La pretemporada pasada, por primera vez desde 2009, la Fórmula 1 rodó durante varios días en el circuito de Bahréin en lugar de hacerlo en el trazado de Montmeló. Eso significó que los monoplazas estuvieron en condiciones ambientales más cercanas a las que luego se encontraron durante todo el año de competición.

Este factor térmico es al cual Franz Tost achaca el hecho de que resulte complicado conocer cuál es el rendimiento puro de cada monoplaza, incluido el de tu propio equipo, cuando se entrena en Europa. Eso, además, conlleva que se realice una utilización de los neumáticos totalmente diferente a la que más tarde se da en las carreras del calendario.

"Tengo que decir que es realmente difícil estimar nuestro propio rendimiento o el de otros equipos, ya que la temperatura de la pista y ambiental son demasiado bajas. En las carreras donde esperamos unas mucho más altas, la gestión de los neumáticos será completamente diferente".

Debido a esto, el máximo dirigente de Toro Rosso ha asegurado que los test de pretemporada no deberían tener lugar en terreno europeo y, en su lugar, se deberían volver a celebrar en localizaciones donde las condiciones meteorológicas sean más favorables.

"Personalmente, no me gustan los test en Febrero aquí en Europa, ya que no consigues el feedback en todos los aspectos técnicos que necesitas para estar bien preparado para el comienzo de la temporada. El test del año pasado en Bahréin fue mucho más útil", concluyó.