Quien le iba a decir a mi amiga Elena que se casaría y sería madre no de uno, sino de tres críos, ella que nunca se imaginó con marido y con familia a su cargo. Lo mismo le ocurría a Seat con el León, del que nadie creía que algún día tendría una gama tan amplia como la desplegada en la tercera generación, la actual. Era raro imaginar al compacto con otra silueta que no fuese con la ya característica de cinco puertas pero al final llegaron una deportiva de tres puertas SC, otra station wagon y hasta un derivado para salir fuera del asfalto, el León X-Perience. Los tiempos cambian y las necesidades de los clientes también y, si no, que se lo digan a Volkswagen con su 'histórico' Golf, primo del León, del que hay hasta versiones monovolumen y 4x4. Precisamente esta última carrocería y el León X-Perience que nos ocupa comparten más que el concepto de aventura con el que han nacido.

Y es que el camino entre ambos ha ido de la mano desde su concepción hasta su puesta de largo en el Salón de París de 2014, donde los vimos por primera vez. Comparten plataforma–la ya famosa MQB del grupo alemán sobre la que se han creado, entre otros, Audi A3 y Skoda Octavia–, tracción integral con embrague Haldex de quinta generación y mecánica, la 2.0 TDI de 184 caballos con cambio automático DSG de seis velocidades. Con este historial pensarás que ambos son calcados; lo cierto es que cada uno sabe muy bien a quien dirigirse.

El Golf circula con más soltura por campo debido a una mayor altura libre y a una función off road

Con personalidad
El León saca las 'garras' con un diseño bastante más original que el de su rival, con un frontal ciertamente agresivo y en el que los faros de led toman todo el protagonismo –curioso que esta tecnología no esté disponible en el Golf ni como opción–. El VW no se caracteriza por una imagen que rompa cuellos a su paso, algo que sucede con otros modelos de la casa, aunque el atractivo de la preparación, compartida con el Seat, hace que el conjunto sea del agrado. En ambos no hay que olvidarse que se ha tomado la base de las variantes 'ranchera' para subir las suspensiones–172 milímetros en el León por 200 milímetros en el Golf– y añadir llantas específicas, barras en el techo, cromados exteriores y partes sin pintar, como en los pasos de rueda.

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De puertas para dentro, el León tiene un nivel de terminación nunca antes visto en un vehículo de la compañía; nos atrevemos a decir que es el mejor Seat de la historia y el X-Perience no es menos, con ajustes milimétricos y materiales de primera calidad, con gomas blandas que recubren la práctica totalidad del salpicadero y buena parte de la consola. Pero el Golf es otro mundo; lógicamente su mayor exclusividad se paga –la diferencia de precio que existe entre los dos ¡sobrepasa los 8.000 euros!– y el ambiente roza lo premium, sin menospreciar que el nivel de equipamiento es superior al contar con un asistente para transitar fuera del asfalto, un control de descensos o una pantalla central táctil de ocho pulgadas, un conjunto de elementos de los que carece el León.

Filosofía compartida
Si nos vendamos los ojos y arrancamos, sólo el olor que desprende el habitáculo nos podrá servir para saber en qué coche estamos montados, porque el TDI de dos litros tiene el mismo comportamiento en uno y otro, salvo mínimas variaciones en las prestaciones, mejores en el León por un peso inferior. Con 184 caballos, es la opción perfecta para los que viajen a menudo ya que no sólo dispone de un par sobresaliente y un consumo de combustible real de unos 5,5 litros a los 100, sino que este motor lleva irremediablemente asociado el comodísimo DSG, la tracción integral y el diferencial electrónico XDS, que frena la rueda interior en curva. En uno como en otro, el DSG tiende a mostrarse brusco en conducción relajada, no así cuando decidimos ir con ritmo, donde sale a relucir una asombrosa rapidez entre las transiciones. No obstante, al volante sí que apreciamos un comportamiento distinto como vamos a ver, aunque es mínimo.

La diferencia de consumo registrada entre ambos es de apenas 0,3 litros

Para el día a día
En el León, la dirección y la amortiguación endurecidas tienen un enfoque más de carretera, lo que unido a la falta de asistentes 4x4 hacen que el X-Perience sea poco amigo de salir del asfalto. El Golf, por su parte, sí que está pensado para aventurarse campo a través, ya que a las ayudas se suma una dirección y una suspensión más confortables.

Lo que está fuera de toda duda es que Seat León X-Perience y VW Golf Alltrack son una alternativa muy válida a los tradicionales todocaminos, ofreciendo una habitabilidad superior en las plazas posteriores sin menospreciar los maleteros, propios de berlinas de cinco metros de largo. El resto es cuestión de gustos… y de dinero.

Precio, equipamiento y ficha técnica Seat León X-Perience 2-0 TDI 4Drive DSG

Precio, equipamiento y ficha técnica Volkswagen Golf Alltrack 2.0 TDI 4Motion DSG

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