Dado el poco bagaje histórico de que goza el automovilismo chino, me tomo la licencia de desviar un poco la vista hasta el delta del río Perla, en la provincia sureña de Guangdong, donde precisamente se halla Zhuhai. Muy cerca, limítrofe a esta ciudad, se encuentra Macao; en un futuro no muy lejano –según leo– estas dos urbes –junto a Hong Kong, en la orilla opuesta del delta– estarán unidas gracias a una macroinfraestructura que suma varios puentes. En Macao, región administrativa especial de la República Popular China desde finales de 1999 –tras decenios de administración portuguesa– vamos a centrar nuestra atención. Desde 1954 allí se ha disputado ininterrumpidamente el GP de Macao en distintas categorías, sea de fórmula o de (gran) turismos. Pero acotémonos a la edición de 1967.

En chino mandarín, ‘cuatro’ (4) –‘sì’, transcrito fonéticamente mediante pinyin– se considera un número que trae mal fario pues es homófono a ‘sǐ’, cuya traducción sería ‘muerte’. Esta superstición se evidencia en la omisión de esta cifra como denominación de la cuarta iteración de muchos productos tecnológicos o en la ausencia de cuarta planta (en aquellos edificios que la alcanzan).

El resto de cifras que incluyen este dígito –’14’, ‘24’ y así sucesivamente, además de los ‘cuarenta’– también están asociados a la muerte. Es la llamada ‘tetrafobia’, que se extiende a la mayoría de países del este asiático, cuyos idiomas contienen vocablos con raíces chinas –sino-japonés, sino-coreano, sino-vietnamita, etc-. Curiosamente, todos ellos comparten la homofonía entre ambos conceptos. En aquellas regiones donde se habla el dialecto cantonés, ‘14’ y ‘24’ se consideran todavía más desafortunados ya que, respectivamente, se pueden traducir como ‘muerte segura’ y ‘fácil de morir’.

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Carteles del XIV Gran Premio de Macao de 1967


La edición del Gran Premio de Macao de 1967 era, efectivamente, la decimocuarta. Y no, no empezaría –ni, como veremos, terminaría– nada bien.

Un grupo chino de ideología maoísta que se hacía llamar el Escuadrón de Combate de Rebelión del Mayo Rojo de Macao –Red-May Rebelious Combat Squad of Macao– publicó una carta el 1 de noviembre dirigida a todos los participantes del GP de Macao, señalando en especial a los de nacionalidad china (y macaense). Redactada en un inglés defectuoso, les “avisaba” de no acercarse por allí con el peligro que, de hacerlo, “tendréis que asumir vuestras responsabilidades”. Es más: “de no respetar el aviso, guardaréis un recuerdo imborrable”.

El automovilismo de Macao sólo es un juego de capitalistas”, rezaba la carta, “que hará pasar a sus habitantes unos días ruidosos, peligrosos y complicados”.

A los pilotos de nacionalidad china (sic), enumerados –Albert Poon, Teddy Yip, Harold Lee, K.N. Suen, K.P. Chan, etc.–, se les calificaba de "traidores" y de “perros que trabajan para los imperialistas británicos”, y se les aconsejaba “volver al frente patriótico si no queréis seguir los pasos de Lam Bun”. Lam Bun era un locutor de radio de Hong Kong que, desde su tribuna, había criticado la izquierda pro-comunista impulsora de los disturbios de mayo (de 1967) en contra del yugo colonial británico. En agosto, unos desconocidos incendiaron su coche; él y su primo, dentro, perecieron.

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Albert Poon, principios de 1967, con el Alfa Romeo GTA con el que ganaría la categoría de turismos del GP de Macao de ese mismo año.


La carta adquiría cierto tinte cómico cuando, desde el propio ‘Escuadrón de Combate’, se pedía “por favor” que no se les tomase como una broma. A lo que seguía: “sois bienvenidos si queréis probar las piñas y sandías que, ya preparadas, os están esperando, cerdos de piel clara*”.

El mensaje de la carta, en definitiva, era confuso. La amenaza era rotunda, pero no lo era tanto qué sucedería en caso de celebrarse la prueba automovilística: del recuerdo del caso de Lam Bun –muerto– se pasaba a un hipotético lanzamiento de frutas

Estos acontecimientos se han de entender en el seno de la Gran Revolución Cultural Proletaria–Revolución Cultural–, una campaña que había nacido en 1966 impulsada por el Partido Comunista de China de Mao Tse-Tung. Fue una movilización que recorrió todo el país para desacreditar el ala más moderada –aquella ‘partidaria del camino capitalista’– del propio partido. Era, en definitiva, una radicalización de la revolución china.

