El inicio de temporada ha sido un período complicado, sobre todo para Cyril Abiteboul, jefe de Renault F1, que supo desde el inicio de los problemas del motor Renault y tuvo que aguantar constantes y abusivas críticas por parte del equipo Red Bull.

Sin embargo, en Mónaco las cosas sonrieron al motorista francés y sus equipos con un cuarto puesto para Daniel Ricciardo, un quinto para Daniil Kvyat y una remontada desde el pitlane al décimo puesto para Carlos Sainz.

"No puedo dejar de pensar en Viry", dijo Abiteboul tras la carrera al referirse a la división de motores en la sede de Renault F1, donde los trabajadores "lo dieron todo" para poder recuperar competitividad, sobre todo para el Gran Premio de Mónaco.

"Nos pusimos como objetivo para Mónaco conseguir manejabilidad y fiabilidad con estos motores, y los pilotos no se quejaron en ningún momento", ha comentado. "Todos fueron capaces de atacar y ser agresivos o cuidar las gomas, según lo precisasen", ha asegurado satisfecho el de Renault.

Sin embargo, algunas fuentes comentan que quizás no sea sólo la competitividad de la unidad de potencia en el Principado lo que ha alegrado a Abiteboul, sino que puede haber otras razones.

Los rumores apuntan a que Carlos Ghosn, CEO de Renault, estuvo en Mónaco para hablar con Bernie Ecclestone sobre un posible futuro de la compañía gala en la Fórmula 1 como un equipo constructor, como ya ganaron los campeonatos mundiales de 2005 y 2006.

A pesar de eso, Abiteboul debería centrarse en los posibles problemas que su motor podría dar a Red Bull y Toro Rosso en las largas rectas del Circuito de Montreal, en Canadá, la próxima cita del calendario, un Gran Premio en el que incluso algún piloto con unidad de potencia francesa podría tener penalización en parrilla el domingo por montar la quinta unidad de cualquiera de sus componentes.

A pesar de esto, Abiteboul es optimista con la mejoría de sus propulsores y no tiene miedo a Canadá: "Estoy deseando que llegue la carrera en Montreal", ha concluido.