Jos Verstappen cree que la fría compostura de su hijo, Max Verstappen, dentro y fuera de la pista, fue la clave para convertirse en el ganador más joven en la historia de la Fórmula 1. Una colisión en la primera vuelta entre los pilotos de Mercedes, aliada con una perfecta ejecución de una estrategia de dos paradas, permitió a Verstappen tomar la bandera a cuadros de la carrera de España, además de su lugar en los libros de récords, con 18 años y 227 días. La historia de cuento de hadas se hizo aún más notable, si se considera que la carrera fue su debut con el equipo, Red Bull, tan sólo diez días después de que lo ascendieran desde Toro Rosso.

"Han pasado muchas cosas en las últimas dos semanas, pero lo más importante es Max pudo hacer frente a todo", ha señalado Verstappen padre. "Él ha puesto un montón de duro trabajo, con entusiasmo por sí mismo, en pilotar un coche superior en un equipo de primera. Es muy flexible y lo ha demostrado de nuevo. Él está bien, él sabe qué hacer, esta es su vida. Ha competido toda su vida, por lo que es bastante normal para él. Desde luego ganar una carrera de F1 siempre será muy especial, sobre todo por la forma en que ganó. Siempre ha estado bajo control, sin cometer errores y se lo merecía", ha apuntado.

Verstappen Sr. consiguió dos podios en su temporada de novato en la F1 con Benetton, pero nunca fue ganador de una carrera de las 106 en las que participó entre los años 1994 y 2003. El mismo reconoció haber sentido que la victoria era más alcanzable con el movimiento de su hijo hacia el equipo Red Bull, pero reconoció que los acontecimientos sucedidos en España fueron impresionantes.

"Entrar en un nuevo equipo y tener un logro como éste es increíble", ha expresado Jos. "Nunca pensé por un momento, que nada más cambiar de equipo, tal cosa pudiera suceder, no de esta manera, pero sabíamos que al menos teníamos más posibilidades de ganar. Red Bull es un gran equipo y saben lo que es ganar carreras", confesó a continuación.

Verstappen hizo su segunda parada después de 34 vueltas de una carrera programada a 66 giros y dejó 32 para realizar con un juego de neumáticos medios que, en el mejor de los casos, se esperaba que durasen 25 vueltas. A pesar de que Kimi Raikkonen estaba detrás de él todo el rato, Max consiguió mantener a raya al campeón del mundo de 2007, un hombre que le dobla la edad y con 236 GPs a sus espaldas.

"Cuando hizo la segunda parada, no sabía cuánto tiempo iban a durar los neumáticos, pero hizo un buen trabajo para conservarlos", ha añadido Verstappen padre. "Él sabía qué hacer para mantener el pequeño hueco que necesitaba para que no le superaran, para obtener una buena salida de la última curva, y eso es lo que hizo. ¡Y se quedó tan fresco!", ha apuntado para terminar.