Este cambio permitirá que la Fórmula 1 sea un deporte más concienciado con el medio ambiente, pero algunas voces aseguran que al reducir la potencia de los motores se perderá la esencia de la competición.

Al conocerse que en 2013 los monoplazas deberán montar motores turbo de cuatro cilindros, algunas personalidades más conservadoras del mundo de la Fórmula 1 se posicionaron contrarias a la normativa. Actualmente, la GP3 ya usa este tipo de motores proveeídos por Renault, de ahí que los tradicionalistas afirmen que la máxima competición vaya a sonar como un débil zumbido.

El director técnico de Renault, Rob White, ha salido en defensa de los nuevos motores y ha asegurado que los monoplazas de 2013 seguirán haciendo ruido. "Los motores de motociclismo también son de 12000rpm y suenan bien", señalaba White a Auto Motor und Sport. El director técnico de Renault también ha afirmado que no hay marcha atrás en la reglamentación. "Ya estamos trabajando en los motores de 2013. Habrá nuevos fabricantes que lleguen a la Fórmula 1 con un formato nuevo de motor", insistía White.

Al mismo tiempo, Renault se muestra contenta en ver la congelación del desarrollo de los V8 de 2,4 litros, ya que algunos de sus clientes, como Red Bull, se quejaban de la pérdida de potencial. "No tenemos el motor con mayor potencial, pero hay otras cosas en el motor que juegan un papel importante en el tiempo de vuelta. Por ejemplo, la habilidad para pilotar. Hemos trabajado duramente en perfeccionar las características del motor para ceñirse a los pilotos", añadía White.

El máximo dirigente de la F1, Bernie Ecclestone, ya se mostró contrario a la nueva era de motores desde el primer momento que se conoció la normativa. Sin embargo, la FIA y demás personalidades aseguran que no se perderá la esencia del deporte, y que además, hará de la máxima categoría del motor un deporte más cuidadoso con el medio ambiente.