En ocasiones, por muy atractivo o representativo que sea el coche a subastar, simplemente no aparece un comprador dispuesto a pagar por él la cantidad que su propietario considera adecuada. Así parece que ha ocurrido en la última subasta organizada por la casa Sotheby's donde, curiosamente, todo un Bugatti EB110 Super Sport se quedó 'compuesto y sin novio'.

    Evidentemente el coche recibió ofertas por valores con muchos ceros, pero la más alta de todas (cifrada en 2,2 millones de libras esterlinas) aún debía figurar por debajo del precio de reserva establecido por el vendedor, ya que la subasta se cerró sin establecer una puja ganadora.

    No obstante, para el anónimo vendedor no fue una mala jornada: el Bugatti formaba parte de una colección de 18 superdeportivos de ayer y hoy junto a máquinas como un Lamborghini Countach LP5000S o un LaFerrari, los cuales tuvieron más suerte y sí lograron venderse.

    Hecho por Bugatti... pero montado por Dauer

    Eso nos deja a solas con nuestro protagonista, cuya historia es digna de contarse. Y es que según la documentación que lo acompaña su primera matriculación data de 1996, un año después de que el empresario Romano Artioli, vencido por la crisis y las deudas, se viera obligado a clausurar su sueño de revivir Bugatti.

    Durante ese 'impasse' entre 1995 y 1996 el industrial alemán Jochen Daur, a la sazón comprador de los restos de la compañía, aprovechó los chasis y recambios que habían quedado almacenados en la planta italiana de Campogalliano para ensamblar algunas unidades más del EB110 hasta completar las 139 que llegaron a producirse en total de este modelo, incluyendo las 30 de la variante Super Sport.

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    Sotheby's

    Una variante que, respecto al EB110 GT primigenio, ofrecía un compendio ideal de menos peso y mucha más potencia para su ya descomunal motor 3.5 V12 de cuatro turbos, pasando de los 550 CV originales a 603. Este aumento permitía al EB110 SS alcanzar los 100 km/h desde parado en 3,2 segundos y lograr una velocidad punta de 348 km/h.

    Así pues, por las fechas es fácil deducir que este EB110 SS fue uno de los últimos de su estirpe. Uno de aquéllos que 'nacieron' con una Bugatti ya 'muerta', a la espera de un nuevo y definitivo rescate que no llegaría hasta 1998 de la mano de Volkswagen.

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    Sotheby's

    Este pasado complicado, que quizá haya podido influir en los potenciales pujadores, se ve sin embargo compensado por su originalidad como pieza de colección. No en vano, aparte de ser uno de los únicos 30 Super Sport, es uno de los dos únicos ejemplares pintados de fábrica en color 'Bianco Monaco'.

    bugatti eb110 ss bianco monaco
    Sotheby's
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    Sotheby's

    Precisamente en el Principado lo encontró su actual dueño, quien lo adquirió en 2012 para darle una relajada 'vida' como prueban los escasos 24.467 km que exhibe hoy en la instrumentación.

    Como decíamos al principio, en una subasta de este tipo el precio real es un dato que, por discreción, sólo el vendedor conoce. Pero si tu economía puede asumir el gasto de unos millones de euros en un automóvil, es posible que no tengas otra oportunidad mejor para hacerte con uno de los supercoches más distinguidos de principios de la década de los noventa.