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El solo hecho de necesitar tener a los pilotos reunidos durante más de 40 minutos y luego estar casi dos horas deliberando y redactando el documento de sanción ya debería ser una pista de que algo no está bien, de que si algo no es claro y diáfano desde el primer momento, es que lo mismo no habría que ir por ese camino.
Culpable de conducción errática
Pero no importó. Fernando Alonso fue encontrado culpable de romper el artículo 33.4 del código deportivo de la FIA, ese que señala a la conducción errática, del que prácticamente nadie había oído hablar hasta la fecha, y por el que tras hoy, posiblemente nunca nadie vuelve a ser juzgado.
Y es que Fernando Alonso parece tener un imán para este tipo de sanciones de las que nunca nadie vuelve a oir hablar. Nunca más se ha vuelto a sancionar a un piloto por estorbar a otro estando a medio kilómetro de distancia, como ocurrió en Monza 2006. Ni se ha vuelto a sancionar a nadie por algo no plasmado en el reglamento, como el quedarse en su posición de box discutiendo con el equipo, como en Hungría 2007. Estos solo eran los primeros pasos del asturiano en la categoría.
También en Hungría 2009 el asturiano y Renault fueron sancionados con la prohibición de no competir en el siguiente Gran Premio por salir de boxes con un neumático mal ajustado. Una sanción que no se había dado antes, que no se dio jamás después, y que afortunadamente y previo paso por el tribunal de apelación, se logró retirar.
De forma más reciente, resulta complicado olvidar otro episodio en que la FIA se volvió pionera con el piloto asturiano como protagonista; Austin 2022. Fernando Alonso perdió el retrovisor después de un incidente con Lance Stroll del que fue pasajero. No fue el primer piloto ni el último en perder el retrovisor en la larga historia de la F1, pero sí fue el primero en ser castigado con medio minuto de tiempo añadido en las verificaciones técnicas. También fue el primero en ser castigado después de que un mecánico rozara el coche durante una sanción de cinco segundos de tiempo añadido, teniendo que argumentar Aston Martin la infinidad de ocasiones en lo que esto había ocurrido sin que se considerara punible.
Documento repleto de contradicciones
“En ningún momento se podrá conducir un automóvil de manera innecesariamente lenta, errática o de una manera que pueda considerarse potencialmente peligrosa para otros pilotos o cualquier persona”, reza el citado artículo 33.4. ¿Y saben qué entra dentro de esta definición? Cualquier cosa que los comisarios consideren, como así se extrae del hilarante y contradictorio comunicado explicativo que acompaña la sanción.
Ahí se explica que Fernando Alonso roza el freno 100 metros antes que en vueltas anteriores. El asturiano se justifica en que quería entrar más despacio en el vértice para poder acelerar antes. El piloto ve que se va a quedar corto, y antes de llegar al vértice vuelve a acelerar para frenar de nuevo.
Los comisarios afirman que Fernando Alonso tiene derecho a afrontar la curva de forma diferente y también que no es culpable del aire sucio que su vehículo genere y que pueda ser perjudicial para los rivales. Sin embargo, Alonso eligió hacer algo diferente al llegar a esa curva, y los comisarios consideran que este algo diferente fue potencialmente peligroso. Todo en un mismo párrafo donde se explica que no se ha tenido en cuenta el hecho de que George Russell acabase accidentado, y donde añaden “los comisarios no tienen suficiente información para determinar si la maniobra de Fernando Alonso tenía como objetivo causar problemas a George Russell o simplemente estaban tratando de conseguir una mejor salida.”.
No hay suficiente información: Culpable
Dicho de otra manera; los comisarios afirman desconocer si Fernando Alonso hizo lo que hizo para perjudicar a un rival, aseguran que el piloto puede cambiar la forma en la que toma una curva, que no es culpable del aire sucio que genera, y que además no se ha tenido en consideración que ocurriese un accidente. ¿Resultado? Sanción.
No solo sanción, sino que estos mismos comisarios que estuvieron deliberando dos horas, a pesar de lo anteriormente mencionado, deciden aplicar un agravante asegurando que no ha sido un simple error, por lo que la sanción de Fernando Alonso no fue de 10 segundos, que no hubiera tenido repercusión, sino de 20, haciéndole perder dos posiciones.
La FIA no ha necesitado definir qué es conducción errática ni citar precedentes, les ha bastado con decir que así les parecía. Y no hay más que hablar. No ha importado que el propio George Russell, antes de verse con los comisarios, afirmase que al final, él es el responsable de no salirse de pista. Tampoco los tres accidentes idénticos al del piloto de Mercedes ocurridos durante el fin de semana en los que no ha habido presencia cercana de Fernando Alonso. Ni la opinión generalizada de otros pilotos.
Gran Premio de Australia de 2024. Otro a la lista de esas sanciones polémicas que aparecen una carrera y nunca más se vuelve a saber.
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