Muy posiblemente, el bueno de Bayley Currey hubiera preferido terminar su carrera en el Atlanta Motor Speedway el pasado sábado con un buen grito de guerra triunfal. Pero en lugar de esa celebración de victoria, terminó la FR8 200 en la posición 31 después de que, a falta de sólo 39 vueltas para terminar, el techo de su coche se desprendiera.

En uno de esos momentos que hay que ver para creérselos, el techo del Chevrolet número 41 se va despegando del resto de la carrocería, poco a poco, dejando entrar el aire fresco de Georgia a más de 160 km/h.

En los primeros compases de la carrera, Currey había sufrido daños en el parabrisas tras golpear restos de otros coches en la pista. A resultas de ello, se generó una franquicia que hizo que la lámina del techo se doblase y rajase.

Cuando la aerodinámica llega al límite

"Cuando pillas el rebufo de otra camioneta, se producen muchas turbulencias ahí", explicaba Currey a Toby Christie, de Racing America. "Empezamos a perseguir a unos y otros y, con el movimiento, era como una lata de Coca Cola, que si puedes doblarla lo suficiente se rompe... Y se rompió".

Los comentaristas se dieron cuenta del problema de Currey al pinchar la radio de otro piloto, Matt Crafton. Crafton rodaba detrás de Currey cuando vio cómo se desgajaba el techo. Por desgracia, esto significó el final para Currey ya que debió abandonar la pista en dirección a los boxes. Tras desprenderse del todo, la chapa del techo golpeó el vehículo de Ty Dillon, con el número 25, causando daños muy leves que no impidieron a este piloto terminar en la posición 14.

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Para Currey, piloto de Niece Motorsports, es su segunda carrera consecutiva con mala suerte. El fin de semana anterior, en Daytona, sufrió un accidente con Bret Homes mientras peleaba por el liderato.

Vía: Road & Track
Headshot of Victoria Beaver
Victoria Beaver
Contributing Writer

Victoria Beaver is a nomadic sports writer who spends her time hopping between race tracks and hippie farms. She’s covered every corner of motorsports that will let her in from 410 Sprints to NASCAR to Supercross. Her daily driver is a 2010 Subaru that she refused to do the smallest amount of preventative maintenance on. Instead, she spends her free time and money building a 42-foot Skoolie to one day travel the country full time.

Lettermark

Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.