Hace poco más de tres años, todo aficionado a la Fórmula 1 pudo disfrutar del tributo que Fernando Alonso y la Scuderia Ferrari rindieron en el Gran Premio de Inglaterra a un acontecimiento concreto de la historia del equipo italiano: su primera victoria en la categoría reina del automovilismo. El protagonista de dicho éxito también fue recordado en aquella celebración, la cual estuvo acompañada a posteriori por el triunfo del piloto español en Silverstone. El autor de aquel acontecimiento irrepetible no fue otro que José Froilán González, uno de los mejores pilotos argentinos que la historia ha conocido.

Froilán nación el cinco de octubre de 1922, en la ciudad de Arrecifes. Para su desdicha, fue un conductor que tuvo la mala suerte de coincidir en el tiempo con un compatriota tan extraordinario como lo fue Juan Manuel Fangio. No obstante, esto no le impidió marcar su estilo y dejar su marca en el deporte. Es más, ostenta un logro por el que seguro que más de uno hubiera dado el alma.

José, gran aficionado al deporte en general, no empezó a competir en eventos de renombre hasta aproximarse a los treinta años, algo común en aquella época. Su andadura, concretamente, comenzó a los 25 años en el Turismo Carrera, certamen argentino en donde ya pudo medir fuerzas con Fangio. Ya en esta ocasión, el "Chueco" quedó por delante.

El duelo prosiguió años más tarde, ya en Fórmula 1. Froilán no quiso perderse la inauguración del campeonato, y la prueba en la que debutó no fue otra que el GP de Mónaco, a mandos de un Maserati. Bien es cierto que su debut no fue muy afortunado. El argentino provocó uno de los mayores accidentes múltiples de la historia de la categoría cuando, yendo tercero, chocó en la primera vuelta con Nino Farina, segundo, y causó una montonera por la que tuvieron que abandonar diez pilotos, incluido el propio González. Sólo disputó una cita más en el 50, la de Francia, en la que también abandonó.

Al año siguiente, Froilán inició la temporada en el equipo Talbot-Lago, pero tras no acabar la primera carrera y no disputar las dos siguientes, se pudo unir a Ferrari para el resto de la campaña. El resultado de la unión fue sensacional. Cinco podios en cinco carreras. En la segunda de estas, hizo historia. José se llevó el Gran Premio de Gran Bretaña, el primero en la historia de la formación transalpina. A esta alegría le continuaron un tercero y dos segundos puestos. En la general acabó tercero, pero quién sabe dónde podría haber podido llegar de haber competido seriamente en los tres primeros eventos del año.

Durante el ejercicio de 1952, "El Cabezón" volvió a Maserati, pero sólo corrió el último gran premio en Monza, donde acabó en una muy respetable segunda posición. La campaña siguiente sí que fue algo más provechosa. Corrió cinco de las nueve citas del calendario, con tres terceros puestos como lo más destacado de esta.

Ya en 1954 se fue de nuevo a Ferrari, para firmar su mejor año en la categoría. Estaba determinado a bordarlo, después de que su amigo Onofre Marimón falleciese en el Nurburgring alemán. Fue capaz de reponerse de tal palo y, otra vez, ganó su carrera talismán, la de Inglaterra, a lo que le acompañaron cuatro podios más. No obstante, esto sólo le sirvió para ser segundo en la clasificación final… Efectivamente, el campeón fue Fangio. Froilán estuvo a muy buen nivel, pero su compatriota fue imbatible. Encima, el subcampeón se perdió la cita de España por un accidente en otra certamen ajeno al campeonato, lo que casi le costó dicha posición. Para José, la pena fue que había tomado la decisión de retirarse tras esa temporada por la muerte de Morimón. No pudo dedicarle el mundial, pero sí que dio lo mejor que tenía. Además, ese mismo año ganó las 24 Horas de Le Mans, lo cual hizo aún más elogiable su rendimiento durante la campaña.

Tras esto, González cumplió su promesa, pero a medias. Hasta en 1960, el argentino reapareció en cinco grandes premios. En el primero de esta serie, el de Argentina de 1955, acabó segundo en lo que fue el único podio tripartito de la historia de la F1. Lo logró junto a Farina y Maurice Trintignant, en su última presencia entre los tres primeros en un evento del mundial. Pasadas de estas carreras esporádicas, el argentino vivió tranquilamente en Buenos Aires hasta que, un 15 de junio de 2013, el corredor sudamericano se despidió de este mundo a los 90 años de edad.

Puede que José Froilán González no consiguiese un mundial, pero ganó la primera carrera de un equipo que, a día de hoy, es la escudería más grande de la historia. Y eso fue algo de lo que siempre pudo estar orgulloso.