El paddock de la Fórmula 1 se ha unido al resto del mundo en estado de shock por la terrible y violenta noticia que llegó desde Ucrania. Aproximadamente unas 295 personas han muerto después de que un Boeing 777 en ruta desde Amsterdam a Kuala Lumpur se estrelló, al parecer después de que el vuelo de Malaysia Airlines fuera derribado por un misil disparado por pro-separatistas rusos de Moscú.

Por la procedencia del vuelo y la mayoría de personas holandesas en el habitáculo, Giedo Van der Garde, piloto reserva de Sauber, fue uno de los pilotos más afectados por la tragedia. "La noticia realmente me llegó. He estado en vuelos de Amsterdam a Kuala Lumpur a menudo. Mis pensamientos están con todos los involucrados".

En cualquier caso y en el entorno propiamente de la Fórmula 1, el impactante accidente pondrá más presión a los organizadores del primer Gran Premio de Rusia que se tiene que llevar a cabo en octubre, los cuáles ya se estaban defendiendo de los rumores de la crisis de Crimea que podrían obligar a la cancelación de la carrera.

Por último, otro país bastante crítico con la catástrofe ha sido Australia, cuya cifra de muertos rondaría las 27 personas. El líder de la oposición federal, Bill Shorten, ha descrito las muertes como "un asesinato"; mientras que el primer ministro, Tony Abbott, pidió a Rusia "la cooperación plenamente en esta investigación", a pesar de que su homólogo Vladimir Putin sigue culpando claramente a Ucrania. "Sin lugar a dudas, el Estado en cuyo territorio ha pasado es el responsable de esta terrible tragedia", manifestó Putin.