No es un secreto que la nueva era de Fórmula 1 está perdiendo aficionados progresivamente. La culpa –en parte- de las complejas normas, la poca cercanía con los fans y la mala propaganda de los organizadores de los eventos, como así lo afirman Eric Boullier, jefe de McLaren ; Niki Lauda, consejero de Mercedes y Monisha Kaltenborn, jefa de Sauber.

Amén de esta situación, Boullier ha criticado las quejas sobre los cambios que se están realizando en la Fórmula 1, las cuales no ayudan a que el deporte sea una referencia y su salud mejore con el tiempo.

"Nos estamos disparando a nosotros mismos en el pie, con todo el mundo criticando, pero prácticamente tenemos buena competición cada fin de semana", dijo el galo.

"Tenemos muchos otros países interesados en organizar un Gran Premio de F1 y deberíamos estar apoyando estos cambios porque es genial ver a la competición yendo a otros países. La Fórmula 1 debería estar más unida a los aficionados y a las nuevas tecnologías", explicó el francés.

Entonces, ¿cuál es el problema de la competición? Simple y llanamente, la popularidad. El brusco cambio de la normativa técnica que entró en vigor esta temporada se ha traducido en fans más escépticos a la Fórmula 1, dada su complejidad.

Por ello una de las personas con más experiencia y sabiduría en el Gran Circo, el tricampeón del mundo Niki Lauda cree que el problema de la pérdida de aficionados no es tanto culpa de la F1 en sí, sino de los promotores de los Grandes Premios, por no saber hacer la publicidad adecuada.

"Los organizadores deberían mirar a Spielberg (GP de Austria). Red Bull es una organización profesional y logró vender 80.000 entradas en tres días gracias a los anuncios en radio e internet", afirmó el austríaco.

"Hay nuevas formas de vender entradas y los promotores tienen que pensar en qué pueden ofrecer a los aficionados durante el fin de semana. ¿Por qué Silverstone (el GP de Inglaterra) fue tan exitoso? Había eventos con leyendas, más carreras y el fin de semana entero fue distinto", argumentó el consejero del equipo Mercedes. quien señaló que la pérdida de popularidad "ocurre en algunos sitios donde la promoción no es suficientemente buena", agregó.

Finalmente contrasta la opinión de la jefa del equipo Sauber, Monisha Kaltenborn, quien cree que el problema verdadero de la F1 es la pérdida de cercanía con los aficionados.

"Estamos encerrándonos tanto en nuestro mundo que ya no podemos crear emociones en el aficionando”, explicó a Autosport. "Estamos yendo en esta dirección donde nos esterilizamos y no podemos salir. El aficionado está perdiendo interés en entender por qué alguien queda fuera de carrera. La gente no puede equipararse, ya no es emocionante. Simplemente habría que simplificar las cosas para crear más emociones. No estamos conectando. Tiene que conseguirse por hacer las reglas mucho más simples", concluyó Kaltenborn.