Por enésima vez, la Fórmula 1 se ve amenazada por la política. Por la política de las dictaduras o regímenes represivos donde las carreras son organizadas. A los clásicos ejemplos de China o Bahréin, hoy se le suman los Emiratos Árabes Unidos, en vistas de que este fin de semana se celebra el último GP de la temporada en Abu Dhabi.

Amnistía Internacional critica la persecución, el arresto e incluso la tortura por parte del estado de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) a los activistas que se rebelan contra el régimen represivo. Por ello, se deberían prevalecer los derechos humanos a los negocios, lo cual incluye la F1, dicen.

"Tras la máscara de glamour, la parte más siniestra de los EAU ha surgido", decía el director de Amnistía del Oriente Medio, Hassiba Hadj Sahraoui. Los Emiratos Árabes son un "estado fuertemente represivo" y eso se ha visto con los activistas. "Ya es hora de que los aliados internacionales de los EAU paren de hacer la visto gorda a los abusos por las autoridades y que se impongan los derechos humanos firmemente antes de los intereses de negocios", concluyó.