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Son dos coches de la misma marca, con idéntica filosofía y orientados a un uso muy similar pero que tal y como salta a la vista, no tienen demasiado que ver. Nos referimos a estos Citroën C5 X y Citroën C5 Aircross que para más inri, hemos elegido con idéntico nivel de acabado, color y por supuesto, con la mecánica más interesante que ofrecen ambos a nuestro juicio: la híbrida enchufable.
De un lado, tenemos a un C5 X que supone una clara evolución respecto al concepto SUV tradicional, con una figura más atlética, estilizada y sobre todo, aerodinámica, algo que a priori debe encajar mejor con la eficiencia energética que siempre buscamos en con coche con etiqueta ambiental Cero. Del otro, tenemos al C5 Aircross, un todocamino patanegra con una imagen más clásica y robusta, con cotas superiores y también por tanto, con una mayor habitabilidad. Y es que en ocasiones no se trata de elegir el SUV que quieres, sino el que realmente necesitas. Pero no adelantemos acontecimientos y veamos a través de estos dos Citroën, qué diferencias existen entre este tipo de vehículos y por tanto, cual te puede encajar mejor.
C5 Aircross, el auténtico SUV de Citroën
Salta a la vista por sus cotas, su suspensión elevada y su robustez. El Citroën C5 Aircross es un SUV de pura cepa y además, cuenta con un reciente restyling que le equipara a su rival de hoy en materia de equipamiento. Así, las primeras sensaciones que nos ofrece son muy positivas, pues esa altura extra nos permite entrar y salir del puesto de conducción de forma más rápida y sencilla que en el C5 X –y que en la mayoría de coches– y además, una vez dentro apreciamos un puesto de conducción amplio, confortable y con una alta carga tecnológica.
Los asientos son –como les gusta decir a los diseñadores– la primera superficie de contacto que tenemos con el coche y los del C5 Aircross son especiales. Siguen ese concepto de banqueta tendida que Citroën implementó como guiño a sus clásicas berlinas en este modelo y que le dan un aspecto diferencial al coche, pero a cambio, no ofrecen toda la sujeción lateral que nos gustaría tener y resultan más estrechos de lo que parece. De hecho, con los traseros sucede algo similar. Contamos con tres plazas independientes que es un aspecto muy positivo para todo coche familiar que se precie, pero son claramente más pequeños que en un monovolumen por lo que tenemos los mismos dos puntos de anclaje Isofix que en el C5 X y tampoco queda mucho espacio para los huecos portaobjetos que nos gustaría tener.
A cambio, este habitáculo de todocamino al uso –digamos– destaca por la gran luminosidad que ofrece y por la posición confortable de la que gozan todos los ocupantes, sobre todo si son cuatro adultos los que viajan en él o dos y tres niños. En materia de equipamiento… pero es cierto que se nota que la pantalla central se ha incorporado a posteriori en este modelo, igual que los mandos físicos que se encuentran debajo de la misma y sirven de accesos directos. Estos controles nuevos, conviven con otros clásicos en el C5 Aircross como los de las piñas de dirección, el control de velocidad crucero, los elevalunas o el volante multifunción; rémoras que no incluye su rival de hoy porque es más moderno, si bien su funcionamiento tampoco presenta el menor inconveniente.
C5 X, evolucionando el concepto SUV de Citroën
Acceder al habitáculo del C5 X no resulta tan cómodo, pero tiene premio. Enseguida, percibes una sensación de amplitud superior y una atmósfera más sofisticada. Los asientos, por ejemplo, son claramente más amplios y aunque ofrecen una postura más propia de una berlina que de un SUV, resultan fantásticos para viajar. Además incluyen buenos reglajes eléctricos, de modo que es sencillo encontrar una buena postura al volante y delante queda un volante multifución asimétrico con numerosos controles de nueva factura, una pantalla central más grande y mejor integrada que la del C5 Aircross y configurable en distintas vistas, por lo que resulta más fácil de manejar.
En este sentido, se nota que estamos en un coche más moderno y en general, más orientado a viajar, si bien también anotamos algún defecto. Por ejemplo, el cuadro de mandos digital es pequeño y menos completo que el del Aircross pero claro, se apoya en un completo Head up display que proyecta la información relevante directamente en el parabrisas. En definitiva, disponemos de un nivel de información superior.
Detrás, la tónica general es la misma. Cuesta un poco más acceder pero una vez dentro, el butacón es una pasada para dos adultos pues recoge las piernas a la perfección y las cotas son generosas. Además, a nivel de huecos útiles y detalles como la iluminación o las entradas auxiliares, se nota que están un punto más cuidados que en el Aircross. A cambio, eso sí, el maletero de este C5 X no resulta tan práctico y todo pese a contar con una apertura automática, una boca de carga amplia, un plano de carga bajísimo y formas muy regulares. Pero no dispone de un compartimento específico para los cables de carga como nos encontramos en el SUV, ideado con un doble fondo muy práctico para esta función.
Dos libres interpretaciones de confort
En marcha las diferencias de nuestros dos protagonistas se acentúan. El C5 Aircross trata de seducirnos con su puesto de conducción más elevado, pero también con una insonorización acústica formidable, y un comportamiento muy equilibrado. Se nota que viajamos en un coche muy versátil, pero sin el refinamiento y la gran estabilidad lineal de un Kia Sportage o un Renault Austral, por ejemplo. A cambio, la mecánica híbrida enchufable sí que nos permite olvidarnos de las gasolineras en el día a día y aporta un extra de suavidad y rendimiento a la conducción que encaja muy bien con la filosofía del coche.
