El 2022 está siendo un año muy exitoso para Lamborghini. La firma italiana ha establecido un nuevo récord con el mejor primer semestre de su historia en términos de ventas, facturación y rentabilidad, siendo el gran responsable de todos estos logros un vehículo que hace años hubiera sido muy difícil de imaginar: el Lamborghini Urus. Al ver cómo otros fabricantes de entidad apostaban por la moda SUV, la casa de Sant’Agata Bolognese quiso probar suerte y, a decir verdad, fue una decisión sumamente acertada ya que el todocamino es el responsable del 61% de las ventas globales.

Por ello, Lamborghini quiere seguir apostando por este producto y la mejor prueba la tenemos con las interesantes novedades protagonizadas por el Urus durante los últimos meses, es decir, dos nuevas versiones con las que potenciar su gama. Una de ellas, la Performante, es una variante todavía más prestacional, mientras que la otra apostará por una mecánica híbrida enchufable con la que el Super SUV logre reducir sus emisiones y contener sus elevados consumos de combustible. Pero hasta que lleguen estas dos novedades a los concesionarios, todo el protagonismo recae sobre el modelo actual, con su V8 biturbo de 4.0 litros y sus gloriosos 650 CV, aunque recientemente la firma italiana ha actualizado el modelo, que pasa a llamarse Urus S.

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Christian Colmenero

El SUV de imagen más imponente

Cuando lo tienes delante, cuesta creer que un aparato de semejantes dimensiones lleve el escudo de Lamborghini en su frontal. Hablamos de una máquina que mide 5,11 metros de largo por 2,01 de ancho y 1,63 de alto, con una distancia entre ejes que se va hasta los 3 m y un peso total que ronda los 2.300 kilos. Para encontrarnos con unas cifras parecidas nos tenemos que remontar al año 1986, cuando se presentó en el Salón del Automóvil de Bruselas un todoterreno llamado LM002. Su vida solo se prolongó hasta 1992, con una producción de 301 ejemplares durante ese periodo, una cifra ridícula en comparación con los más de 3.000 Urus que se han vendido solo este año.

Los tiempos han cambiado y ya no se trata de ofrecer un 4x4 con un gran motor bajo el capó que sea capaz de afrontar todo tipo de obstáculos lejos del asfalto, sino una máquina elevada con la que disfrutar tanto en el circuito como en la vía pública, surcando un sinfín de kilómetros de carreteras asfaltadas mientras te sientes el centro de atención, con una sonrisa de oreja a oreja difícil de ocultar.

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Christian Colmenero

Cuesta desviar la mirada de un aparato como este, especialmente si ha salido de la fábrica con una tonalidad morada como la de nuestra unidad de pruebas, recubierta de una capa protectora antiarañazos. La mayoría pensará que está viendo el coche de un deportista de élite o un determinado famoso pues no todos los días uno se encuentra delante de sus narices con una bestia como esta, cuyas principales características estéticas no pueden esconder su pasaporte italiano. Unos faros estilizados, parrilla de grandes dimensiones, paragolpes con grandes entradas de aire, llantas de 21 pulgadas y unas líneas aerodinámicas definen la imagen de este 'toro' anabolizado.

Sin descuidar el confort

De puertas para dentro llama todavía más la atención ya que uno tiene la sensación de encontrarse ante una aeronave a punto de despegar, con esos mandos tan espectaculares ubicados en una consola central en la que las superficies táctiles cobran protagonismo y donde tanto las costuras como los materiales utilizados derrochan calidad, aunque no al nivel de su primo, el Bentley Bentayga. El cuadro de instrumentos digital nos resulta familiar y lo mismo ocurre tanto con los botones del volante como con el sistema de infoentretenimiento, ya que la genética Audi hace acto de presencia. El puesto de conducción, dada su naturaleza SUV, es fantástico pues nos permite ir relativamente bajos, con las piernas algo estiradas, envuelto en una atmósfera de coche deportivo en todo momento. En el Urus no ves tanto el capó ni vas tan elevado como en un Aston Martin DBX 707, por citar un ejemplo.

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Christian Colmenero

El confort en las plazas traseras está garantizado ya que viajar en los asientos deportivos del Urus no significa renunciar a grandes dosis de confort en trayectos largos, principalmente por el mullido que ofrecen banqueta y respaldo, así como la generosa distancia que tenemos tanto para las piernas y la cabeza como a nivel de anchura. Te puedes estirar, moverte de un lado a otro y ponerte cómodo para disfrutar de la experiencia de conducción que brinda una máquina como esta. También puedes cargar varias maletas de gran tamaño pues tenemos a nuestra disposición un maletero con una capacidad de 616 litros, ampliables hasta los 1.596 l si se abaten las plazas traseras.

Arranca la bestia

El simple hecho de poner en marcha el vigoroso propulsor V8 es una experiencia única: levantas la protección de color rojo y pulsas el botón encargado de dar vida a un motor que derrocha poderío y empuje por los cuatro costados. La melodía que emana al ponerse en marcha es tan intensa y agresiva que por un momento te llegas a plantear si Lamborghini ha instalado un escape de competición por error. Las cuatro generosas salidas que acompañan al difusor se pueden volver todavía más escandalosas en los modos de conducción más deportivos (Sport y Corsa), sintiéndote como si llevaras un coche de carreras a cada golpe de gas. Definitivamente, la experiencia auditiva que proporciona el Urus es sumamente difícil de olvidar.

