Son robustos, imponentes y llamativos. Los SUV entran por los ojos sugiriendo un extra de seguridad y versatilidad respecto a los turismos convencionales que en la mayoría de los casos son sensaciones subjetivas y no ventajas reales. Las pruebas de choque de organismos como EuroNCAP en nuestro continente o NHTSA en Estados Unidos así lo demuestran y desde luego, el mayor peso y altura de este tipo de vehículos los hace necesariamente menos dinámicos y eficientes.
Pero por suerte, no todo es blanco o negro en la industria del automóvil y entre estos opulentos todocaminos y los turismos convencionales más aburridos, existe una clase media realmente interesante que es justamente a la que pertenece nuestro protagonista del día. Este Ford Focus Active es un perfecto crossover y quizá, del tamaño y precio que te encajan.
Versatilidad y sencillez
Por supuesto, la marca del óvalo no ha inventado nada en este sentido. Esta clase de vehículos lleva mucho tiempo entre nosotros con casos de éxito tan reconocibles como los Subaru Outback o Audi Allroad aunque ahora, la principal novedad es que esta fórmula llega a un vehículo de un segmento inferior, el de los denominados compactos. Así, en sus 4,40 metros de largo por 1,84 de ancho, este Focus concentra todos los elementos que le pides a un vehículo campero: protecciones de plástico para sus bajos, llantas de diseño y tamaño específico –en este caso 18 pulgadas–, barras longitudinales en el techo y sobre todo, una altura libre al suelo superior: 16,3 centímetros, que son tres más que el Focus normal, sin ir más lejos.
Todavía más interesante es que este Active cuente con una suspensión específica, con eje trasero independiente de tipo multibrazo, muelles y amortiguadores de tarado más blando y unas barras estabilizadoras distintas. Con esta dotación, que poco o nada tiene que envidiar a la de la mayoría de los SUV del segmento C, nuestro protagonista mantiene una altura total escasa –1,50 metros– y un peso muy contenido, 1.363 kilos en el caso de nuestra unidad de pruebas armada con una mecánica diésel. Hablamos de dos aspectos fundamentales para que un coche no pierda agilidad en carretera, pero en el caso de la altura, también nos ayuda a la hora de acoplar una baca o a acceder a determinadas zonas como garajes o parkings públicos con facilidad si tenemos ésta instalada.
Teniendo en cuenta todas estas especificaciones, solo nos encontramos a día de hoy con dos vehículos similares a este Focus Active en el mercado: el Subaru XV, que cuenta con tracción total y es más costoso y el Kia Xceed que presenta un precio muy similar y cuenta con dos únicas ruedas motrices pero hay una diferencia a favor del Ford que no es cuestión baladí y es su control de tracción específico. Con solo pulsar un botón, podemos pasar fácilmente de los modos Normal, Eco o Sport –presentes en todos los Focus– a los inéditos 'Resbaladizo' y 'Pista'.
En ambos casos, la sensibilidad del acelerador y el freno así como el control de estabilidad y tracción modifican su funcionamiento de manera clara, reforzando la seguridad en terrenos arenosos o en carreteras en mal estado, ya sea por la lluvia, la nieve o el hielo. Sí, nunca es lo mismo que ir con un 4x4, pero la electrónica hace milagros y siempre es bueno tenerla de nuestro lado.
De la teoría, a la práctica
Durante una semana pudimos poner a prueba las cualidades de este Active en condiciones de conducción bien distintas. El objetivo era triple: saber si podía ser tan eficiente como el Focus normal, conocer si aportaba un extra de confort y versatilidad en marcha y sobre todo, si la agilidad y el aplomo que caracterizan a este modelo no se habían visto perjudicados tras la reforma. Así, el primer test que realizamos se limitó a recorrer nuestras habituales carreteras de medición de consumos y los datos fueron sencillamente sobresalientes.
En conducción relajada por tramos interurbanos el ordenador de abordo se situó en los 4,5 litros a los 100 kilómetros mientras que en carretera abierta, mezclando zonas de autovía y carretera de montaña a buen ritmo, el 1.5 EcoBlue de 120 caballos no superó los 5,5. Sin duda, este propulsor encaja a la perfección con el carácter de este Focus 'campero' y no solo porque le permita ser realmente eficiente, es que también ofrece una buena respuesta al acelerador a medio y bajo régimen y resulta más fino y silencioso que la media de motores de este tipo.
El cambio manual de seis marchas, con desarrollos bien calibrados y un manejo muy preciso, también contribuye a realzar esa sensación de que manejamos un coche en el que confiar; con fuerza de sobra para salir de cualquier apuro y que responde a nuestras demandas con inmediatez.
