Sin duda se trata de uno de los aspectos más controvertidos relacionados con la seguridad vial. Nos referimos a la velocidad factor clave y desencadenante de los accidentes en un 29% de las ocasiones, según la DGT, que el último número de su revista Tráfico y Seguridad Vial señala los mitos más recurrentes en lo referente a la seguridad:

1.- “La velocidad no influye en el resultado del accidente, porque los coches actuales son más seguros” (media verdad)

Está claro que los coches actuales son más seguros que los de hace unos años. De hecho, su capacidad de absorber energía en caso de impacto multiplica por mucho la de un vehículo de hace 10 años. Sin embargo, en una colisión la energía a disipar por las estructuras de los automóviles implicados en el accidente sería la suma de las energías cinéticas de ambos, que dependen de sus masas y del cuadrado de las velocidades a las que circulen en el momento del impacto. Por ejemplo, la energía cinética que acumula un vehículo que circula a 100 km/h es un 23% superior a la que acumula si circula a 90 km/h...

2.- “La medida de reducir la velocidad solo tiene afán recaudatorio” (falso)

Aquí se englobaría la medida que se puso en vigor a principios de 2019 y que hacía alusión a los nuevos límites en carreteras convencionales a 90 km/h. Para establecer este nuevo límite, la DGT lo disminuyó apoyándose en el informe Velocidad y Riesgo de Accidente, realizado en 2018 por la OCDE y el Forum Internacional del Transporte (ITF) que señalaba que “con más altas velocidades de conducción, el número de accidentes y su severidad crecen desproporcionadamente” y, además, el aceptado modelo Nilsson –un investigador noruego experto en seguridad vial–explica que una subida del 1% en la velocidad media implica un crecimiento del 2% en la frecuencia de accidentes con víctimas, del 3% en los accidentes graves y del 4% en los mortales.

Este informe también señala que una reducción de la velocidad media de 5 km/h en vías interurbanas reduce un 28% los accidentes mortales. De hecho, el mismo informe recomienda un límite de 70 km/h para las carreteras sin separación de los sentidos. Además, según datos del departamento de Transportes del Reino Unido, con accidentes reales, mientras que a 48 km/h hay un 3% de riesgo de morir a 80 km/h el riego sube hasta el 65% y a 96 km/h, al 92%.

3.- “La DGT manipula las cifras para que parezca que la velocidad influye más” (falso)

Esta cuestión la aclara Álvaro Gómez, director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial. La DGT utiliza dos tipos de cifras para analizar el impacto de la velocidad sobre la siniestralidad: la velocidad como factor concurrente en los accidentes y datos de estudios científicos imparciales. Por eso, la información sobre la presencia de velocidad excesiva o inadecuada en los accidentes se obtiene “directamente de los partes estadísticos transmitidos por las policías de tráfico” señalan.

Una subida del 1% en la velocidad media implica un crecimiento del 2% en la frecuencia de accidentes con víctimas.

4.- “Al reducir el límite de velocidad habrá más densidad de tráfico y más peligro en los adelantamientos” (falso)

En este sentido, la DGT señala que la intensidad de tráfico depende del número de vehículos que intentan acceder a una vía en un periodo de tiempo determinado. Un cambio en la velocidad solo tendría influencia sobre la intensidad en la medida en que un número de usuarios pueda basar su decisión de utilizar dicha vía, o tomar una alternativa, por el límite de velocidad. Una reducción tan pequeña como la mencionada disminución de 100 km/h a 90 –que solo suma 12 minutos de viaje en un recorrido de 200 kilómetros– no parece justificar dicho cambio.

5.- “Si voy solo y la carretera es recta, no hay riesgo por ir más rápido” (falso)

Según datos de la DGT, en 2017, el 39% de las personas fallecidas (398) en carreteras convencionales se vieron implicadas en accidentes sin ningún otro vehículo o peatón. Y la mayoría de estos accidentes fueron por salidas de la vía (367 fallecidos).

6.- “A menor velocidad, más distracciones” (sin pruebas)

Aunque es un pensamiento muy común que cuando se circula a menor velocidad aumenta el número de distracciones debido a la monotonía del viaje, no existen evidencias que apoyen esta afirmación. Sí, existen, según la DGT, en cambio evidencias científicas que señalan que circular a velocidades excesivas provocan cambios psicofisiológicos que redundan en la potenciación de la fatiga e incremento de las probabilidades de distracción.

7.- “Estoy cansado de recorrer kilómetros en carretera y no he sufrido ningún accidente” (falsa percepción)

Por ejemplo, como buen conductor que no hemos sufrido nunca un accidente podemos pensar que no hay diferencia de riesgo entre circular a 100 km/h o a 90, pero según la DGT cuando agregamos los cientos de miles de millones de kilómetros que se recorren cada año en España, y se suman los riesgos de todos los conductores, la diferencia de circular a una u otra velocidad supone decenas de vidas...