Fernando Alonso no ha tenido nunca temor en revelar sus ilusiones para un futuro post-F1 donde además de competir en el mundial de resistencia y las 24 horas de Le Mans, el asturiano insinuó que quizá probaría competir en IndyCar (categoría de monoplazas estadounidense) para disputar la carrera más prestigiosa de América, las 500 millas de Indianápolis.

Alonso había comentado en el pasado que "hay tres competiciones por encima de la leyenda del deporte de motor: Mónaco (carrera de F1), (las 24 horas de) Le Mans y (las) 500 (millas) de Indianápolis. Sé que es difícil ganar las tres, pero sería un bonito desafío".

Sin embargo, el compañero de Alonso en McLaren -Jenson Button- considera que el IndyCar "es demasiado peligroso", como para competir en él. En relación a esto, Lewis Hamilton también dijo según Auto Motor und Sport que: "Cuando Nigel Mansell corrió en 1993 (en IndyCar) los coches eran molones. No lo son hoy en día", ha citado el vigente campeón de F1.

Lo que Alonso habla es conocido como la triple corona del automovilismo, y es considerado -al menos por los más puristas entre los amantes de la gasolina- el mayor hito que un piloto de cuatro ruedas puede lograr en su carrera deportiva.

Ganar el GP de Mónaco es, teóricamente, vencer en la prueba más dura, técnica, apretada y mentalmente más agotadora posible en los coches más atractivos y veloces del mundo. Llevarse la copa más grande después de recorrer 500 millas (804 km; es decir, distancia de casi tres carreras seguidas de F1) en el óvalo de Indianápolis es el premio más preciado al oeste del océano atlántico, y poder salir victorioso -aunque en un equipo con otros pilotos- después de correr durante 24 horas seguidas en el eterno circuito de La Sarthe, en Le Mans, significa hacerlo en la prueba más característica y probablemente más antigua y valorada de la historia del automovilismo.

Den por hecho que hacerlo en un solo año es prácticamente imposible, pero incluso así es tal la dificultad que solamente un hombre ha sido capaz de lograr este hito: Graham Hill. El británico ganó el primero de sus dos títulos de F1 en 1962 y su primer (de cinco victorias) GP de Mónaco en el '63. Tres temporadas más tarde ganó las 500 millas de Indy y en 1972 pudo vencer en las 24 horas de Le Mans, mientras competía en el mundial de F1.

Otro pilotos lo han intentado a lo largo de la historia, como Bruce McLaren, fundador de la escudería de Woking, con victoria en Le Mans y GP de Mónaco, pero no en Indy, al igual que Jochen Rindt. Otros pilotos como Jim Clark o Emerson Fittipaldi ganaron las 500 millas de Indianápolis y un mundial de F1, pero no ganaron en las dos otras pruebas.

El único piloto en activo que está 'cerca' de lograrlo es el colombiano Juan Pablo Montoya. Después de haber ganado en el GP de Mónaco de 2003, ganó en 2015 por segunda vez las 500 millas de Indy, y aunque ahora mismo está compitiendo en el mundial de IndyCar, el pasado invierno hizo un test con un coche LMP1 (categoría más alta de las 24h de LM) con Porsche, el equipo vigente ganador de la prueba.