No ha empezado bien el Gran Premio de China. Tras una abrupta primera sesión de entrenamientos libres en la que el piloto que más vueltas completó apenas llegó a ocho y varios siquiera marcaron una vuelta cronometrada, se esperaba que la segunda sesión de entrenamientos libres sirviera para hacer las comprobaciones típicas de cara a la carrera, tales como consumo de combustible e incluso puesta a punto.

Sin embargo, no ha podido ser. Minutos antes de iniciarse la sesión, dirección de carrera anunciaba el retraso del inicio por el mismo motivo que condicionó los primeros entrenamientos libres, la niebla que impedía que el helicóptero médico pudiese aterrizar en destino. Una media hora más tarde, se decía que, de comenzarse la sesión, ésta terminaría en cualquier caso a la hora prevista, las 15:30 local, manteniendo así el compromiso televisivo.

Pero tal y como se veía venir, los minutos se fueron consumiendo y nadie pudo salir a pista, centrándose la actividad en los juegos entre mecánicos, los paseos de Hamilton por los viales y sobre todo en el entregado público chino, que entre material de apoyo y sus ‘costume play’ ayudaron a hacer amena la espera hasta que finalmente a menos de un cuarto de hora para llegar a la hora de finalización, se publicó que ningún vehículo saldría a pista.