Este nuevo coupé de lujo llega a Europa con muchas cartas a su favor. Respecto al modelo anterior –que no se vendió en el viejo continente– ha variado en sus dimensiones, ahora ligeramente mayores y en su potencia, que ha experimentado un importante incremento, en concreto 55 caballos. Con estas credenciales, uno de los pocos rivales que encuentra en nuestro mercado es el A5 equipado con motor 3.2 V6. Ya que el S5, más próximo por prestaciones, se distancia irremisiblemente por su condición de V8 y un precio ya muy por encima del ofrecido por el Infiniti.
Como berlinas
Mientras que el A5 basa su desarrollo en el A4, el Coupé lo hace sobre la del G37 berlina. Muchas son las similitudes para lo bueno –la comodidad intrínseca de cada uno– y para lo malo –similitud en el diseño interior de ambas versiones–. Aunque el A5 ya dispone de un espacio posterior justo para tratarse de un coche de 4,6 metros, en el Infiniti esta carencia es aún mayor. Circunstancia agravada por un maletero muy pequeño y puesto en evidencia por el del Audi, bastante más capaz.
En cuanto a conducción, encontramos unas sensaciones excelentes en ambos casos, tanto por estabilidad y seguridad como por respuestas. En el A5 casi parece que manejemos un TT dada su agilidad, mientras que en el Coupé, algo más temperamental, notamos los mismos genes mecánicos que el Nissan 350 Z. Y todo sin renunciar a una comodidad de amortiguación y aislamiento irreprochables.
En el Audi disponemos de un coche más versado en el uso diario y el viaje, con un suavísimo motor de menor consumo. El Infiniti resulta menos convencional y con un carácter más rebelde. Sin duda una excelente elección para desmarcarse con garantías.
PINTURA AUTOREPARABLE. La estampa del G37 Coupé es muy exclusiva dentro de un segmento ya de por sí restringido. Infiniti no sólo vende tecnología, sino también sofisticación. Por citar ejemplos, los clientes reciben en los concesionarios una atención especial y pueden configurarse ellos mismos la personalización del coche gracias a un programa informatizado con pantalla táctil. La pintura Infiniti es autorreparable y, al aplicarse calor, desaparecen las ralladuras ocasionales.
RUGIDO. El motor del Coupé es el mismo V6 que equipa al resto de la gama. Brinda sensaciones muy deportivas, sobre todo cuando estiramos las marchas hasta su elevado régimen máximo. Entonces, los escapes emiten un sonido propio de un deportivo de pura cepa. Al contrario que el Audi, en el que es más acertado optar por el cambio automático Tiptronic, en el Infiniti es más aconsejable el manual.
VISIBILIDAD. Al igual que en el Infiniti, la carrocería crea importantes ángulos muertos en la visión posterior. Por ello es interesante acudir a las opciones de ayuda al aparcamiento para controlarlos al maniobrar.
SUAVIDAD. Aunque el motor V6 de inyección directa de Audi consigue aproximarse a las prestaciones del Infiniti rindiendo menos potencia, su personalidad no resulta tan deportiva. Destacan su suavidad, progresividad y respuesta en bajo y medio régimen.
