Juan Pablo Montoya, que ganó siete Grandes Premios con Williams y McLaren entre 2001 y 2006, ha vuelto recientemente a la IndyCar con Penske tras siete temporadas en la NASCAR.

Por ello, el piloto cree que la IndyCar sería un buen ejemplo para la Fórmula 1 en la búsqueda de estrategias para recuperar la afición. No obstante, admite que los problemas de la categoría reina son algo más complejos.

"En primer lugar, la F1 tiene que cambiar de sonido", sentencia. "Es un compromiso difícil porque siempre se habla de ahorrar dinero, pero al final del día la Fórmula 1 nunca se ha tratado de eso", añade.

"Todavía se gastan todo el dinero del mundo. Un equipo allí podría patrocinar a toda la categoría aquí", compara. "Pero para recuperar a los aficionados, deberían echar un vistazo a la IndyCar. Creo que hacen el mejor trabajo cuidando a sus fans".

La IndyCar también se enfrentó a la tarea de recuperar la afición a la categoría, y sus esfuerzos han dado resultados: las cifras de audiencia en televisión son significativas y en crecimiento, además del trato directo con los fans a través de las redes sociales.

"Es muy diferente para los aficionados, salir a caminar y ver los coches. En el garaje de la NASCAR nunca están los pilotos. Los coches están ahí pero los pilotos están siempre en el motorhome. En la F1, el paddock siempre está cerrado, Es muy complicado, no hay una respuesta correcta", explica.

"Pero la gente que mejor lo entiende... En la NASCAR son los mejores entendiendo que al final es un espectáculo. La Fórmula 1, siendo tan europea, creen que es un deporte. Y es un deporte. Pero la forma en que se juega... a los aficionados les tiene que gustar", concluye.