta: se veía venir. Ecclestone ha sido uno de los primeros en criticar este tipo de competición: "Nosotros nunca habríamos permitido que esa carrera se celebrase en Las Vegas", asegura el jefe de la Fórmula 1 al periódico The Daily Mail. "Treinta y cuatro coches en un circuito de una milla y media (2,4 km, aproximadamente), estaban llamados al desastre".

Quince pilotos implicados, fuego, varios coches volando literalmente y un fallecido; demasiado para Ecclestone, que asegura que incentivar a un piloto con semejante premio en metálico no puede tener consecuencias muy positivas: "Es algo así como promocionar carreras de lucha libre, de alto riesgo", asegura el británico haciendo un símil a la lucha libre profesional donde todo vale. “Si bien nuestro pésame está con la familia de Dan, todo el suceso no ha sido bueno para el automovilismo en general.”