El promotor del mundial de MotoGP ha decidido coger el toro por los cuernos y cargar sobre sí mismo el daño económico que la situación provocada por el COVID-19 está provocando en los equipos que forman parte de sus campeonatos.

Inyección de dinero para los equipos

Por este motivo, la sociedad manejada por Carmelo Ezpeleta ha decidido repartir varios millones de euros entre sus estructuras privadas, es decir, todos los equipos de Moto2 y Moto3 así como seis de los once equipos de MotoGP. Solo en MotoGP, el promotor ha invertido 4,5 millones de euros. Con este pago, Dorna garantiza la viabilidad económica de estos equipos que han visto reducidos sus ingresos a cero, al menos, durante los tres primeros meses.

En cuanto a las estructuras de fábrica, Dorna ha preguntado a las mismas sobre sus necesidades, con el fin de garantizar su funcionamiento, siempre con le objetivo de que la crisis del COVID-19 no deje a nadie por el camino.

La medida, que fácilmente puede ser catalogada como muy responsable, de Dorna, sin embargo, deja en situación delicada a los muchos promotores de otros campeonatos, que han esquivado hacer movimientos parecidos, y si lo han hecho, ha sido al más puro estilo Bernie Eccleston, en secreto, para que el resto no pida.

AUTO: MAR 05 MotoGP - Grand Prix of Qatarpinterest
Icon Sportswire//Getty Images

En un momento en el que algunos equipos ya han cerrado sus fábricas y han realizado expedientes de regulación de empleo, como es el caso de McLaren, muchos esperaban un movimiento de Liberty Media, uno que al menos permitiese a los distintos equipos, especialmente los que no están apoyados por fabricantes, seguir pagando sus nóminas sin necesidad de mandar a sus empleados al paro.

La Fórmula 1 ha mandado a trabajadores al paro

Aunque en situaciones de crisis extremas, como la traída por el coronavirus cuyo final aún no se conoce, actuar se vuelve tremendamente complejo, Dorna ha trabajado para garantizar las nóminas de los trabajadores de los distintos equipos que componen el mundial, metiendo una presión extra a la Fórmula 1, pues eran varios equipos los que pedían una acción similar.

Mientras, la Fórmula 1 sigue pensando en restructurar sus reglamentos, alargar el periodo de vacaciones obligatorias e incluso modificar normas futuras sobre el límite de presupuesto, pero ninguna medida directamente relacionada con el momento actual. Ahora, los equipos tienen el precedente de Dorna para usarlo a su favor y meterle aún más presión si cabe a una Liberty Media que ya cree que las consecuencias de este comienzo de temporada fallido se alargarán hasta 2022.