Giedo van der Garde ha vuelto a señalar, ahora entrando más en detalles, la difícil y extraña situación que vivió en el inicio de la temporada 2015 con su disputa con Sauber en el Gran Premio de Australia. En última instancia, el conjunto suizo resolvió el conflicto indemnizando al piloto holandés. Pero hasta entonces, Van der Gardedefendió que su contrato con los de Hinwil era válido para pilotar el presente año y debería haber sido respetado por el equipo.

Finalmente, el juez del tribunal de Melbourne concedió el asiento del C34 al deportista holandés para el fin de semana en Albert Park, pero Giedo no llegó a subirse al monoplaza. "Me sentí muy extraño. Me resulta difícil describir lo que realmente pasó. Mi novia Denise puede confirmarlo. Pero yo sabía que tenía que mantener la calma", señala Van der Gardeen la revista holandesa Formule 1.

Así, ha descrito la situación que se encontró en su llegada al garaje de Sauber. "Debería haber ido al equipo y decir, 'Hola, estoy aquí para pilotar'. Pero me fui al motorhome y nadie dijo nada. Todas las personas con las que trabajaba antes, me ignoraban. Nadie me miraba y me dije a mi mismo, ¿qué está pasando? Me acerqué al director del equipo, Beat Zehnder y él me dio el mono de carrera y el calzado y me dijo: 'Aquí'. Me vestí en el garaje para que ajustasen el asiento, pero los pedales estaban reglados para Marcus Ericsson. No se podía cambiar nada. Ellos no ajustaron nada. Sólo había dos mecánicos allí. Eso era muy raro, porque normalmente estaban allí, trabajando…", explica Van der Garde.

El ex piloto de Sauber entiende que los mecánicos estuviesen preocupados por sus puestos de trabajo, pero no la situación de enemistad. Solo los ingenieros mostraron una actitud normal con él y mostraron su empatía. "No sé lo que el equipo les dijo a los chicos, pero si son honestos, reconocerán que han cobrado sus sueldos debido a nuestro pago a principios de 2014. Y de repente somos enemigos, lo cual es una tontería. Entiendo que estuvieran preocupados por sus puestos de trabajo, pero creo que nos merecíamos un poco más de reconocimiento. Sólo los ingenieros se comportaron normalmente, diciendo 'Si me trataran así, yo también lucharía por mis derechos'. Es agradable conseguir el respeto de esa manera, incluso el de muchos pilotos y jefes de equipo. En general ha ido bien. Por su puesto, estoy fuera del equipo y mi sueño se ha esfumado, pero creo que podría cambiar la Fórmula 1. He hablado con Alexander Wurz, el presidente de la Asocicación de Pilotos, y él está convencido de que debe haber más justicia en la Fórmula 1. Espero que tenga éxito, porque esto nunca debe volver a ocurrir", concluye Van der Garde.