Lo sabemos, no somos nada originales, pero es una comparativa ‘de cajón’ porque el Focus siempre ha sido el rival de más nivel para el Golf, el modelo que todos tenemos como ejemplo desde hace décadas en este segmento, algo que ha convertido al Volkswagen en todo un mito. Como al Golf ya le hemos dado muchas vueltas, hay poco que decir de su estética así que nos centraremos en el Focus.

El Ford es ahora más bajo y casi dos centímetros más largo que su antecesor lo que hace que su silueta ahora sea más estilizada y transmita la impresión de ser todavía más grande de lo que es, en realidad 15 centímetros más largo que el Golf. Esta diferencia de tamaño no se traduce en un interior mucho más espacioso. En las plazas delanteras las cosas quedan muy igualadas, pero en la parte trasera el Golf gana por una ligera aunque valiosa diferencia tanto en la cota longitudinal como en anchura, apreciable a la hora de que se instalen tres pasajeros detrás. En cualquier caso en el Focus todos los ocupantes van situados en una postura ligeramente más elevada, lo que en muchos casos facilita el acceso.

En el diseño del Golf se impone la sobriedad frente al trabajado Focus

El salpicadero del Focus es realmente espectacular, algo voluminoso en la zona de la consola central pero con un diseño vanguardista y una gran cantidad de interruptores que encaja a la perfección con el completísimo equipamiento tecnológico que puede llevar, de serie o en opción y del que hablaremos más adelante. En el Golf manda la sobriedad, pero los dos comparten un altísimo nivel de calidad tanto de materiales como de terminaciones. El maletero del Golf es algo más pequeño que el del Focus –13 litros–, pero al menos cuenta con una rueda de repuesto de emergencia, mientras que el Ford sólo lleva un kit de reparación de pinchazos que le resta bastante menos espacio de carga.

LOS DIÉSEL MÁS POTENTES

En nuestro anterior número dimos completa imformación de la gama del nuevo Focus. Ahora cuenta con cuatro variantes gasolina sobre el bloque 1.6, dos atmosféricos y dos turboalimentados los nuevos y eficaces EcoBoost, y tres Diesel con 95, 105 y 163 caballos, pues no habrá un dos litros de 140 caballos como existe en el C-Max. En el Golf el GTD se monta el dos litros de 170 caballos, también el Diesel más potente de la gama actual. En los dos casos los cambios son manuales de seis velocidades, pero los dos pueden llevan opcionalmente cambios automáticos de doble embrague robotizado con seis relaciones.

Las cifras de los dos propulsores son bastante similares, con una ligera ventaja tanto en potencia como en par para el Golf, además de conseguir el último dato a un régimen menor. El motor del Volkswagen es más rápido de reacciones, en algunos casos ligeramente brusco, además de contar con unos desarrollos del cambio algo más cortos, lo que también favorece ese poco más de brío en cualquier marcha. El del Focus es más suave, con unas reacciones más progresivas y también más silencioso a cualquier régimen, haciendo llegar al interior menos cantidad del típico ruido de un motor de gasóleo. Los consumos del Focus también son algo menores, aunque pesa casi 100 kilogramos más.

AGILIDAD O COMODIDAD

Los dos rivales comparten esquemas de suspensión muy similares con ligeras diferencias en las cotas de sus bastidores. El Focus tiene más distancia entre ejes y algo más de anchura de vías. Los reglajes de los dos modelos son más bien duros, en especial en el Golf, pero el Focus mantiene una buena elasticidad que proporciona una mayor comodidad en zonas más irregulares, sin que ello signifique que exista un balanceo mucho más apreciable en curva.

El Focus apuesta por la comodidad y la sofisticación frente a la deportividad del Golf

Una vez más parece que vamos a caer en el tópico, pero es que después de hacer kilómetros con los dos las diferencias son claras. El Golf sigue siendo el mas ágil y con el tacto más deportivo, a pesar de que por ejemplo su dirección es más lenta, con tres vueltas completas de volante entre topes, frente a las 2,5 vueltas del Focus, pero transmite con más fidelidad la información al conductor a través del volante. El Golf puede resultar más incómodo para los que circulen por zonas de carreteras más degradadas y valoren más la comodidad. El Focus produce la sensación de comodidad y aplomo de un coche más grande, sin que ello signifique que resulta pesado o poco ágil, pero es que el Golf obecede de una forma mucho más inmediata a cualquier solicitación que se hace de él, ya se a la hora de acelerar o de entrar ‘a saco’ y con total agilidad en una curva. Es algo así como el Mini de los compactos de más de cuatro metros. Para los que busquen conjugar esa deportividad con algo más de comodidad el Golf ofrece la opción de una suspensión adaptativa regulable por 845 euros.

TECNOLOGÍA ASEQUIBLE

Pero hay un aspecto en el que el Focus marca la diferencia no sólo con el Golf, sino con todos sus rivales y es en su completo equipo tecnológico. Hasta ahora ningún modelo de su segmento había reunido tal cantidad de dispositivos de ayuda a la conducción. Dentro de los extras ‘de regalo’ que llevarán las primeras unidades del Focus en acabado Titanium se incluye el asistente de aparcamiento automático, pero por tan sólo 1.150 euros más puede llevar el paquete Tech Titanium que incluye el City Safe Mode, capaz de frenar el vehículo si se circula a menos de 30 kilómetros/hora en ciudad y evitar una colisión, el avisador de cambio de carril con con dos modos, vibración del volante o corrección de la trayectoria, detector de obstáculos en ángulo muerto, control de atención del conductor, sistema de cambio automático de luces largas a cortas y lector de señales de tráfico, este último el más eficaz que hemos visto, en color y capaz de reconocer limitaciones de velocidad y prohibición de adelantamiento, informando por su intensidad del tiempo que hace que se mostraron.

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