Después del primer aniversario del inicio de los enfrentamientos entre las autoridades y la población (que pedía democracia en un régimen totalitario), las agencias de noticias internacionales informan de que los jóvenes están arrojando piedras y cócteles molotov a la policía, que está respondiendo con gases lacrimógenos. Pero Bernie Ecclestone lo ve a su manera: "El único mensaje que obtuve fue que sólo había algunos chicos con problemas con la policía", asegura el mandatario a Telegraph. "Tenemos previsto ir".

Durante los entrenamientos la semana pasada en España, se informó de que algunos equipos habían mostrado su preocupación sobre la situación de Bahréin. Ecclestone pone ahora las palabras en sus bocas: "Los equipos no tienen la más mínima preocupación. Parecen contentos de que las cosas vayan adelante sin problemas. El año pasado la decisión estaba mucho más clara, pero las cosas han cambiado mucho desde entonces", asegura.

Pero por mucho que Ecclestone trate de mostrar la existencia de una situación de calma total, los enfrentamientos en Bahréin continúan, aunque a menor escala, y no ha podido evitar un debate público en el que han intervenido figuras políticas sobre si el deporte debe visitar países cuya democracia está en entredicho. Ecclestone recuerda que lo que le importa no es el régimen que gobierne un país, sino la seguridad de los miembros de la Fórmula 1: "Nunca hemos sido políticos. Cualquier decisión se tomará por motivos de seguridad".

Desde la FIA, un portavoz asegura que la Fórmula 1 puede ser un acto positivo para la población, pues "celebrar un Gran Premio podría ayudar a las dificultades que Bahréin está experimentando".

El problema es el punto de vista de la situación de Bahréin: mientras que las asociaciones de los derechos humanos critican que el deporte visite países sin democracia real, los equipos y Ecclestone sólo quieren cerciorarse de que la seguridad está garantizada, sea cual sea el régimen gobernante y la situación sociopolítica. En otras palabras: ir, correr y marcharse.

En este sentido, la carrera de Bahréin podría celebrarse sin problemas, como declara a la CNN un portavoz del Bahrain International Circuit: "Estamos plenamente seguros de que la carrera puede ser y será un acontecimiento excelente", lo que no implica que el pueblo sigue luchando en las calles, lejos del autódromo, por su propio futuro. Y el portavoz del circuito lo confirma: "La FIA ha dicho que no hay ningún motivo por el que la carrera no deba seguir adelante. No hay dudas de que en Bahréin ha habido algunos pequeños altercados. Pero en cuanto a los alrededores del circuito, los pilotos y los equipos estarán completamente seguros. Absoluta y totalmente seguro de ello".