Durante años, el primer X6 ha 'reinado' en un segmento que creó él mismo en 2008. Ahora su segunda generación tiene un rival de su nivel, el recién nacido Mercedes GLE Coupé, una evolución sobre la base del ML que en 2015 pasó a denominarse GLE. La estampa y las proporciones de los dos modelos son casi idénticas y aunque hacer juicios estéticos es arriesgado, la resolución trasera del Mercedes parece algo más acertada y cercana a la de un auténtico cupé, con una luneta más redondeada y unos pilotos muy horizontales que dan mayor sensación de anchura.

Los habitáculos ofrecen una extraordinaria anchura, sobre todo, en el Mercedes y las plazas traseras son menos agobiantes de lo que a simple vista parece, con un buen espacio para las piernas. La pega común en los dos es la escasa visibilidad trasera, con unas lunetas muy tendidas que dejan poco campo visual y sin limpia en ninguno de los dos casos, por lo que en cuanto llueve y si no se circula a una cierta velocidad para que el agua deslice con facilidad, es prácticamente imposible ver algo por el retrovisor.

MOTORES DIESEL, EXCELENTES

Los dos recurren al esquema de seis cilindros, en línea en el BMW y V6 en el Mercedes, como manda la tradición, con cubicajes y potencias casi idénticas y una cifra de par ligeramente mayor en el Mercedes pero que en la práctica no se aprecia porque el propulsor del X6 responde con más inmediatez. La sonoridad es realmente reducida en los dos rivales y aunque en frío y en ciudad todavía se aprecia ligeramente que son bloques de gasóleo, una vez en marcha la suavidad es absoluta y no merecen reproche alguno.

El Mercedes monta el nuevo cambio automático de nueve relaciones que poco a poco se irán imponiendo en todos los modelos de la marca. El BMW se mantiene fiel a la de ocho relaciones, en los dos casos cajas automáticas con convertidores de par y la posibilidad de uso en manual mediante la palanca o levas en el volante, con una excelente rapidez y suavidad en cada cambio.

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Por otra parte, ambos utilizan suspensión independiente de paralelogramo deformable en las cuatro ruedas, pero el X6 añade los muelles neumáticos traseros, mientras que el GLE recurre a amortiguadores tradicionales. En el Mercedes se pueden seleccionar cuatro posibles programas de conducción, uno de ellos 'individual' para ajustar cada parámetro por separado, que afectan a partes como la dirección, el motor, el cambio y la electrónica mientras que la suspensión se adapta en función del programa en caso de contar con la opción que cuesta 2.550 euros. En el BMW son cinco, incluído el 'individual' y uno más radical denominado Sport+.

A pesar de que en origen eran SUV, lo único que mantienen de esos genes es la tracción total, pero no hay ningún elemento para circular fuera del asfalto, salvo un control de descenso de pendientes en el X6, ni siquiera un programa de conducción off road.

Por tamaño ambos rivales tienen unas medidas casi idénticas, ya que las diferencias son de poco más de un centímetro en anchura y longitud

Durante la presentación del GLE Coupé me pareció que su toque deportivo estaba suficientemente conseguido y era acorde con su silueta, pero durante esta comparativa he comprobado que no es así. El Mercedes se nota más pesado y menos ágil que el BMW, con unas suspensiones más suaves y que permiten mucho más movimiento vertical, incluso en modo Sport, perfectas para los que buscan comodidad ante todo. El único problema es que las llantas de 21 pulgadas son un contrasentido a esa comodidad, pues la reacción de ese calzado ante un mínimo bache o una junta de dilatación del asfalto es una sacudida seca bastante incómoda que se transmite con rotundidad al habitáculo.

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En el BMW todo resulta mucho más equilibrado, es más ágil en todas sus reacciones a pesar de que la dirección es algo más lenta que la del Mercedes, pero el motor responde con mucha más rapidez, apoya antes, las suspensiones son algo más firmes y las reacciones de sus neumáticos de perfil ultra-bajo son menos apreciables en el interior.

LA HORA DE PAGAR

Si quieres uno de estos rivales tal y como aparecen en las fotografías de esta comparativa, debes sumar al importe que aparecen en las fichas unos 20.000 euros adicionales, que corresponden al equipamiento extra. De entre todo, en el Mercedes recomendamos la suspensión adaptativa–2.550 euros– mientras que los faros led son de serie –en el BMW 2.130 y 2.360 euros respectivamente–. Asimismo, en los dos es opcional el look exterior deportivo que incluye las llantas exclusivas de mayor medida en cada uno de ellos, así como los navegadores, con una exagerada diferencia de precio en función del tipo de equipo.

- Precio, equipamiento y ficha técnica del BMW X6 30d

- Precio, equipamiento y ficha técnica del Mercedes GLE Coupé 350 d

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