Las cámaras se centraron en Lewis Hamilton y su victoria en Bahréin, la tercera del año pero, unos instantes después, al paso de los pilotos, también mostraron una gran humareda en la línea de meta con un motor Renault como protagonista.

Esta vez le tocó a Daniel Ricciardo quien, afortunadamente, pudo pasar bajo la bandera a cuadros en sexta posición: "El motor decidió romperse al final de la carrera", ha comentado Christian Horner a motorsport.com. "Fue instantáneo, 200 metros antes de la línea de meta, así que el lado positivo fue que pudo conservar la sexta posición".

El próximo propulsor que use el australiano será el cuarto del año, por lo que ya está en el límite de la normativa y un quinto componente ya supondrá penalización.

"Ellos (Renault) saben cuál es la situación, no necesito añadir nada, ellos saben lo que tienen que hacer", ha subrayado el británico, que quiere soluciones inmediatas.

Otra nota positiva fue que el RB11 mostró ser el cuarto coche más competitivo de la parrilla pero a Horner este hecho no le tranquiliza: "No significa demasiado, sabíamos con la información que teníamos al final de los stint que estábamos cerca del ritmo de carrera pero aún falta un segundo que recuperar y sabemos dónde está" concluyó.