La ciudad manda. Atrás quedaron los años en los que el éxito social se medía en los metros de largo de tu coche. La crisis ha venido para quedarse, y ha traído bajo el brazo un positivo cambio conceptual en nuestra cabeza. El ahorro se ha integrado dentro de nuestra forma de vida con total naturalidad, sabemos de la necesidad de desplazarnos, pero también hemos aprendido que la diferencia de consumo en un recorrido urbano entre un gran mastodonte de los que estaban de moda en los años 2000 y estos pequeños ratones puede ser superior a los 10 euros cada 100 kilómetros. Impera la racionalidad.

Conocedores de ello, las marcas han puesto en marcha proyectos de mini coches extremadamente eficaces, caso del Citigo –hermano gemelo de VW up! y de Seat Mii– y del nuevo i10, descendiente directo del mítico Atos. Con una diferencia de longitud de 10 centímetros a favor del Hyundai, sorprende el inteligentísimo trabajo llevado a cabo en el habitáculo del Skoda, pues es sólo ligeramente más pequeño que el del Hyundai, ofreciendo además una cifra calcada de capacidad de maletero.

DE SOBRESALIENTE

La vida a bordo en ambos vehículos resulta más que agradable, cuatro ocupantes encuentran acomodo sin problemas, salvo por la reducida altura del Skoda a causa del techo solar. Eso sí mejor tener claro que encarar un viaje de medio o largo alcance en uno de estos vehículos y con cuatro ocupantes no es una idea muy recomendable, especialmente si queremos seguir manteniendo la amistad entre los acompañantes. Las limitaciones de potencia de los motores salen a relucir con toda claridad tan pronto como dejamos los entornos urbanos, aunque a su favor hay que decir que son capaces de desenvolverse como pez en el agua en radiales como las rondas de Barcelona o la M40 de Madrid y sobre todo dentro de los congestionados cascos urbanos.

El aislamiento no es el punto fuerte de ninguno de los dos.

Tan pronto como giramos la llave de arranque el ruido del motor se percibe con claridad en el habitáculo, especialmente en el Skoda, y se trata en ambos contendientes de un ‘sonido’ un tanto irregular y no muy agradable, no olvidemos que nos encontramos ante unas modernas mecánicas tricilíndricas que no cuentan con la armonía sonora entre sus virtudes. La peculiaridad de estos tricilíndros es que a medio plazo existen planes para incorporarles un turbocompresor de pequeño tamaño para alcanzar una potencia en torno a los 100 caballos.

En lo que sí que nos convencen es en sus consumos, si circulamos a medias legales y en ciudad podemos lograr un gasto medio de combustible entre seis y siete litros en ambos casos, y eso sin ser ningún virtuoso del miniconsumo. Sin intención de engañar a nadie, conviene caer en la cuenta de que tanto la cifra de potencia del i10 –66 caballos– como la del Citigo –75– no aportan muchas alegrías ‘dinámicas’, aunque afortunadamente las primeras relaciones de ambas cajas de cambio son descaradamente cortas y nos permiten movernos con mayor agilidad.

En lo que gana el Hyundai es en su elevado refinamiento interior, con un diseño más trabajado y unos remates de los que carece el Skoda, aunque cabría mejorar algunos plásticos algo toscos. Ahora sólo queda que elijas tu ratón de ciudad y lo configures a tu medida, poque en ambos casos las posibilidades son amplias.

Ver precio y ficha técnica del Hyundai i10 1.0 5p. Tecno+

Ver precio y ficha técnica del Skoda Citigo 1.0 75cv 5p. Elegance

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