No parece sorprendente que las figuras de la Fórmula 1 ya hayan comenzado a sugerir que la Indycar tiene mucho que aprender de su deporte. "Es la categoría más peligrosa que hay ahora mismo", declaró a la BBC el campeón mundial de 1979, Jody Scheckter, que está intentando que su hijo Tomas abandone la competición americana.

También han sido criticados desde el accidente una serie de factores que incluyen el pequeño tamaño del circuito de Las Vegas, el elevado número de coches compitiendo, las capacidades de algunos de los pilotos o la naturaleza de altísima velocidad de las carreras en óvalos.

El expiloto de Super Aguri Anthony Davidson, quien fuera rival de Wheldon en la categoría junior, apuntó: "El historial de seguridad en Indycar no es bueno, y yo nunca pilotaría allí. Simplemente no vale la pena. Los coches están anticuados".

Opinión con la que David Coulthard, que se marchó a competir a la DTM alemana tras retirarse en 2008, se mostró de acuerdo en su columna del Telegraph: "Podría haberme trasladado con mi familia allí y hacer una vida para mí en los Estados Unidos. Pero la relación riesgo-beneficio era simplemente demasiado alto para mí".

"La Fórmula 1 tenía un nivel aceptable, pero la Indycar estaba, y probablemente sigue estando, 20 años por detrás de la F1 en cuanto a seguridad", señaló el antiguo piloto de McLaren y consejero de Red Bull, que comparte punto de vista con el campeón del mundo de 1992, Nigel Mansell, para quien la Fórmula 1 "hace un trabajo ejemplar".

Coulthard agregó: "Con un poco de suerte (el fallecimiento de Wheldon) alentará a la IRL a mejorar sus medidas de seguridad. Decid lo que queráis de Max Mosley, pero una cosa que en Fórmula 1 todos le hemos agradecido fue su reacción tras [las muertes en] Imola 1994".

Por su parte, Jackie Stewart aseguró: "Creo que se requiere una mayor disciplina por parte del órgano de gobierno [de la Indycar]. Si los pilotos chocan de forma habitual los unos con los otros, deberían imponerse sanciones más duras".

El presidente del Club de Pilotos de Carreras Británicos, Dereck Warwick, advirtió: "También tienen que contar con la calidad de los pilotos que están en la pista. En la Fórmula 1 todos son grandes pilotos que han ganado campeonatos a lo largo de su camino desde la Fórmula 3 hasta la GP2, antes de obtener la superlicencia que les permite competir. A veces me cuestiono la profundidad del talento que hay en las carreras de Indycar, y eso se debe a la inexperiencia, y aquellos sin experiencia generalmente acaban teniendo accidentes. Tienen que variar un poco lo que están haciendo", manifestó el veterano con 162 participaciones en grandes premios.

Por otra parte, el expiloto de McLaren Mark Blundell, que también compitió en Norteamérica, añadió: "Ese tipo de coches no deberían estar compitiendo en ese tipo de circuitos". En este sentido, Stewart declaró a Sky Sports: "Había mucha velocidad en una pista muy pequeña con demasiados coches juntos y no muchos pilotos punteros. Puede que tengamos que montar motores más pequeños con menos potencia y velocidades más bajas en las carreras de Indycar".

Pero Johny Herbert, quien estuvo a punto de irse a América tras retirarse de la F1 en el año 2000, cree que las fatalidades en la Indycar son inevitables. "Seguirán mientras esta forma extrema de competición de motor exista", escribió el británico en su columna para The National. "La tremenda velocidad a la que ruedan los coches mientras corren separados por pulgadas en esos óvalos, supone que posiblemente veamos más muertes, independientemente de las medidas de seguridad que se implementen", concluyó.

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