El Ford Focus Active, en imágenes
En los tramos de montaña aprovechamos para cambiar de carretera mezclando algunas de buen asfalto y curvas rápidas con otras con el firme en mal estado y giros cerrados. ¿La respuesta de nuestro Focus? Irreprochable, en ambos casos. La puesta a punto de la suspensión es realmente elogiable pues presenta una capacidad de amortiguación superior y a la vez no compromete en absoluto la estabilidad del vehículo y si a esto le añadimos un nivel de insonorización óptimo, una dirección rápida y precisa y la citada agilidad del cambio, tenemos como resultado un coche con el que disfrutar realmente conduciendo y sin duda, uno de los mejores de su tipo, tamaño y precio en todos los aspectos. Todas las virtudes conocidas del Focus normal están presentes en este Active y la mejora en el confort general era tan evidente como su mayor polivalencia.
Gran dotación
A la hora de analizar el interior del Active nos encontramos con otra de sus ventajas más evidentes: con una altura libre al suelo superior, salir y entrar del coche resulta mucho más fácil. Además, los asientos delanteros –con tapicería específica– ofrecen un buen acolchado y su forma ergonómica les permite recoger el cuerpo a la perfección. La postura de conducción es especialmente cómoda, algo más elevada de lo habitual pero nada que cualquier conductor al que le guste ir instalado más cerca del piso no pueda solucionar regulando su asiento. Detrás, también tenemos un espacio más que apropiado para dos adultos aunque tres viajarán algo justos pues la plaza central posterior, como es habitual en coches de este segmento, es bastante más justa que las otras dos.
El maletero también cuenta una capacidad apropiada, en la media de este segmento. Hablamos de 375 litros que pueden ascender hasta los 1.354 si abatimos los respaldos de los asientos posteriores y retiramos su doble fondo que por cierto, resulta bastante práctico.
A nivel de calidad general no hay nada que reprochar, más bien al contrario. En la mitad superior todos los plásticos introducidos son agradables a la vista y al tacto y solo por debajo de éstos nos encontramos algunos más duros, aunque igualmente vistosos y bien ajustados. Los huecos útiles, ubicados en las puertas y la consola central principalmente, son numerosos y prácticos. El que se sitúa por delante de la palanca del cambio es más que apropiado para dejar las llaves y el móvil, pues cuenta con una superficie de carga inalámbrica que funciona bien aunque se echa en falta alguna sujeción para que con los movimientos habituales de la marcha, el teléfono no deje de llenar su batería sin que el conductor pueda percatarse. Con todo y eso, este aspecto nos da pie para hablar del aspecto más destacado –a nuestro juicio– de este interior: el sistema multimedia SYNC 3 de Ford.
Este equipo incluye los software Apple Car Play y Android Auto de serie y permite que cualquier smartphone de este tipo se pueda conectar al vehículo y sea accesible desde la pantalla central del mismo, que es de 8 pulgadas, incluye un manejo táctil intuitivo, algunos botones a modo de accesos directos y que además, es de serie. Así, podemos pedirle al vehículo que nos lea los últimos Whatsapp recibidos o dictarle las respuestas, por ejemplo.
Es verdad que resulta imprescindible el cable del teléfono para poder acceder a este menú en el que tenemos acceso a todas las aplicaciones compatibles con la conducción, pero si no lo tenemos a mano, ponemos asociar el móvil mediante bluetooth y disfrutar igualmente de muchas de sus funcionalidades. La sencillez del manejo unida a su buen funcionamiento, hacen de este este sistema multimedia nuestro mejor aliado para el día a día.
En definitiva...
Recapitulemos. Por 1.500 euros más respecto al Focus normal, este Active añade: una suspensión más alta y sofisticada con esquema independiente en el eje trasero y amortiguadores, muelles y barras estabilizadoras en los dos, que favorecen el confort; una carrocería con molduras de plástico protectoras, barras longitudinales del techo o las llantas específicas y una electrónica específica con dos modos de conducción en mojado y pistas de tierra. Ya en sí, estos son argumentos de peso pero lo mejor de todo a nuestro juicio es que además de ser más vistoso, cómodo y versátil, el Active conserva realmente todas las ventajas del Ford Focus que ya conocíamos. Es ágil y preciso en carretera, presenta un interior de calidad y con un equipamiento a la última y la mecánica, en el caso de este 1.5 turbodiésel, es enérgica y realmente eficiente.
Su precio de venta en nuestro mercado es de 25.500 euros aunque con los descuentos actuales se puede quedar en poco más de 22.000. Compáralo con la mayoría de los SUV y verás.
A favor: Confort de suspensiones y aislamiento. Eficiencia del motor EcoBlue 120. Relación calidad/precio
En contra: Tacto del freno. Maletero algo justo. Sin 4x4 en opción.