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Christian Colmenero

Dicho esto, una vez te pones en marcha notas las grandes dimensiones del coche en todas y cada una de las direcciones posibles, de manera que te sientes el rey de la carretera. El SUV italiano puede ser silencioso, no tanto discreto debido a su estética imponente, por lo que si deseas circular a ritmos calmados el Urus es una bestia relativamente dócil con la que pasear mientras el resto de usuarios de la vía luchan por enderezar sus cuellos y tratar de no salirse de la carretera. En estas condiciones te das cuenta del gran trabajo de aislamiento realizado por los ingenieros de Lamborghini, así como de la sobresaliente puesta a punto de una suspensión que logra ofrecer unos niveles de confort muy elevados en el modo de conducción seleccionado por defecto, el denominado Strada.

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Christian Colmenero

El Urus utiliza muelles neumáticos en ambos ejes lo que se traduce en una altura variable en función del programa seleccionado, ya sea entre los disponibles por defecto (Strada, Sport, Corsa, Neve, Terra y Sabbia) como en el configurable Ego. Con semejante aparato entre las manos no tardas en escoger una ruta acorde a sus especificaciones, simplemente por descubrir cómo se comporta un vehículo firmado por la casa de Sant'Agata Bolognese cuya masa excede las dos toneladas y sus proporciones son de lo más generosas. La conclusión es la siguiente: sencilla y llanamente sorprendente.

Toca disfrutar

Hay tres cosas que destacan por encima del resto: su descomunal empuje, el equipo de frenos y su agilidad. Comencemos por la primera. El bloque V8 de 4.0 litros entrega 650 caballos de potencia a 6.000 vueltas y el par máximo que es capaz de producir es de 850 Nm entre 2.250 y 4.500 rpm. Estas cifras pueden llegar a intimidar, especialmente cuando tienes la sensación de que, dado su tamaño, este coche no encaja muy bien en carreteras reviradas como las que nos encontramos por la sierra de Madrid. Una vez asimilas el tipo de coche que manejas, basta con acariciar el pedal del acelerador para darte cuenta de todo el potencial del propulsor. Hundir hasta el fondo el pie derecho podría considerarse un acto de imprudencia pues la aceleración de este aparato es descomunal.

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Christian Colmenero

Todo sucede a un ritmo endiablado y las curvas se quedan atrás en un abrir y cerrar de ojos, teniendo que afrontar el siguiente giro muchísimo antes de lo que esperabas. Además, ese torrente de energía viene acompañado, como decíamos unas líneas más arriba, de una melodía propia de una máquina de competición, ronca y penetrante. Claro está, alcanzar velocidades de vértigo en unos pocos metros implica otra cosa y es que la confianza depositada en el sistema de frenos debe ser máxima. Sus discos cerámicos, de 440 mm de diámetro delante y 370 mm detrás, están ahí para ser tus mejores aliados. Al comienzo se sienten un poco distantes, como si tuvieras que darles mucho cariño, pero una vez adquieren temperatura te ofrecen una capacidad de frenado sobresaliente y te permiten dosificarlos con la precisión que esperarías de un automóvil firmado por Lamborghini. Sabes que no te van a defraudar, son leales y su resistencia parece la adecuada, al menos en la vía pública.

Cuando se trata de adentrarse en los giros, descubres una de las grandes virtudes del coche y no es otra que el tercer aspecto al que hacemos referencia, es decir, su agilidad. Sinceramente cuesta creer que este aparato pese lo que pesa y presente unas dimensiones tan generosas, pues cada cambio de dirección se sucede de manera rápida y directa. Es aquí cuando descubres una de sus claves: el eje trasero direccional. Su presencia le otorga al Urus un dinamismo que resulta adictivo dadas las características de este Lamborghini, teniendo como gran aliado a un sistema de vectorización del par que frena la rueda interior al giro para así introducir una cierta guiñada que nos ayude a tomar las curvas sin temer al subviraje. Tampoco podemos olvidarnos de su sistema de tracción total liderado por un diferencial autoblocante central que es capaz de dirigir hasta el 70% de la energía al tren delantero y el 87% al trasero, aunque el reparto inicial es de 40/60 respectivamente. Lamborghini ha querido que su bestia esté bien amarrada al suelo para así evitar cualquier sobresalto y lo cierto es que lo ha conseguido.

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Christian Colmenero

Una bestia cara y sedienta

Como todo buen producto de la casa italiana, lo menos gracioso de todo es hablar tanto del consumo de combustible como del precio. Sin embargo, cualquiera que esté interesado en adquirir un Urus no estará muy preocupado por ambos conceptos ya que no le importará desembolsar una cantidad tan elevada como la de nuestra unidad de pruebas, 281.536 euros, ni siquiera gastar los 14,4 litros/100 km que necesitó la bestia de Lamborghini para desplazarse durante los días que nos acompañó. A fin de cuentas, lo que realmente importa es sentirse especial cuando conduces un vehículo de este tipo y con el SUV de Sant’Agata Bolognese eso está más que garantizado.

Valoraciones del Lamborghini Urus

A favor: Imagen, prestaciones, comportamiento, sonido del V8, habitabilidad, frenos cerámicos.
En contra: Precio, consumo de combustible, peso, plásticos del interior.