"Está claro que queremos luchar por la victoria siempre, pero en este momento hay un coche, el Red Bull de Vettel, que parece inalcanzable". No obstante, Alonso señaló la importancia que podrían tener algunos de los desarrollos que la Scuderia presentará en China, al tiempo que destacó la labor de los ingenieros en Maranello.

"Los técnicos están trabajando muchísimo para intentar mejorar el rendimiento del 150º Italia. En Shanghái probaremos un alerón delantero y alguna otra actualización aerodinámica: esperemos que supongan alguna ventaja, pero tendremos que evaluar bien su comportamiento en las pruebas del viernes".

En cuanto a lo que espera de este fin de semana, el piloto de Ferrari reconoció que afronta la tercera prueba del calendario de la F1 más bien a la defensiva. "El objetivo del Gran premio será similar al que teníamos en Malasia: defendernos en calificación e intentar aprovechar las oportunidades que nos pueda ofrecer la carrera".

Sin embargo, las temperaturas este fin de semana serán "mucho más bajas" respecto a las de Sepang. "Veremos, empezando por el viernes, cómo se comportan los neumáticos, que serán otra vez los duros como principales y las blandos como opción".

El bicampeón del mundo también se refirió a lo acontecido el pasado fin de semana en la carrera de Malasia, donde sufrió un toque con Lewis Hamilton al intentar adelantarle, lo que le hizo retroceder hasta la sexta plaza cuando tenía el podio casi en sus manos.

"Pagamos un precio muy caro por la rotura del sistema de gestión del alerón trasero móvil. Si el sistema hubiese funcionado, habría podido superar cómodamente a Hamilton en la recta de boxes y no habría tenido que luchar con él rueda a rueda, asumiendo riesgos". A lo que añadió: "Lo que pasó forma parte de las carreras y hay que aceptarlo. Era más rápido que él y tenía que intentar adelantarle; si no me habrían alcanzado los que estaban a nuestras espaldas".

Pero la carrera de Malasia también dejó algunos aspectos positivos que el bicampeón del mundo considera reseñables: "Nuestro rendimiento en carrera fue claramente mejor que en calificación. En Sepang tanto Felipe como yo teníamos un ritmo con el que podíamos luchar por el podio y ésa ha sido una señal importante", recordó el asturiano.

"Escuché al presidente Montezemolo tras la carrera de Malasia: no estaba contento y no puedo quitarle la razón, yo tampoco lo estoy. Sabemos que tenemos que reaccionar inmediatamente para recuperar respecto al líder del campeonato. Es verdad que si comparamos las dos primeras carreras de 2010 y las dos primeras de este año, estamos muy atrás—entonces era al revés, con Alonso y Massa a la cabeza de la clasificación y con Vettel a una diferencia relevante— pero también es cierto que si tomamos en consideración las dos carreras solas (Australia y Malasia), he sumado ocho puntos más de los que logré el año pasado".

Finalmente, Alonso bromeó sobre las declaraciones del presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, en las que el italiano colocaba a su ariete como primer ministro de un hipotético e imaginario gobierno formado por los ases de la F1. "Le agradezco que haya pensado en mí como primer ministro, ¡pero prefiero seguir como piloto!".