Al cambio de volante, el C5 X nos propone un viaje en el tiempo de lo más inesperado. Pese a su sofisticado look y su equipamiento más avanzado, es un coche tan cómodo, sencillo y agradable de conducir como las berlinas de antaño. Frente al Aircross, va claramente más amortiguado y gracias a su altura y pesos inferiores, avanzamos en autopistas y autovías a velocidades más elevadas sin apenas darnos cuenta, de modo que este crossover resulta todavía más comodón que el SUV, para entendernos. Y además, también es más eficiente.
Lo normal es no tener problemas para alcanzar la autonomía eléctrica diaria que prometen los dos, pero claro no es la misma y su batería en realidad, tampoco lo es. Hablamos de sendas pilas de iones de litio pero la del C5 X declara 11,3 kWh de capacidad neta y la del C5 Aircross 12,9 kWh, una diferencia mínima pero que compensa el mayor peso y peor aerodinámica del SUV puro. Así, ambos declaran autonomías eléctricas cercanas a los 60 kilómetros, si bien durante nuestra prueba, el C5 X no superó los 55 y el Aircoss se conformó con 50. Cuando las baterías de ambos se agotan, el C5 X se mueve en torno a los 6,2 litros a los 100 por los 6,8 del Aircross, que no es una diferencia abismal, precisamente, pero sí un dato a tener en cuenta en dos coches realmente parejos y que por cierto, son una delicia de conducir tanto por suavidad de marcha, como por el rendimiento que ofrecen sus 225 caballos de potencia conjunta. Estamos ante coches que pese a no ser deportivos, ni pretenderlo, ofrecen unas prestaciones realmente elevadas.
Valoraciones de los Citroën C5 Aircross y C5 X
A nivel de equipamiento y precio las cosas se igualan de nuevo porque si el Citroën C5 X Plug in Hybrid 225 Shine Pack estaba siendo el más destacado en los aspectos más importantes, ahora nos encontramos con que el Citroën C5 Aircross Plug in Hybrid 225 Shine Pack cuesta 1.905 euros menos. Ambos vienen equipados hasta arriba con todas las ADAS de Citroën de última generación –ayudas a la conducción–, llantas de 19 pulgadas con el mismo neumático (205/55 R19) y equipos multimedia con una gran dotación de altavoces, navegador y pantallas táctiles casi calcadas, si bien la del 'X' es de 12 pulgadas y la del Aircross de 10, eso sí. Pero claro, éste incluye una banqueta regulable longitudinalmente que sí es realmente un elemento de equipamiento diferenciador.
En definitiva, puede que el buen gusto y sobre todo el corazón, te lleven a decantarte por el C5 X, pero está claro que la compra más lógica y práctica es la del C5 Aircross, un SUV realmente interesante hoy, no solo de esta comparativa, sino del segmento en general.
Citroën C5 X
A favor: Concepto original. Asientos. Confort de marcha. Equipamiento. Eficiencia.
En contra: Precisión de guiado. Dinamismo. Sin compartimento para cables.
Citroën C5 Aircross
A favor: Acceso al interior. Habitabilidad. Banqueta trasera deslizable. Maletero más práctico.
En contra: Algunos detalles de ergonomía. Consumos menos ajustados. Precio.
Citroën C5 X y Citroën C5 Aircross - fotos
Ficha técnica Citroën C5 X Plug in Hybrid 225 Feel Pack
- Longitud (metros): 4,81
- Anchura (m): 1,82
- Altura (m): 1,49
- Batalla (m): 2,79
- Maletero (litros): 485/1.580
- Peso (kilos): 1.797
- Mecánica híbrida: Gasolina 4 cilindros turbo + eléctrico
- Potencia (CV): 180 Gasol. + 110 Eléct./ 225 CV conjuntos
- Par máximo (Nm): 360
- Batería (Capacidad kWh): 12,4 –11,3 netos–
- Autonomía eléctrica (km): 63
- Transmisión: Delantera/Automático 8 velocidades
- Aceleración 0-100 km/h (sg): 7,9
- Velocidad máxima (km/h): 233
- Consumo medio (l/100 km): 1,2
- Emisiones CO2 (gr/km): 27
- Etiqueta DGT: Cero
- Precio (euros): 49.715
Ficha técnica Citroën C5 Aircross Plug in Hybrid 180 Feel Pack
- Longitud (metros): 4,50
- Anchura (m): 1,84
- Altura (m): 1,66
- Batalla (m): 2,73
- Maletero (litros): 460/600/1.510
- Peso (kilos): 1.853
- Mecánica híbrida: Gasolina 4 cilindros turbo + eléctrico
- Potencia (CV): 180 Gasol./110 Eléct./ 225 conjuntos
- Par máximo (Nm): 360
- Batería (Capacidad kWh): 14,2 –12,9 netos–
- Autonomía eléctrica (km): 64
- Transmisión: Delantera/Automático 8 velocidades
- Aceleración 0-100 km/h (sg): 8,9
- Velocidad máxima (km/h): 225
- Consumo medio (l/100 km): 1,3
- Emisiones CO2 (gr/km): 29
- Etiqueta DGT: Cero
- Precio (euros): 47.810