A este cóctel cabe sumarle la situación única de Macao, actual región administrativa especial de China–como Hong Kong– pero, por entonces, bajo la tutela de Portugal. Inspirados en la Revolución Cultural, en 1966 tuvo lugar el incidente 12-3 –en referencia a la fecha: 3 de diciembre–, cuando un grupo de maoístas se enfrentó a la policía macaense por problemas en el otorgo de la licencia de construcción de una escuela. Se sumaron ocho muertes, y el gobierno portugués tuvo que lidiar tanto con la comunidad local pro-comunista como con el propio gobierno chino, con quien acordó minimizar la actividad del Kuomintang; este partido, de ideología anticomunista, había hecho de Macao un feudo ya que era donde muchos de sus militantes habían inmigrado tras el nacimiento de la República Popular China.

El caldo de cultivo, en definitiva, se había estado preparando durante meses. La carta, visto el panorama sembrado de tensión, no pudo pasar desapercibida.

Desde la organización del Gran Premio se aseguró con celeridad que la carrera tiraría adelante a pesar de la amenaza; no importaba, además, cuántos participantes se reunieran para la parrilla de salida. El gobierno portugués, por su parte, quiso ofrecer una imagen de máxima seguridad con un amplio despliegue de policías y de soldados (cerca de 1000, según la prensa de la época). Además, tuvo que desempeñar el papel de aseguradora dado que ninguna aceptó garantir el seguro de vida de los pilotos.

El empresario indonesio Teddy Yip –años más tarde conocido en el paddock de la Fórmula 1 como propietario de Theodore Racing– inscribió al piloto local K. N. Suen a lomos de un Lotus 22 de Fórmula Junior. Yip, uno de los impulsores de Macao como destino turístico, puso de su parte para atraer el máximo número de participantes: ofrecía 100 dólares (de Hong Kong) en fichas para el Casino Lisboa, del cual era cofundador.

Entre bastidores, dirigentes macaenses comunistas quitaron hierro a la carta: no tenían constancia de ningún ‘Escuadrón de Combate’. Conocedores de ello, la organización pudo garantizar que nada iba a suceder. Al final hasta 16 vehículos de toda condición –‘fórmulas’ y ‘sports’, dado que se corría bajo Fórmula Libre– se reunieron para la parrilla del domingo 19 de noviembre.

Albert Poon era un habitual de la escena automovilística del sud-este asiático con podios en los GGPP de Malasia, Selangor y Singapur; además, ya había vencido en Macao, tanto en monoplazas (1964) como en turismos (1963, en su primera edición). Originario de Hong Kong y ex policía, se dice que fue autorizado a ir armado –en carrera, ¡dentro de su Brabham BT21A!– con una pistola Browning...

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GP de Macao 1967: Albert Poon empujando su Brabham BT21A con problemas de transmisión

Al final toda la prueba transcurrió con absoluta normalidad. Ni abucheos, ni amenazas, ni lanzamiento de frutas, ni –todavía menos– intercambio de disparos. Nada. Hubo que lamentarse, no obstante, el primer fallecimiento jamás registrado en el Circuito da Guia.

Arsenio ‘Dodjie’ Laurel, pionero del automovilismo filipino, era el hermano más joven de José P. Laurel, presidente de las Filipinas durante la ocupación nipona en plena Segunda Guerra Mundial. Dos veces vencedor en Macau (1962 y 1963), ‘Dodjie’ era uno de los favoritos para la victoria final de la edición de 1967. Participaba a lomos de un Lotus 41 motorizado por un 1.6 litros de Ford que había adquirido –nuevo de fábrica– a finales del año anterior. En el tercero de los giros chocó en la curva del Yacht Club –hoy Mandarín–, al final de la recta principal y, por entonces, primera curva del circuito; el Lotus ardió en llamas con Laurel en su interior, que falleció antes siquiera de ser socorrido.

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Arsenio Laurel, Lotus 41-Ford, en el Rothmans Trophy (Selangor) de 1967. Fue su penúltima carrera tras la fatídica participación en Macau

Era, como se ha dicho, el 14º GP de Macao; peliagudo por la situación sociopolítica, y doloroso por el desenlace fatal de Arsenio Laurel... en un Lotus 41. ‘14º’ y ‘41’, dos cifras que, claro, alimentaron todavía más la llamada ‘tetrafobia’

* Esta referencia a la ‘piel clara’ no es en vano: en China y muchos otros países del Asia más oriental, curiosamente, el blanco de la piel equivale a belleza y es indicativo de status: se acostumbra a decir que quien puede conservar esta claridad es el ‘empresario’, mientras que quien ‘trabaja el campo’ está expuesto a numerosas horas de sol.