La Fórmula 1 viaja hacia el Gran Premio de Canadá, séptima cita del calendario, que se celebra en el circuito de Montreal. El Gilles Villeneuve ha sido el escenario de 37 GPs desde el año 1982 y transcurre a lo largo de la isla de Notre Dame. Combina sectores construidos sólo para la carrera con carreteras normales. En comparación con el anterior evento del mundial, éste supone un reto mayor para las unidades de potencia.

"Montreal es un gran lugar. Creo que es estupendo que pilotemos en Canadá. Pienso que es una carrera que todos los aficionados de Fórmula 1 y pilotos disfrutan. Es un gran circuito, no uno normal. Es uno de los de siempre, con los muros cerca, grandes frenadas y cambios de dirección con las chicanes bastante rápidos. Es increíblemente importante frenar a tiempo. Es un reto bastante duro para el piloto pero también para el coche, los frenos y los neumáticos porque detienes el coche a baja velocidad para acelerar de nuevo. La tracción es muy importante también", ha compartido Sebastian Vettel.

"El Gran Premio de Canadá es una de las carreras más emocionantes de la temporada", ha admitido Mattia Binotto, jefe del departamento de motores de Ferrari. "Hay largas rectas, horquillas apretadas y curvas muy lentas, en las que la aceleración entrega toda la potencia que tengas. Es un circuito en el que las condiciones pueden cambiar durante la carrera, por ejemplo con los coches de seguridad, las barreras a veces las tocan los pilotos con las ruedas. Es una pista en la que la potencia de los motores es bastante importante, como Monza y Spa. La recta principal, que está antes de la meta, es muy larga: sales de una horquilla lenta y subes las marchas. Es una recta interesante para los hombres de los motores. El sistema híbrido es importante también porque la recta principal requiere la entrega de toda la potencia y hay que asegurar de que en la zona mixta del circuito recuperas la energía y llenas el almacén para cuando tengas que acelerar tras la horquilla hacia la recta principal", ha añadido.