Me pregunto que se le pasaría por la cabeza a JeanTodt, al ver que su pupilo y gran amigo, se encontraba a más de veintesegundos (pocas vueltas mas tarde), de la cabeza de carrera, luchandocon suex-compañero Rubens Barrichelo, por una quinta posición que alejaba lasposibilidades del título, de forma casi definitiva, mientras que laapuesta de su hijo (maganer de Felipe Massa), se encontraba perdido enel fondo de la clasificación, y el título de constructores (que todo elmundo ambiciona, y nadie lo confiesa) seescapaba, debido al doblete Renault en construcción.

No he de preguntarme qué pensaba Flavio Briatore,puesto que su cara de satisfacción en el muro del box, lo decía todo.Mientras Fernando Alonso, demostraba, que no importa que llueva, nieve,venga el peor de los tsunamis, o se hunda el universo, el tiene lo quelos Italianos llaman“piede pesante”, y va fuerte, muy fuerte, terriblementefuerte, en todas as situaciones. Nunca antes había pensado que el deseo(tan enmascarado en su forma de ser) por competir y ganar fuera tanelevado. Fernando se siente solo (quizás siembre lo ha estado ) sienteque“todos y todo” esta en su contra, su equipo, la prensa, MaxMosley… y no esta muy mal encaminado (aunque no todo es como el quierehacernos ver), pero ese deseo de superar“todo y a todos”, consigue a que sea el rival más temido porparte de Michael, de hecho, su fuerza hoy ha sido tan grande, que apesar de los miles de kilómetros que nos separaban del circuito, sesintiera esa fuerza escalofriantemente presente.

El sábado, la lluvia nos privó de el duelo quetanto tiempo llevamos esperando, ver a os dos mejores pilotos de losúltimos veinte años a esta parte, en un duelo en igualdad decondiciones, porque tal era la situación Renault-Ferrari, de nuevo laclimatología puso en evidencia el factor calve de la diferencia deprestaciones de toda la temporada 2006, los neumáticos, que en estaocasión hizo naufragar a la Ferrari, encarando la carrera para elequipo francés, sabedor de que el clima sería un aliado el Domingo.

Quizás Michael pensaba, que sólo tenía unaoportunidad, y era la de esperar a que la pista se secara un poco más,ya que solo de esa forma sus intermedias darían lo mejor de si(recordemos las lecciones de Hungría), que debía perder el menor númerode puntos respecto a su rival, pero estaba firmemente decidido a darlotodo, solo le quedaban tres carreras, y él no es un Prost o un Lauda, alos que el miedo les vence ante la adversidad de una última carreradecisiva bajo la lluvia (recordemos sus clamorosas retiradas en laúltima prueba del campeonato cediendo el título…).Michael sabía que todo no estaba perdido, que solo la rendición telleva a la derrota, la pista se secaba lentamente, al tiempo que sudecisión se acentuaba, el es otro“piede pesante” no sabe hacerlo de otro modo.

Mientras todos estos “pensamientos” se sucedían, a alguien se le“olvidaba pensar”y fijarse, como todos los equipos Michelin, mantenían los cuatroneumáticos, alguien decidió, que el excesivo desgaste de uno de losneumáticos delanteros de Fernando aconsejaba su sustitución (el mismodesgaste lo tenía Fisichella y mantuvo las cuatro gomas). En esemomento, la carrera cambió de ritmo, Fernando tenía que“rodar” sus gomas nuevas, y la pista no ofrecía entonces lasmismas características que le permitieron rodar en tiempos de infartoal comienzo de la misma.

El resto, es historia, la clave de la carrera ha estado en un“pensamiento” poco “pensado”,que ha propiciado que el rival más temido recupere segundos que,curiosamente, son casi los mismos que los puntos que les separaban enel lejano Canadá… Hace treinta años que nadie recupera treinta puntos ygana un mundial, nos quedan dos pruebas, para saber si MichaelSchumacher, podrá batir el último récord a su alcance (el departicipaciones no podrá superarlo debido a su anunciada retirada…)

De Fisichella y Massa, podría hablar de “otrospensamientos”, pero hoy tocaba hablar de campeones, no de segundones, que no llegan muchas veces a ser ni siquiera eso…