Casi de improviso, el miércoles 19.08.2015, los de Maranello comunicaron lo siguiente: "La Scudería Ferrari anuncia que ha renovado su acuerdo técnico y deportivo con Kimi Raikkonen". Por tanto la alineación de pilotos durante la temporada 2016 se mantiene estable. El finlandés, hombre poco dado a la expresividad, declaraba sin embargo: "¿Qué puedo decir? Para mí, poder estar otro año en Ferrari significa que el sueño sigue". Añadía además palabras como familia, compromiso y apoyo desde la afición 'tifosi', como las claves de querer acabar su carrera deportiva vistiendo de rojo. No hay duda, que la continuidad de Kimi Raikkonen, es una muy buena noticia para los aficionados a la F1, dada su peculiar personalidad, aunada a sus indudables dotes de excelente piloto. Además, parece ser, ha sumado una nueva cualidad, las buenas migas tanto con el staff técnico como, y en especial, con su compañero de escuadra Sebastian Vettel, que dicen, fue su principal valedor para la continuidad en el equipo.

Como consecuencia de lo anterior y ya que la Fórmula 1, en cuanto al baile de pilotos, es como una especie de complejo tetris de variados colores, donde las piezas deben encajar unas con otras, el gran perjudicado fue otro finlandés. Me refiero a Valtteri Bottas, cuyo apellido sonaba muy fuerte para ocupar la vacante posible de Raikkonen. Valtteri lo resumía así: "Ha sido una situación innecesaria, pero ahora todo es más fácil, cuando se sabe la verdad". Resulta que tanto rumor, día tras día, descolocaron al piloto de Williams, llegando incluso a descentrarle pues "se llegó a decir que ya tenía un precontrato con Ferrari, que estaba a punto de firmar con ellos", expuso Valtteri a los medios. No sé si solo fue él a quien todo esto le pudo dejar huella, pero en la carrera de Spa-Francorchamps, y a pesar de partir tercero en parrilla, todo se complicó casi desde el inicio. Y por resumirlo de alguna manera, en modo telegrama: ¡stop, tres blandos y uno medio!

El Grupo de Estrategia a falta de sapiencia propia, pidió una reunión entre los directores técnicos de los equipos, para que tuvieran una brainstorming, en castizo, 'Tormenta de ideas'. Y como tema principal, uno más manido y tocado que un billete de cinco euros, a saber, aumentar los adelantamientos. Los de Red Bull creen posible bajar la carga del ala delantera y del fondo, sin modificar en exceso el estilo del propio alerón. Al resto les pareció algo extraño, un sí pero no, así que propusieron ni más ni menos que la vuelta al efecto suelo. Un retorno pero a media luz, a medio gas, uno que necesite de un decisivo apoyo aerodinámico del apéndice frontal. Creo que todos recordamos, las razones de prohibir en su día este efecto succión en los monoplazas de fórmula 1. Por tanto me hago de cruces, cuando compruebo que cosas obsoletas y peligrosas, son de nuevo puestas sobre la mesa. Y me pregunto, ¿por qué mejor no volver a los V10 o los V12? ¡Si tienen las '3B', a saber, buenos, baratos y bravíos!

Sabemos que desde hace tiempo, la marca del rombo anda de compras, concretamente, una escudería al completo, toda todita toda. Como la cosa, léase equipos de la F1, andan algo pachuchos, escuálidos en cuanto al cash, los galos van puerta por puerta preguntando precios. Primero fueron a la de los Toros Rosso, más tarde incluso a Manor F1 y ahora Lotus. Dicen que los documentos están sobre la mesa, pues el acuerdo es casi total, incluida la petrolera del mismo nombre, con el firme OK de Genii Capital, dueños mayoritarios de los de Enstone. Renault asumiría los 400 millones de deudas que arrastra la escuadra. Sin embargo, un rumor corrió como agua roja por el paddock de Spa Francorchamps; Force India y su triunvirato accionarial, podrían también estar interesados en escuchar el tintineo de una oferta en firme. Desde luego a Carlos Ghosn, CEO de Renault & Nissan, cestas de navidad y de las grandes, no le van a faltar este año en su despacho.

Vettel juraba en arameo, después de perder su seguro podio en el gran premio de Bélgica, tras reventarle una goma trasera a menos de dos giros para finalizar la carrera. "Cosas como éstas, no pueden ocurrir. Si llega a pasar 200 metros antes, yo no estaría aquí, estaría empotrado en Eau Rouge", declaró el de Heppenheim. Además no fue el primero, visto el sufrido en el coche de Nico Rosberg, durante los libres 2 del viernes. Pirelli se escudó, en el caso de Vettel, en un error de estrategia, en que Ferrari dio demasiados kilómetros a ese juego de neumáticos. Pues solo apuntar, que el de Nico llevaba solo seis vueltas y se desintegró en mil y un pedazos. Débil escusa parece, el asirse a decir que unas gomas montadas en un monoplaza de competición, en un bólido, duran lo que duran, poco, y de no cambiarlas explosionan, poniendo en peligro la vida de los pilotos. ¿Acaso no es posible que solo dejasen de tener agarre, que patinaran sin fin, al igual que algunos manifiestos peregrinos?

¿Alguien conoce algún deporte de competición, que se tenga por serio, de máximo nivel mundial, que mueva miles de millones de dólares, con dirigentes competentes, en el que un equipo pueda penalizar 105 posiciones? La repuesta es más sencilla, que hacer un cero con un compás: ninguna. Bueno, eso era hasta la llegada de las unidades de potencia a la F1, sus ridículas normas y para colmo, el arribo de Honda como motorista. Esto ha sido como juntar en el mismo plato, judías, lentejas y callos, a saber, explosivo, de úlcera duodenal. Resulta casi incalificable, lo visto durante el viernes y el sábado en los boxes de Spa Francorchamps, cuando los nipones ponían para luego quitar e instalar otros new propulsores, en las traseras del MP4-30H. Al mismo tiempo, llovían las sanciones, ante el desconcierto del respetable, esos que pagan, que siguen fanáticamente lo que sucede alrededor del circo de Bernie Ecclestone& Jean Todt. Creo que muchos no sabían si llorar o reír, aunque de gracia, ninguna.

Tras el fatal accidente de Justin Wilson en las IndyCar Series, la FIA quiere retomar la siempre compleja cuestión, de proteger los cockpits de los fórmula 1. Hace ya muchos años, se probó una cúpula transparente, sin cierre superior, libres del GP de Italia de 1967, en el bólido de Jack Brabham. Luego algún intento aislado, siguió el mismo camino, pensando en las cabinas de los aviones de combate. Las objeciones a esta medida son el calor interior, visibilidad con lluvia y la dificultad de un rápido rescate, en caso de fuerte impacto a esta estructura al quedar dañada; de hablar de un incendio, todo tendería a un seguro desastre. Ahora se plantea una nueva idea; un pilar frontal frente al piloto y sobre este, una especie de 'C' que cierre sobre al capot motor. La verdad es que ya de entrada, la visibilidad hacia adelante se vería algo mermada, nunca mejor dicho. Por tanto muy difícil solución veo, a no ser de un rediseño total del bólido, camino quizás de los coches tipo WEC.