Mosley ha dado su voto de confianza al nuevo proveedor de neumáticos, Pirelli, cuyas gomas han causado más de un quebradero de cabeza entre los pilotos e ingenieros de las escuderías por su extrema degradación. Para Mosley no hay duda de que Pirelli está haciendo su trabajo conscientemente: "Los de Pirelli saben lo que hacen. Los equipos están ocupados ajustando sus coches a la nueva situación, como siempre han tenido que hacer para sobrevivir a estos cambios técnicos. Y algunos lo harán mejor que otros", asegura al periódico Welt.

A sus 70 años, Mosley ya no tiene que tomar decisiones en su puesto como presidente de la FIA, pero sigue muy de cerca a la Fórmula 1. Igual que a su amigo Bernie Ecclestone, que recientemente declaró públicamente que quería instalar sistemas de aspersores en algunos circuitos para crear lluvia artificial y Mosley está con él: "Es lo que Bernie y yo consideramos hace diez años", asegura. "¿Y por qué no?"

Este fin de semana se inaugura un mundial que fue retrasado por los tristes incidentes de Bahréin, donde varias personas fallecieron por altercados políticos. Mosley sigue confiando en Bahréin y en su capacidad de reponerse y albergar de nuevo una carrera de Fórmula 1. Además, apuesta por otros países, como Rusia o China.

Según el británico, la Fórmula 1 no debe mirar la situación política ni humanitaria del país que visita: "El deporte debe separarse de la política. Si no fuera así, sólo habría grandes acontecimientos deportivos en la mitad de los países actuales. Las evaluaciones morales y políticas no tienen cabida en el deporte". Y por eso no duda en seguir la tendencia actual de reducir las carreras europeas: "Hablamos de un campeonato mundial, así que si Europa tiene ocho carreras, todavía es una balanza desproporcionada".